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Roberto Pombo, director del diario El Tiempo.

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Después de 12 años, Roberto Pombo se va de ‘El Tiempo’

Amado y respetado por las directivas, la redacción y sus lectores, el director de esa casa editorial se retira tras más de una década al frente del periódico.

31 de enero de 2021

Es una noticia que sorprende a la redacción, a sus lectores y al gremio periodístico de Colombia: Roberto Pombo, director del periódico El Tiempo, renunció a su cargo, en el que estuvo durante 12 años. En ese lapso logró la independencia periodística, enfrentar las fuertes crisis que sacudieron a la prensa en el país y en Latinoamérica y dar un salto a la era digital.

Las causas de su renuncia son desconocidas. Sin embargo, su nombre hizo historia en los medios colombianos: Pombo pisó la redacción de El Tiempo en la década de 1980, cuando se desempeñó como redactor y editor político. Allí se fogueó con personajes nacionales e internacionales de la talla de Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, con quien sostuvo una amistad estrecha.

“Roberto llegó a trabajar en Alternativa cuando la revista ya estaba en quiebra y ninguno de sus dos accionistas principales, Gabriel García Márquez y Enrique Santos Calderón podía, ni quería meterle más plata”, escribió Juan Esteban Constaín en el libro El Tiempo por cárcel, en el que recopiló las memorias del ahora exdirector de El Tiempo.

Su pluma fue pulida durante años. Y se fue consolidando desde El Heraldo, donde fue redactor, y el Diario del Caribe, donde ofició como jefe de redacción. Fue además editor en Semana y director de la edición mexicana de la revista Cambio, además del Noticiero TV Hoy y de la Emisora Viva FM.

En la redacción de ‘El Tiempo’ cayó muy bien la designación de Roberto Pombo como director general

Roberto- el hasta hoy director de El Tiempo- vivió su época universitaria con los bolsillos más vacíos que llenos. No tanto por obligación- era de una familia de cachacos acomodados- sino por elección. Estudió derecho en el Rosario, pero se pasó a Los Andes y terminó viviendo en La Candelaria, disfrutando de su vida de universitario.

Fiel seguidor de Gabo, un hombre que se sostenía escribiendo libretos de telenovelas y de programas de televisión, pero fue en Barranquilla, donde aterrizó, donde empezó a formarse como periodista. Quiso regresarse a la capital y fue cuando se entrevistó con Enrique Santos Castillo, el entonces director de El Tiempo. Fue una entrevista de una hora con uno de los hombres más reconocidos del periodismo en el país. Santos de un lado, Pombo del otro, con sus piernas encogidas, sudando de los nervios, como reconoció. El encuentro terminó en éxito. Roberto se empleó y conoció a Juanita Santos, hija de Hernando Santos Castillo, hoy su esposa y entonces editora de fotografía.

Pombo, el periodista del poder, el que mejor ha sabido entender a los gobernantes de turno, el ejecutivo del humor fino, de las relaciones, la figura respetada que desde El Tiempo le habló al oído a los hombres que durante años gobernaron el país, asumió desde 2003 la edición general del diario más leído del país. Y en 2009 dio un gran salto a la dirección general.

Este hombre del periodismo, carga entre pecho y espalda un trabajo de años que lo convirtieron en protagonista de grandes galardones periodísticos, entre ellos, el Premio Ortega y Gasset en el 2003, el premio Mérito Periodístico del CPB, y claro, el Simón Bolívar a mejor entrevista en 2008. Además, en 2020 le fue otorgada la medalla mundial a la libertad de expresión de World Law Foundation.

Roberto Pombo

Durante más de una década, Roberto –como le dicen con amabilidad, confianza y respeto en la redacción– llevó a El Tiempo a dar un giro digital y sostuvo la credibilidad que conserva el medio escrito desde hace 110 años, cuando lo fundaron. Lo más importante, lo hizo con humildad y respeto hacia la competencia.

Lo cierto es que su renuncia no fue un tema fácil. Al menos, él lo reconoce en el mensaje que envió a sus empleados. El Tiempo hace parte de mi vida profesional y familiar desde hace muchos años y mi paso por el periódico ha sido el momento más importante de mi ya larga carrera periodística”, les escribió.

“No hay palabras suficientes para agradecerles el compromiso, la seriedad, lealtad y el profesionalismo con los que ustedes asumen la responsabilidad de ser parte del equipo de esta casa”, agregó. Y los invitó a que asumieran, ahora más que nunca, la responsabilidad y el privilegio de trabajar para la casa editorial. “Tengo la certeza de que con ustedes El Tiempo seguirá siendo líder en los próximos 110 años”.

Como describió su propio medio, “Roberto Pombo deja su impronta indeleble en la que fue su casa periodística”, porque como también reconocen sus amigos, es un hombre bohemio, carismático, agudo, con gran sentido del humor y con el país político en su cabeza.

Para él, desde SEMANA, la mejor de las suertes en su nuevo rumbo.