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La movilización indígena estuvo custodiada por la guardia indígena. Ellos eran los encargados de mantener el orden de los marchantes y evitar que se infiltraran personas que pudieran afectar la marcha con malos comportamientos. Foto: Guillermo Torres | Foto: Guillermo Torres

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Guardia indígena retuvo a nueve militares entre Quibdó y Medellín

Según fuentes del Ejército, los soldados y su comandante se encontraban patrullando cuando los indígenas les quitaron el armamento.

9 de marzo de 2021

Un grupo de indígenas de la comunidad, Consuelo Bajo, en zona rural del municipio de Carmen de Atrato, decidió retener a nueve soldados y a su comandante, quienes están adscritos a la Fuerza de Tarea Conjunta Titán. El general Eduardo Zapateiro, comandante del Ejército, señaló que por el momento están buscando una negociación con ayuda de la Defensoría del Pueblo.

Militares retenidos
Militares retenidos | Foto: Imagen suministrada a la fuente judicial

‘‘Es un secuestro cuando alguien detiene a los soldados en sus labores que son constitucionales. Somos respetuosos de sus situaciones especiales que manejan los indígenas y por eso le di órdenes al general Juvenal para que fuera personalmente a manejar esta situación con el gobernador indígena’', indicó.

El caso se presentó en la zona donde se vienen presentando continuos enfrentamientos entre grupos ilegales, que han dejado varias familias campesinas e indígenas desplazadas como consecuencia de la violencia.

Se está buscando además la mediación de la Defensoría del Pueblo, como ha ocurrido en otros casos, para lograr que los uniformados queden en libertad por parte de la guardia indígena que los retuvo. Por el momento, indicaron fuentes militares, se desconocen los motivos por los cuales fueron retenidos los militares por parte de la guardia indígena.

Desde el Ejército indicaron que precisamente los uniformados que fueron retenidos, son lo que se encuentran desarrollando operaciones en contra de las organizaciones criminales que se encuentran delinquiendo en la región como el Clan del Golfo.

Sobre la violencia en Chocó y limites con otros departamentos se debe a disputas de territorio por temas de narcotráfico. Recientemente nuevamente quedaron en medio del fuego cruzado los pueblos indígenas. Uno de los más reciente combate tuvo como protagonista al ELN y el Clan del Golfo, muy cerca de Alto Baudó, donde falleció una nativa por cuenta de una bala perdida.

La mujer, identificada como Luz Aida Conchave, de apenas 22 años, pertenecía a la comunidad Emberá Dobidá Mohamía del resguardo alto río Baudó, Chori Jurubirá.

“La población indígena está dispersa huyendo, desplazándose a la comunidad de Miacora, buscando refugio, a la comunidad de Santa María de Condoto”, aseguró la organización Autoridades Tradicionales Indígenas de Colombia.

Por su parte, Modesto Serna Córdoba, asesor de paz del Chocó, rechazó los ataques e indicó que los grupos ilegales están violando el Derecho Internacional Humanitario. “Es un enfrentamiento en medio de la población civil, al punto que varios han comprometido su humanidad. En el contacto que hemos tenido con los pobladores de la zona, se ha conocido que 85 familias, conformadas por 356 personas de la etnia indígena, son las que están en riesgo”, dijo el dirigente.

Es de recordar que SEMANA estuvo en las selvas y costas chocoanas, corazón de la disputa entre el ELN y el Clan del Golfo. Niñas reclutadas y abusadas, cadáveres desmembrados, amputados por minas, desplazamientos y hasta niños muertos porque los médicos están encerrados.

“La Procuraduría Delegada para Asuntos Étnicos tuvo conocimiento de los enfrentamientos que se presentan entre los grupos al margen de la ley, identificados como ELN y Clan del Golfo, en inmediaciones del Resguardo Alto Río Baudó Chori Jurubirá, del pueblo indígena Emberá Dobidá Mohamía, hechos en los que resultaron heridas dos mujeres, una de las cuales falleció durante el traslado al casco urbano de Alto Baudó”, señaló a su turno el Ministerio Público.

El departamento ‘perteneció’ a las Farc durante un par de décadas. Ese grupo había controlado el departamento sin mayor oposición desde las arremetidas paramilitares ocurridas a finales de los noventa y comienzos del 2000, que derivaron en tragedias como la masacre de Bojayá. Pero el desarme de las Farc abrió un espacio que el ELN quiso conquistar.

Hoy, esta guerrilla tiene tres rutas de avanzada. Una por el norte del departamento, desde Riosucio a Bojayá. Y dos por el sur, a través del río San Juan y por la región del Baudó. Cinco compañías del frente de guerra occidental del ELN reúnen alrededor de 300 miembros. Se mueven por el departamento bajo las órdenes de comandantes como Uriel, Danilo y Marthica, conocida también como la Abuela.