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Pacho Santos y Bernard Aronson
Pacho Santos y Bernard Aronson | Foto: Archivo particular

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La dura carta de Pacho Santos a exdelegado de EE.UU. por criticar la implementación de la paz

El embajador de Colombia en Estados Unidos hizo serios señalamientos a Bernard Aronson, quien fue el delegado de Estados Unidos en el proceso de implementación del Acuerdo de paz.

13 de octubre de 2020

Francisco Santos, embajador de Colombia en Estados Unidos, envió una fuerte carta a Bernard Aronson, quien fue delegado del gobierno de EE.UU. en los diálogos con las Farc en La Habana para el proceso de paz.

Aronson ha sido muy crítico con el Gobierno de Iván Duque cuestionando la voluntad del actual presidente para que el proceso de implementación del acuerdo sea exitoso.

El Gobierno ha fallado en la implementación y es muy triste porque los términos del acuerdo eran una oportunidad para Colombia. El desarrollo económico, los proyectos alternativos a los cultivos de coca y la seguridad a los combatientes es algo que todavía está por hacer”, había dicho Aronson a SEMANA.

Según Aronson, el Gobierno actual está “bloqueando el acuerdo” y no se trata de que haya habido una sobreoferta de las partes cuando fue firmado.

"Creo que hay una falta de voluntad para implementar el acuerdo. Se sabía que públicamente muchas veces los temas de la implementación iban a ser difíciles, quizás un poco más que la negociación. Francamente, un partido político ha visto esto como un juego de fútbol en donde hubo y hay personas que apoyan y atacan todo el tiempo. El primer año hubo muchos ataques a los magistrados de la Justicia para la Paz. Hasta ahora ha habido intentos permanentes para bloquear el acuerdo en vez de implementarlo, también dijo el exdelegado que tambióen.

Las afirmaciones causaron molestia en el Gobierno que a través de la embajador Santos ha dirigido una carta en la que niegan que sus afirmaciones sean ciertas y acusan a la oposición de usar organismo internacionales para atacar las políticas de implementación del actual jefe de estado.

“El Gobierno del Presidente Iván Duque no tiene ninguna razón para dudar de su buena fe al plantear las afirmaciones publicadas por los medios referidos. No obstante, sí debe aclarar que sus planteamientos ignoran de manera dramática la realidad sobre nuestra convicción de avanzar en el cumplimiento de los compromisos pactados a través de la política de Paz con Legalidad. Los avances hablan por sí mismos”, señala Santos en su misiva.

Es lamentable y desconcertante que actores respetables y líderes de la política internacional resulten, en la práctica, inadvertidamente instrumentalizados por opositores del Presidente Duque, quienes, al no contar con argumentos para cuestionar sus inobjetables realizaciones, basan sus críticas en un pretendido incumplimiento del Acuerdo que pretenden relacionar con hechos de violencia que se han presentado en algunas regiones del país”, agrega el embajador.

Santos también mantuvo el discurso que sostiene que el incremento de actos violentos y accionar de grupos criminales es culpa del Gobierno anterior cuando se estaba negociando la Paz en La Habana.

“Olvidan dichos líderes que la intensificación de las economías criminales por las que se enfrentan diferentes grupos armados organizados y grupos armados delincuenciales se produjo, justamente, durante los años en los que se negoció el texto del Acuerdo en La Habana, como seguramente recordará en su calidad de Enviado Especial de EEUU, cuando el Gobierno de entonces redujo significativamente sus esfuerzos para contener el crecimiento de los cultivos de coca, alcanzando un récord histórico de cerca de 220,000 hectáreas para el momento en que el Presidente Duque asumió su mandato, y la minería ilegal”, agregó Santos.

Finalmente se afirma que el actual Gobierno continuará “trabajando sin descanso, por asegurar que todos y cada uno de los habitantes en el territorio colombiano cuente con garantías para su seguridad física, y acceso a oportunidades de mayor progreso y bienestar. Restarle credibilidad a este empeño, a partir de juicios de valor que, francamente, ignoran la realidad, no sólo dificulta dichos esfuerzos, sino que desmotiva a quienes los lideran”.