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| Foto: NICHOLAS KAMM / AFP

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De Virgilio Barco a Iván Duque: la lucha por desnarcotizar las relaciones con EE.UU.

Con la agenda que impone la crisis en la región, Duque y Trump han concentrado sus esfuerzos en apoyar a Venezuela para que el país vecino logre una transición hacia la democracia. Sin embargo, los lazos diplomáticos entre los dos países siempre han estado marcados por la lucha contra los cultivos ilícitos.

13 de febrero de 2019

De los países de la región, Colombia es quizá la nación que ha tenido las relaciones más sólidas con Estados Unidos. La lucha contra las drogas, la seguridad de la región, el terrorismo, la paz y las relaciones comerciales han sido el corazón de una relación asimétrica. Estos han sido algunos de los momentos claves entre los dos países, a propósito de la visita oficial de Iván Duque al gobierno gringo:

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Virgilio Barco: la guerra es de todos

En 1989 la visita de Virgilio Barco a Estados Unidos estuvo rodeada por una alta tensión. En Colombia las bombas estallaban y las noticias sobre la violencia que dejaba el narcotráfico hacían eco en todo el mundo. En su momento se dijo incluso que el día que Barco llegó a Washington para pronunciar un discurso frente a la Asamblea General de la ONU, los carteles de la droga habían amenazado con secuestrar a un hijo de Bush. Las medidas de seguridad fueron exhaustivas.

"La lucha internacional contra el narcotráfico no puede ser una guerra de palabras", fue una de las pocas declaraciones que obtuvo la prensa en su momento por parte de Barco. El mensaje de Barco fue histórico y universal. El mandatario colombiano llamó la atencion a todas las naciones invitando a sus homólogos a estar juntos ante la amenaza del narcotráfico y la violencia que este dejaba a su paso. Barco además, elogió la estrategia del presidente Bush para controlar la demanda de drogas en Estados Unidos y aseguró que ese era el primer paso de la lucha contra los cultivos ilícitos.

César Gaviria: desnarcotizar las relaciones

En el gobierno de Gaviria, el país hizo uno de los primeros intentos para desnarcotizar la relación entre las dos naciones, pero el plan no prosperó. En ese momento, Estados Unidos consideró que había existido una exageración en las facilidades que se le dieron a Pablo Escobar en la cárcel de la Catedral y eso generó una prevención por parte del gobierno americano. Gaviria, como hoy lo hace Duque, se hospedó en Blair House, al frente de la Casa Blanca y desde allí, firmó algunos tratados comerciales.

Ernesto Samper: relaciones deterioradas

La relación del mandatario colombiano con Estados Unidos ha sido la más distante de todas. Los lazos diplomáticos estaban atravesados por el disgusto del gobierno americano con la estrategia que el país estaba implementando en la lucha contra el narcotráfico. Durante su periodo, el presidente perdió línea directa con el gobierno gringo y en 1996, el gobierno americano, en cabeza de Bill Clinton, canceló la visa de Samper durante el escándalo del proceso 8.000 justificando la decisión, entre otras cosas, en un interés por responsabilizar solo al presidente del deterioro de las relaciones bilaterales.

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Estados Unidos esperaba, con esa histórica medida, aumentar la presión para que el país mostrara resultados más efectivos en la lucha contra las drogas. Las tensas relaciones empezaron desde que voceros del gobierno norteamericano anunciaron que tenían información de que en la campaña de Ernesto Samper había ingresado dinero del narcotráfico. Aunque Samper tuvo un encuentro en 1994 con el presidente Clinton en territorio norteamericano, la cooperación entre los dos gobiernos nunca prosperó.

Andrés Pastrana: el Plan Colombia

Al final del gobierno de Ernesto Samper las relaciones con los gringos habían tocado fondo y el país hacía todo lo posible para no llegar a un escenario más crítico. Las instituciones públicas cargaban en la espalda la cruz del desprestigio por la notable infiltración del narcotráfico en las altas esferas del poder y el escenario militar sufría una gran sacudida por las experimentadas estrategias de control de la guerrilla.

El narcotráfico seguía siendo la columna vertebral de las relaciones entre los dos países cuando en 1998 Andrés Pastrana visitó a Bill Clinton y marcó una nueva era entre los dos países, después de cuatro años de una relación agrietada a más no poder.

En su primera visita de Estado, Pastrana firmó  con el gobierno de Clinton una alianza antidrogas, luego Washington anunció que aumentaría la ayuda económica que enviaba a Colombia. El intento del proceso de paz con las Farc y la puesta en marcha del Plan Colombia le permitió a Pastrana recuperar, con muchas condiciones, la interlocución directa con el gobierno de Estados Unidos.

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Aunque por momentos, sobretodo durante el incremento de las ofensivas de las Farc, la relación con Estados Unidos se enfrió, los gringos optaron por concentrar esfuerzos en el Plan Colombia, que no se limitaba solo a la lucha contra las drogas, sino que también incluía el fortalecimiento de las fuerzas militares y obras de infraestructura en algunas zonas del país. 

Álvaro Uribe: TLC, bases militares, intervención 

Con el gobierno de Estados Unidos, Uribe concretó el acuerdo de las bases militares, de tal manera que los aviones norteamericanos podían aterrizar o utilizar siete bases colombianas para efectos en la lucha contra el narcotráfico. Durante sus dos gobiernos, Uribe realizó al menos 10 visitas oficiales a Estados Unidos.

Después del atentado contra las Torres Gemelas, la relación entre los dos países cambió notablemente. En el centro de la relación no solo estaba la lucha contra los cultivos ilícitos, sino también contra el terrorismo en general. Fue el momento de los acercamientos comerciales y las negociaciones de los TLC. En el 2002, por ejemplo, durante su primera visita a George W. Bush, el gobierno anunció que Colombia sería elegible al ATPDEA. Uribe elogió la determinación de su homólogo en la lucha contra las drogas y destacó el apoyo que el país había recibido en el marco del Plan Colombia.

Juan Manuel Santos: del Plan Colombia, al Paz Colombia

Juan Manuel Santos alcanzó a tener relaciones diplomáticas con Barack Obama y sus sucesor en la presidencia Donald Trump. Durante sus gobierno, Obama le dio un espaldarzo a los diálogos con la desmovilizada guerrilla de las Farc. Aunque siempre ha sido un tema transversal a la relaciones de los dos países, la cooperación militar ya no era el corazón de los lazos bilaterales que ahora estaban más rodeados de negociaciones comerciales. 

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En mayo del 2017, Santos viajó a Washington para reunirse por primera vez con su homólogo Donald Trump. “Vinimos para fortalecer todavía más esa alianza estratégica que tenemos con Estados Unidos, conocer al presidente Donald Trump, hablar con él para ver cómo vamos a fortalecer esa relación y las señales son muy positivas”, dijo el mandatario en ese momento. El mensaje de Santos, como era de esperarse, fue sobre la consolidación de la paz en el país.