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El director de la Policía Antinarcóticos, general Fabián Cárdenas, contó que las policías de Ecuador, Perú y Chile participaron en la operación siguiendo a los ciclistas en sus respectivos países.

JUDICIAL

Los narcociclistas

Tres pedalistas emprendieron un recorrido más largo que el del Tour de Francia para coronar un cargamento de marihuana. Partieron de Cali y, tras 20 días de atravesar desierto y cordillera, fueron capturados en Chile.

16 de septiembre de 2018

Cualquiera hubiera dicho que el amor de estos tres por el deporte de las bielas no tiene límites. No de otra forma parecía lógico explicarse su decisión de pedalear hasta Chile, en un recorrido más duro que el Tour de Francia. Si el trazado de la competencia ciclística más prestigiosa del mundo, en su edición 2018, fue de 3.351 kilómetros, la meta de ellos, Iquique, en Chile, estaba a más de 4.000 kilómetros de distancia. En vez de atravesar los Alpes y los Pirineos, el trío de ‘escarabajos’ aficionados se enfrentaron a los Andes y al desierto, en una travesía que, como las grandes vueltas, duró tres semanas.

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Pero no los movía alcanzar la gloria deportiva o la intención de cumplir un sueño. Estos tres aficionados pretendían llevar hasta esas lejanías un cargamento de más de 18 kilos de marihuana tipo creepy proveniente de los cultivos de Corinto, Cauca. Eso les hacía aún más difícil el viaje, pues cada uno tenía que llevar sobre su caballito de acero 6 kilos de peso adicional, más sus propias pertenencias de expedicionarios.

Pero ellos no se imaginaron que, como a los verdaderos ciclistas de élite, también los estaban grabando desde las alturas. Días atrás, a mediados de julio, una llamada entró a la línea 167 de la Policía Antinarcóticos. Un anónimo conocedor de los planes de los pedalistas les informó a las autoridades del viaje. Desde ese momento, los agentes colombianos contactaron a sus colegas en los países vecinos por donde pasarían los ‘escarabajos’ y diseñaron un plan para seguirlos.

Esta es una de las imágenes de un video en el que los policías colombianos siguen a los tres ciclistas y su cargamento de marihuana durante todo el recorrido.

Los ciclistas arrancaron de la capital del Valle, en bicicletas profesionales y vestidos como los mejores corredores, con alforjas y una bandera de Colombia izada en el marco. En la primera etapa llegaron hasta Popayán, donde pasaron la noche, para retomar el día siguiente hasta El Remolino, muy cerca de la frontera con Ecuador.

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En el punto fronterizo la historia les funcionó. Cualquiera que haya viajado en bicicleta para recorrer largas distancias sabe que es un pecado cortarles el ritmo a los ciclistas, que, además, en las carreteras de un país aficionado a ese deporte gozan de prestigio. Con esa fachada, y con unas buenas caletas en sus maletas de doble fondo, cruzaron al país vecino.

Los policías que los perseguían en vehículos, en cambio, quedaron atascados en las obras sobre la vía fronteriza que taponaban el paso. Entonces desplegaron sus drones para vigilarlos por aire. Así, les siguieron la pista por todo el país vecino y luego por Perú, con el apoyo de las autoridades locales. En el país inca, los pedalistas atravesaron un desierto despoblado, con escasos caseríos para rehidratarse o simplemente resguardarse del sol. Fue la prueba reina de esa vuelta.

Buscando evadir la visibilidad que tenían sobre una vía como la Panamericana, se metieron a Bolivia y, allí, los agentes, que no tenían contacto con la Policía de ese país, les perdieron el rastro. En ese territorio, enfrentados a las montañas más bravas de los Andes, los pedalistas se rindieron ante la carretera y tomaron un bus. La Policía Antinarcóticos estaba controlando todos los pasos fronterizos de Bolivia, a la espera de que retomaran el rumbo hacia Chile. Estuvieron dos días por fuera del radar de los investigadores. “Organizaciones narcotraficantes tratan de establecer mercados transnacionales en la ruta del sur. La cooperación con la Policía de Ecuador, Perú y Chile ha permitido identificar estas modalidades; a través de nuestra información generamos alertas que terminaron con la captura y decomiso del alcaloide”, dijo a SEMANA el director de la Policía Antinarcóticos, general Fabián Cárdenas.

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Los ‘escarabajos’ eran en realidad mulas de una banda de caleños que controlan cultivos en el Cauca, que, desde allí, abrieron su ruta hasta Chile. En ese país, un kilo de marihuana creepy, que en Colombia cuesta 240.000 pesos, se vende en 13 millones. Los 8 kilos valen más de 100 y, de esa plata, la mitad sería para los ciclistas si llegaban a la meta. Pero muy cerca de Iquique, cuando salieron de la jurisdicción boliviana durante la última etapa de su tour de 20 días, la policía detuvo el bus en el que se transportaban y descubrió su cargamento. Esta vez, esos extraños deportistas no pudieron alcanzar la meta y terminaron tras las rejas.