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Diego Alexis Vega Echavarría. | Foto: Cortesía

ENTREVISTA

“Nos cogieron a sangre fría”: testigo de presunto falso positivo en Jamundí

SEMANA habló con Diego Alexis Vega, el joven que sobrevivió a la confusa operación militar que terminó con la muerte de un indígena en zona rural de Jamundí, Valle. Insiste en la tesis de que se trató de una ejecución extrajudicial y que la escena de los hechos fue alterada para hacerla ver como un combate.

6 de septiembre de 2019

SEMANA: ¿Qué pasó en la mañana de este jueves 5 de septiembre?

Diego Vega: Esa madrugada estábamos en la finca La Quindiana, vía Las Pilas, corregimiento Villa Colombia, estábamos ahí ya terminando las labores, éramos no más dos, el fallecido y yo. Ya eran las seis de la mañana y ya nos íbamos a ir para la casa, cuando del monte al lado de la carretera nos dijeron ‘alto‘, pero no se identificaron y nosotros alzamos las manos. Mi amigo el fallecido dijo ‘no disparen‘ y ahí fue cuando dispararon y acabaron con la vida de él.

SEMANA: Justo en ese momento de los disparos, ¿ya era de día, había buena visibilidad?

D.V.: Sí claro, eran las seis de la mañana ya.

SEMANA: ¿Ustedes cómo estaban vestidos?

D.V.: Él (Ómar Guasaquillo) está así tal cual como aparece en las fotos; yo estaba con mi pantalón de jean y una camiseta azulita, verdecita, no es más. Él estaba con su jean, zapatillas, chaquetica y una gorrita.

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SEMANA: ¿Y en ese momento ustedes qué llevaban en las manos?

D.V.: Nada, en las manos no teníamos nada, yo no tenía nada; él (Ómar) creo que tenía un carrielito, pero ahí tenía su cepillo de dientes y sus cositas.

SEMANA: Cuando les gritan arriba las manos, ¿Qué contestaron ustedes?

D.V.: No disparen, osea una persona civil, no teníamos armas de ninguna clase, nada; alzamos las manos, pero nos dispararon. Él (Ómar) cayó ahí en la finca.

"Nada, solo disparaban, no se identificaron ni siquiera que eran del ejército. Solo disparaban", Diego Vega.

SEMANA: ¿Cuánto tiempo transcurrió entre la frase ‘no disparen‘ y las ráfagas?

D.V.: Fueron segundos, cuestiones de segundos, algo increíble. Dijo ‘alto‘ y cuando dispararon el muchacho (Ómar) volteó a correr.

SEMANA: ¿A qué distancia y en qué sitio exacto de la finca estaban cuando les dispararon?

D.V.: Ellos (soldados) estaban al frente de la finca sobre la vía y nosotros estábamos en toda la portería de la entrada a la finca y ellos desde el ladito de la vía nos dispararon.

SEMANA: ¿Si usted dice ‘ellos‘, es porque alcanzó a ver cuántos soldados eran?

D.V.: Pues eran varios, pero en el momento del tableteo de los disparos uno solo piensa en correr, salvar su vida; mi amigo sí cayó ahí mismo y quedó tendido boca abajo y yo salí corriendo por un cafetal hacia abajo y desde el cafetal ellos me disparaban.

SEMANA: ¿Por qué usted sí se salvó y su amigo indígena no?

D.V.: Porque yo estaba diagonal a la portada de la finca y él (Ómar) estaba más centrado, junto a unas maticas de swinglea, él estaba más al frente y yo estaba al lado. Cuando él alzó las manos yo también las alcé y dijo alto no disparen y ahí fue cuando dispararon y cuando sentí el primer disparo y arranqué a correr y él quedó ahí boca abajo.

SEMANA: ¿Los disparos provenían de un solo fusil?

D.V.: Eran varios fusiles porque a mí con otro fusil me dispararon hacia el cafetal.

SEMANA: ¿Les gritaban algo?

D.V.: Nada, solo disparaban, no se identificaron ni siquiera que eran del ejército. Solo disparaban.

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SEMANA: ¿Días antes notaron la presencia del ejército en esa zona?

D.V.: No, hasta el momento no. Sino que luego me dijeron que ellos habían dicho que en esa casa donde nosotros estábamos dizque había ocho guerrilleros y que había uniformes y armamento de la guerrilla, cuando no había nada.

SEMANA: ¿Usted cómo hizo para huir de la zona y pedir ayuda?

D.V.: Cuando me dispararon y yo me tiré por un cafetal, llevaba mi teléfono celular y llamé a mi esposa para que llamara a la comunidad y fueran porque nos estaban disparando y yo estaba herido. Y toda la comunidad del corregimiento subió a mirar qué había sucedido.

SEMANA: ¿Pero en el cafetal los soldados no lo persiguieron?

D.V.: Seguro me dieron por muerto porque yo me tiré y me escondí debajo de un poco de helecho; estuve unos segundos ahí escondido y cuando dejaron de disparar me atravesé un río y me enterré en las montañas y cuando vi que habían llegado todos los del pueblo, salí y la comunidad me protegió.

SEMANA: ¿Qué hacían ustedes en ese sitio?

D.V.: En la comunidad del corregimiento Villa Colombia tenemos un grupo de seguridad para los ladrones, que no vayan a robar fincas, formados por la comunidad, con Juntas de Acción Comunal y Cabildos, nos organizamos en grupitos de a dos personas para darle una manito al pueblo, de finca en finca, que no vayan a robar”.

"Eso es un falso positivo porque cómo van a mover un cuerpo de donde cayó mi amigo, a cien metros, lo pusieron boca arriba. Quién sabe qué iban a hacer con el cuerpo de él también", Diego Vega.

SEMANA: ¿Desde hace cuánto tiempo usted y Ómar Guasaquillo llevaban como vigilantes comunitarios?

D.V.: Era la primera vez que nosotros dos lo hacíamos. Eso se implantó después de una minga que se hizo y era por turnos, se rota y es voluntario.

SEMANA: ¿De dónde surgió la idea de acampar en ese sector donde ocurrieron los hechos?

D.V.: La idea es de la comunidad porque como en esa finca habían robado anteriormente unas guadañas, ferretería, entonces son puntos estratégicos que uno busca. Uno busca las fincas que están más solas y donde el individuo puede llegar, el ladrón.

SEMANA: ¿Cómo se llama esa finca y quién es el dueño?

D.V.: Se llama La Quindiana; esos señores (los dueños) son de Cali y no sé cómo se llaman los viejitos.

SEMANA: ¿Pero ellos sabían que ustedes estaban acampando ahí?

D.V.: Quienes sabían eran los encargados de la finca, porque los dueños realmente no los distingo.

SEMANA: ¿Ustedes sabían que en esa zona rural hay presencia de grupos armados ilegales?

D.V.: Sí claro, nosotros somos conscientes, obvio, y por eso no andamos con ningún tipo de armas como lo decían ahí y que mostraron armas y todo eso; nosotros nada, sin ninguna clase de arma y nos pueden hacer la prueba de balística.

SEMANA: ¿Qué grupos armados ilegales se mueven por esa zona?

D.V.: La verdad uno ve pasar gente armada, pero uno qué va a preguntar. Uno no sabe si es el ejército, si son paramilitares, guerrilla, bueno uno no sabe y pasan muchos grupos, pero uno no lo averigua.

SEMANA: Cuando están vigilando, ¿Qué hacen cuando ven pasar a grupos armados?

D.V.: Pues normal porque ellos saben que hay grupos de las veredas que protegen su pueblo, pero ellos a uno no le dicen nada. Sí están enterados, pero no se meten con uno porque eso es muy aparte.

SEMANA: Si ustedes cumplían labores de vigilancia, ¿Qué elementos de dotación tenían para brindar esa seguridad?

D.V.: Con un radiecito, un Walkie Talkie viejito y ahí ya alertábamos la presencia de extraños con los otros muchachos, con la guardia (indígena) con la comunidad de Villa (Colombia). Eso era todo, un sistema de alarma, porque como la señal (celular) es un poco difícil.

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SEMANA: ¿Qué había dentro de la carpa en la que durmieron esa noche?

D.V.: Teníamos las colchonetas, unos panes, una hamaca, no es más.

SEMANA: Pero hay fotos donde aparece material de intendencia militar y un changón…

D.V.: Ajá, ahí apareció eso, pero eso no estaba. Nunca los habíamos visto, pero aparecieron en la foto al lado del camping. Lo único que sí teníamos era el radioteléfono, pero estaba en el camping.

SEMANA: Un día después de esos hechos, ¿qué cree que pasó realmente?

D.V.: Un falso positivo.

SEMANA: ¿Descarta que pudo tratarse de un error militar fatal?

D.V.: Eso es un falso positivo porque cómo van a mover un cuerpo de donde cayó mi amigo, a cien metros, lo pusieron boca arriba. Quién sabe qué iban a hacer con el cuerpo de él también. Ellos hubieran mirado si uno era un bandido, pues uno andaría armado, enfusilado, pero no encontraron nada, ningún arma y hay una foto de un arma, pero ¿dónde está esa arma y ese chaleco? Esa es la pregunta.

SEMANA: La versión del ejército es que hubo un intercambio de disparos…

D.V.: Que me hagan la prueba de balística; ese es el punto.

SEMANA: Y Ómar…

D.V.: Ómar nunca disparó nada. Qué íbamos a disparar si no teníamos ninguna clase de arma. Eso nos cogieron fue así a sangre fría y ya ellos como siempre lo hace el Gobierno, se quiere lavar las manos con el más pobre.

SEMANA: ¿Por qué está tan seguro de que el cuerpo de Ómar fue trasladado del sitio donde cayó muerto?

D.V.: Él no quedó en ese sitio; donde aparece en las fotos él no quedó. Lo dejaron en toda la mitad de la carretera y él no estaba ahí.

SEMANA: ¿Cuando les dispararon, usted alcanzó a ver dónde cayó Ómar?

D.V.: Sí, claro yo lo vi, él cayó ahí boca abajo en la finca en la puerta cerca a una zanjita; él quedo ahí. Y cuando me mandaron las fotos él aparece arriba como a cien metros sobre la carretera y él no estaba ahí.

SEMANA: ¿Usted a qué se dedica?

D.V.: Yo trabajo construcción. Lo hago con mi papá (Alexis Vega) y en este momento estamos construyendo la capilla del corregimiento Villa Colombia.

"Que me brinden protección porque soy el testigo clave de un falso positivo del ejército", Diego Vega.

SEMANA: ¿Y a qué se dedicaba el joven indígena Ómar Guasaquillo?

D.V.: El alternaba en cosas agrícolas en fincas, recogiendo café, jornaleando.

SEMANA: ¿A usted ya lo entrevistaron las autoridades y le hicieron la prueba de balística?

D.V.: Nomás información con los de la policía y lo normal, pero de ahí para allá solo con usted. No me han hecho prueba de balística y sí me gustaría que la hicieran.

SEMANA: ¿Cuál es su estado de salud?

D.V.: Tengo el brazo derecho destrozado por el proyectil que me impacto solo una vez, pero me lo astilló total. Hay que reconstruirlo.

SEMANA: ¿Qué reflexión le deja este incidente? 

D.V.: Que antes de que el ejército haga ese tipo de operaciones, verifiquen bien porque en las casas hay niños, hay recolectores que transitan para su trabajo. Pudo suceder una masacre ahí.

SEMANA: ¿Qué mensaje envía a las autoridades?

D.V.: Que me brinden protección porque soy el testigo clave de un falso positivo del ejército.