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| Foto: Archivo SEMANA

JUSTICIA

Palomino no aceptó cargos

El exdirector de la Policía Nacional es acusado de haber usado sus influencias para impedir la captura de Luis Gallo en Córdoba en 2014 pero el tiene otra versión de los hechos

25 de mayo de 2017

En la mañana de este jueves se desarrolló el primer capítulo del proceso judicial que tiene sentado en el banquillo de acusados el exgeneral Rodolfo Palomino López, presuntamente por haber realizado el delito de tráfico de influencias de servidor público cuando ejercía como director general de la Policía Nacional.

Según la versión de la Fiscalía General de la Nación, representada por la delegada octava Sandra Patricia Ramírez Monte, el 8 de marzo de 2014, Rodolfo Palomino se habría dirigido al apartamento de la Fiscal delegada Sonia Lucero Vázquez Patiño en Bogotá para supuestamente presionarla con el fin de poder cancelar una orden de captura emitida en contra del ciudadano Luis Gonzalo Gallo por la presunta comisión de los delitos agravados de concierto para delinquir, lavado de activos y desplazamiento forzado.

Lo que explicó la Fiscal fue que en ese entonces, Palomino argumentó que Luis Gallo mantenía buenas con el expresidente de la República Andrés Pastrana Arango, así como con el entonces presidente del Banco Mundial y exministro Luis Alberto Moreno, además de que su captura podía afectar las donaciones internacionales que este hombre había canalizado con la finalidad de atender causas nobles. E incluso, precisó Sandra Ramírez, el Director de la Policía habría tratado de justificar la procedencia de los predios que eran objeto material de la investigación como consecuencia de la actividad filántropa de Gallo Restrepo.

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Lo que no impidió que el indiciado fuera capturado unos días después, el 10 de mayo, junto con 14 personas personas más que pertenecían al Fondo Ganadero de Córdoba.

Pero esta versión contrasta con la del propio Palomino, quien no aceptó cargos y explicó durante la audiencia que su presencia en la residencia de la Fiscal, en ese entonces adscrita a la Unidad de Análisis y Contexto, se debió, al contrario, a su interés de acelerar el proceso por el posible riesgo de fuga de uno de los sujetos investigados en ese momento.

De hecho, aseguró que era bajo su mando que se había realizado la captura de los 10 sujetos cobijados con orden de captura en colaboración con la Fiscalía y que lo que se interpretó como una interferencia era un ejercicio de su cargo consistente en no afectar el buen nombre de la persona acusada y de las instituciones responsables de su captura. Lo cual se evidenció cuando el hombre fue escuchado en indagatoria y puesto en libertad inmediata ese mismo día.

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Habrá entonces que esperar el siguiente capítulo de la novela judicial en la que básicamente es la palabra de una fiscal contra la del exdirector General de la Policía Nacional.