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La personera Carmen Castañeda abrió investigación a Luis Morales, secretario de salud.

BOGOTÁ

La salud de Bogotá no mejora con Peñalosa, según Personería

El ente de control abrió un proceso contra el secretario de Salud por fallas en el servicio. El Distrito se defiende diciendo que sus planes para reestructurar el sistema dan frutos. En el medio, los usuarios están entre los más inconformes del país.

27 de julio de 2017

Dieciseis meses después que el Concejo aprobó el plan del alcalde Enrique Peñalosa para reformar la salud en Bogotá, y poner freno a una crisis que se desbordó en emergencia sanitaria, la Personería Distrital acaba de abrir una indagación preliminar contra el secretario de esa cartera para establecer las causas por las que el servicio no mejora.

El ente de control aseguró que durante sus visitas a los centros médicos de la ciudad se encontraron escenas de sobreocupación, similares a las que se presentaron a comienzos de 2016, cuando la situación se salió de madre, hasta el punto que el recién posesionado alcalde Peñalosa tuvo que declarar la emergencia.

El secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales, aún no ha sido notificado de la determinación de la Personería y por eso no se ha pronunciado directamente sobre el tema. Eso sí, en la cartera que tiene a su cargo presentan sus propias cifras con las que sustentan la implementación de la reforma. Los datos muestran resultados positivos en ampliación de la infraestrucutra, reducción del hacinamiento y gastos administrativos.

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La reestrucuturación de la salud de Bogotá se sustentó en la creación de cuatro redes que ahora agrupan los 22 hospitales de la ciudad, cada una con un gerente. Con esa organización se pretendía reducir los gastos burocráticos y arrancar un proceso de acreditación de calidad que llevara al mejoramiento de los servicios. Ese rediseño se adelantó durante el 2016.

En las últimas semanas, la Personería visitó las nuevas subredes y encontró los problemas de siempre: sobreocupación, falta de medicamentos, fallas en la infraestructura y en los suministros médicos.

En la subred del Norte, por ejemplo, el tope del tiempo de espera en las unidades de urgencias llegó hasta 170 minutos. En la de occidente, la Personería, entre otras fallas, identificó el deterioro de la infraestructra de algunos servicios de urgencias (humedades, baños fuera de servicio, falta de separación de los espacios).

En la del Sur se registró la mayor congestión de urgencias. En la unidad del hospital El Tunal había una ocupación del 286% y en Meissen del 215%. Es decir, la afluencia casi triplicaba la capacidad de operación. En la red centro oriente hallaron problemas similares, además de que en algunos servicios no se cumplían las normas de bioseguridad y aseo: había material biológico (gasas, algodones) en el suelo.

A los hallazgos de las visitas, la Personería le sumó los reportes de 20.439 requerimientos ciudadanos que recibió durante el primer semestre del año en temas de salud. El 35% de las quejas tenían que ver con la demora en la asignación de citas médicas, el 17% con la negativa del suministro de medicamentos y el 12% de realización de exámenes de diagnóstico.

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Ante esos hallazgos, luego de un debate de control que se adelantó en el Concejo, la personera distrital, Carmen Teresa Castañeda, anunció la apertura de una indagación preliminar contra el secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales.

"La salud no ha empeorado, se mantiene en mal estado. No encontramos mejoría en hacinamiento ni en suministro de medicamentos. Hace unos días denunciábamos que la falta de un medicamento de 300 pesos para una materna la llevó a perder la vida. Además vemos que los índices de deficiente atención se mantienen", sostuvo Castañeda.

Morales, por su parte, no se ha pronunciado sobre la investigación anunciada en su contra porque, dicen en la Secretaría, aún no ha sido notificado. Sin embargo, en la cartera distrital se defienden con sus propias cifras.

En cuanto a las pesquisas puntuales de la Personería, aseguran que el hacinamiento se redujo del 250% al 134%. Para lograrlo, entre otras cosas, se implementaron diez Centros de Atención Prioritaria en Salud (CAPS) en los que les brinda atención en especialidades a las comunidades.

Y frente a la reforma emprendida por el alcalde Peñalosa, las cifras del Distrito indican que haber centralizado las gerencias de los hospitales ha representado ahorros en gastos administrativos por 62.000 millones de pesos.

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Más allá del cruce de datos de esas dos entidades, los ciudadanos mantenien una percepción negativa frente a la salud en Bogotá. De hecho, con un 40%, ese indicador en la capital es uno de las tres peores entre las 11 ciudades medidas por el programa Cómo Vamos en 2016.

Los usuarios siguen padeciendo las fallas de un sistema que no se puede reformar de un día para otro. Por ahora, el secretario Morales tendrá que a rendir cuentas ante la Personería, y en ese ejercicio se medirá el rumbo que está tomando la salud en la ciudad.