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| Foto: Policía Nacional

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¿Por qué han pasado tres años y el poderoso segundo hombre del Clan del Golfo no ha sido extraditado?

Se trata de Carlos Antonio Moreno Tuberquia, capturado en una inhóspita cabaña en el municipio de San Carlos, Antioquia, el 19 de octubre de 2018. Dos cortes de Estados Unidos esperan su envío.

18 de noviembre de 2021

Nadie se explica por qué han pasado más de tres años desde la captura de Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias ‘Nicolás’, quien era considerado en su momento por las autoridades colombianas y de Estados Unidos como el segundo hombre en jerarquía del Clan del Golfo y la mano derecha de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, y su extradición no se ha dado.

Las autoridades norteamericanas lo tenían bajo la mira, por lo que se esperaba que luego de su captura el 5 de agosto de 2018, su extradición fuera un asunto de mero trámite, pues las pruebas contra este capo y su relación directa con el Clan del Golfo y el envió de toneladas de cocaína eran un hecho que llevaban durante años documentando las cortes de ese país. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia tiene su expediente engavetado y no ha emitido una decisión de fondo. Alias Nicolás permanece en una cárcel en Colombia.

El asunto no es de poca monta y ha causado preocupación en las agencias de Estados Unidos con las que siempre ha existido una colaboración judicial permanente. Las alarmas se prendieron nuevamente con la captura de alias Otoniel, quien también es esperado en este país para que responda ante dos cortes por los delitos de lavado de activos, tráfico de drogas y financiación del terrorismo.

¿Qué es lo que ha pasado con este expediente que después de tres años sigue durmiendo el sueño de los justos? SEMANA consultó con varias fuentes, entre ellas en la Corte Suprema, y lo que han dicho es que no hay una explicación razonable para un trámite que por lo general se realiza rápidamente, en especial cuando se trata de capturados de la talla de alias Nicolás, alto mando de una de las organizaciones narcotraficantes más poderosas del mundo, junto con los carteles mexicanos.

Fuentes de la Corte Suprema de Justicia señalan que varias de las vicisitudes procesales tuvieron que ver con la recusación a varios magistrados y restricciones carcelarias por la pandemia, para hacerle una notificación de una negativa de pruebas. No obstante, el tiempo es largo.

SEMANA conoció que el expediente de Carlos Antonio Moreno Tuberquia, según fuentes de la Corte Suprema, está para alegatos finales, y que durante este tiempo estuvo en el despacho de Eyder Patiño quien hace pocas semanas cumplió cumplió su periodo como magistrado.

Aunque Patiño ya dejó el cargo, el despacho está trabajando para tratar de sacar este caso, llevarlo a Sala Plena y entregar un concepto definitivo antes de que termine este año. Al consultar con las fuentes quedó en evidencia que este es el caso que lleva más tiempo en la Corte sin que se tome una decisión.

En el caso de alias Nicolás fue presentada a principios de este año una recusación contra los magistrados Eyder Patiño, Luis Hernández, Patricia Salazar, Eugenio Fernández y José Francisco Acuña, porque le habían dado luz verde a la extradición de otro miembro del Clan del Golfo, y por eso debían manifestarse impedidos. Esa recusación no prosperó y el caso siguió en el despacho del magistrado.

El togado Eyder Patiño ha sido polémico y es recordado porque la propia Corte Suprema de Justicia, de la que formaba parte, pidió que lo investigaran, la decisión la tomó en ese momento la Sala de Instrucción de este tribunal que compulsó copias a la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes que lo investigara por su presunta relación o mención en el denominado Cartel de la Toga.

Su captura

Era el cinco de agosto de 2018, Carlos Mario Tuberquia Moreno, alias Nicolás, se había despojado de todas sus lujos para esconderse de la justicia: mujeres, haciendas, carros. De no ser porque usaba un perfume Creed Aventus, su único objeto de valor, los uniformados que lo capturaron en una inhóspita cabaña en el municipio de San Carlos, no habrían terminado de creer que estaban frente al mismo hombre a cargo de ejecutar las sanguinarias órdenes de alias Otoniel, el jefe del Clan del Golfo, y que ayudó dar cumplimiento a la escalofriante escalada de asesinatos a policías.

La Policía Antinarcóticos logró llegar hasta él por una fuente que reveló su ubicación. Le habían seguido la pista durante décadas, ya que era uno de los hombres que venía de vieja data acompañando a Dairo de Jesús Úsuga en el despliegue de su plan criminal por todo el país. Desde las 8 de la mañana del domingo, la fuente, una persona cercana a alias Nicolás, empezó a dar las coordenadas para su ubicación mediante mensajes de texto.

Los uniformados fueron guiados primero a Guatapé y después al municipio de San Carlos. Con las características de la cabaña donde estaba ubicado, los agentes de la Policía continuaron la persecución a ciegas porque al área donde está escondido no llegaba la señal de telefonía. El lugar indicado era una pequeña guarida, construida en ladrillo. Nada que ver con las lujosas fincas en las que ha vivido en los últimos años. No tenía anillos de seguridad. Su ubicación solo la sabía un puñado de personas cercanas a las que solo les abría la puerta para enviar mensajes.

Seis hombres del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Antinarcóticos ingresaron a la cabaña, y alias Nicolás, uno de los hombres más temibles del Clan del Golfo, quedó en shock. No logró ocultar su temor por estar por primera vez capturado. Fue presentado ante un juez de Medellín por los delitos de concierto para delinquir agravado, terrorismo, homicidio y amenazas; la audiencia se llevó a cabo a puerta cerrada.

En su dosier criminal hay delitos que dan cuenta de su paso por tres grupos criminales. De acuerdo con la investigación, fue integrante del EPL, después formó parte del bloque Centauros de las AUC. Como segundo hombre del Clan del Golfo, tenía a su cargo por lo menos siete estructuras criminales en Antioquia, Chocó y Meta.

Las autoridades de Colombia y de Estados Unidos esperan su extradición, un tema clave en la colaboración judicial de los dos países, que se han venido fortaleciendo. Prueba de ellos es que el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, estuvo hace unas semanas en este país, donde se reunió con el fiscal Merrick B. Garland, y el vicefiscal y consejero de Asuntos internacionales, Bruce Swartz, lo recibieron para hablar de temas de cooperación judicial, extradición, justicia y paz, y avances en asistencia judicial para la comparecencia ante la justicia de Colombia de condenados que se encuentran en Estados Unidos para garantizar derechos de las víctimas.

El ‘plato fuerte’ fue la pronta extradición de alias Otoniel, un proceso que iniciará su trámite con la entrega formal de la acusación y solicitud de extradición.