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El mayor legado del expresidente Juan Manuel Santos fue haber firmado el proceso de paz con las Farc. Archivo: Semana.com | Foto: Servicio Informativo del Gobierno (SIG)

"Quienes hoy celebran la salida de Santos, terminarán extrañándolo": María Jimena Duzán

La columnista de SEMANA escribió un artículo de balance al gobierno en el prestigioso diario The New York Times. Habla de la complejidad y la soledad del hombre que dejó el poder este siete de agosto.

7 de agosto de 2018

El fin del gobierno de Juan Manuel Santos ha sido agridulce. Mientras un sector del país ha resaltado en los últimos días los logros del proceso de paz, otro ha enfatizado en sus errores y desaciertos. El regreso del uribismo al poder y lo que eso significa para el fin de un conflicto de medio siglo con las Farc es hoy objeto de análisis en el mundo entero.

Uno de los balances de ese dilema que viene lo hizo María Jimena Duzan en The New York Times. La columnista de SEMANA asegura que "aunque el nuevo presidente, Iván Duque, ha dicho que no va a hacer trizas el acuerdo de paz sino que va a corregirlo, la llegada del uribismo al poder pondrá en riesgo muchos de sus avances. Santos desactivó una guerra, pero ahora hay una batalla por la paz y nos toca a los colombianos ganarla".

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En una columna de opinión titulada "Juan Manuel Santos: el costo político de hacer lo correcto", Duzan asegura que Santos terminará su mandato eclipsado por el sino trágico de los héroes shakesperianos. "Acabará arrasado por las fuerzas que él mismos desató, pese a que fue el único presidente que logró desactivar una guerra de más de cincuenta años con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) —la guerrilla más antigua y poderosa del continente americano—, pero la inercia que desató la firma de este acuerdo terminó minando su popularidad y su base política", escribió. 

Para ella, Santos se va del poder como los “héroes de la retirada”, de los que habla Hans Magnus Enzensberger en su ensayo sobre la complejidad de los líderes que terminan guerras en lugar de iniciarlas.

Según Duzán, como presidente este bogotano, de 66 años, cumplió ese papel ingrato y lo hizo en gran parte porque fue uno de los aurigas más inclementes que tuvo el establecimiento colombiano en la guerra contra las Farc 

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Duzán sostiene que como epílogo, Santos tuvo que asistir a una última derrota, "la más indigna de todas”, el triunfo del uribismo en las elecciones presidenciales del 27 de mayo. Y después de hacer un listado de los errores y aciertos del gobierno, asegura que para los colombianos ha pasado desapercibido que "el acuerdo con las Farc sepultó la idea de que en Colombia la lucha armada tiene apoyo popular. Convertidas en partido político, la Farc obtuvo 85.000 votos en las elecciones legislativas. No menos relevante es que, gracias al acuerdo, la cerrada cultura política colombiana ha madurado. Por ejemplo, llegó a su fin la creencia de que la izquierda colombiana no tenía arrastre electoral".

Duzán cree que aunque la percepción de Santos en el presente sea negativa, está convencida de que la historia lo reivindicará y que muchos de los colombianos que hoy celebran su salida con insultos y abucheos, terminarán extrañándolo

"Santos pasará a la historia colombiana como una de las figuras políticas más complejas. La manera en que impone las distancias lo hace inaccesible; no es un político que conecte con la gente, como el expresidente Álvaro Uribe, dueño de un liderazgo arrollador. No es locuaz en sus discursos y nunca ha podido encender los corazones de los colombianos", enfatizó. 

La periodista cierra su análisis con una cita de Enzensberger: “Cualquier cretino es capaz de arrojar una bomba. Mil veces más difícil es desactivarla”.

Lea la columna completa en https://www.nytimes.com/es/2018/08/07/opinion-duzan-colombia-santos-duque/