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Mientras que en 2010 la inversión en infraestructura se aproximó a 2 billones de pesos, en 2017 llegó a 7 billones y en 2018 rondará los 8 billones, afimra Dimitri Zaninovich, presidente de la ANI.

INFORME

Vías: cambio extremo para Colombia

El Programa de Concesiones de Cuarta Generación (4G) cumple seis años y representa una inversión de 15.000 millones de dólares. Su impacto sobre la competitividad, la productividad y el crecimiento comienza a sentirse y será creciente.

4 de agosto de 2018

Con la presencia de autoridades de los ámbitos nacional y local, el sábado 28 de julio se inauguró una obra de ingeniería sin precedentes en la historia de Colombia. Se trata del viaducto sobre la ciénaga de la Virgen que, con sus 4,7 kilómetros de longitud, se convirtió en el más largo del país.

En su construcción se requirieron 70.000 metros cuadrados de concreto, material que, según dijo ese día el presidente Juan Manuel Santos, equivale a “tres veces el Metropolitano de Barranquilla y 6 millones de kilos de acero, ¡6 millones!, más o menos lo que se utiliza en la torre Eiffel. Toda la torre Eiffel son 6 millones. Lo mismo se utilizó en esta obra”.



Sin producir daños en el medioambiente durante su construcción, este gigante vial de doble calzada de 166.556 toneladas, el mismo peso de 22.507 elefantes adultos, ya disminuyó en 10 minutos el tiempo de desplazamiento por vía terrestre entre Cartagena y Barranquilla, factor que empieza a generar impacto positivo en los bolsillos de los habitantes en la zona de influencia y en la actividad productiva de los departamentos de Bolívar y Atlántico, las dos mayores economías de la costa caribe.

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Este viaducto hace parte del proyecto vial de 109,9 kilómetros que unirá a Cartagena y Barranquilla. Forma parte del Programa de Concesiones de Cuarta Generación (4G) que, en septiembre de 2012, presentó el primer mandatario como el más ambicioso en los 200 años de vida republicana del país. La razón era la inédita inyección de recursos que lo soportaba, por 43,9 billones de pesos.

En aquel momento Clemente del Valle, entonces director del programa de asistencia técnica de mercados de capitales del Banco Mundial, valoró esta apuesta financiera: “No hay otro proyecto como este en América Latina y es comparable con los que se emprenden en China e India”, dijo.

El punto de partida de las 4G se produjo cuando Colombia vivía una paradoja: ponía más productos en los mercados del mundo y recibía por este concepto un volumen de divisas nunca antes visto en las finanzas nacionales, pero su infraestructura de transporte en todos los modos, vital para garantizar la movilidad de la materia prima, se encontraba rezagada y lo ponía en desventaja frente al resto de países en el escenario internacional.

Para sacar adelante esta ambiciosa iniciativa, con la que el gobierno central se propuso duplicar la longitud de dobles calzadas del territorio nacional y así cruzar el país de norte a sur y de oriente a occidente, se requería enfrentar un desafío geográfico y logístico de marca mayor. Los centros de producción, ubicados en el interior, están separados por tres cadenas montañosas de los puntos de despacho y recibo de mercancías, situados en las costas Pacífica y Caribe.



Frente a este escenario, ¿por qué resultaba tan importante invertir en infraestructura? “Porque parte del problema de Colombia no es que no sepamos hacer vías, pues contamos con excelentes ingenieros, o que no fuéramos ambiciosos. El problema es que no teníamos los recursos suficientes y necesarios para el reto que exige la topografía colombiana”, explicó Dimitri Zaninovich, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), durante su intervención en el reciente foro ‘Vías 4G: Colombia avanza’.

Puesto en marcha, el programa buscaba transformar la infraestructura del país y, con ello, como planteó el mandatario, inyectar 1,5 puntos al PIB en la fase constructiva, disminuir un punto la tasa de desempleo nacional y cerca del 30 por ciento el tiempo de los desplazamientos. Esto contribuiría a bajar el costo de los fletes, uno de los más caros de América según la Cepal.

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En otras palabras, buscaba generar un verdadero vuelco a la actividad productiva y al desarrollo del país, a partir de la revolución en la infraestructura.

Adiós al pasado

En los últimos ocho años, el gobierno nacional ordenó todo lo relacionado con la realización de proyectos de infraestructura. Creó un piso jurídico, facilitó la llegada de financiamiento externo y generó credibilidad, factores críticos durante las concesiones de primera, segunda y tercera generación.
En cuanto a lo normativo, expidió la Ley de Alianzas Público-Privadas (1508 de 2012) que eliminó los anticipos, ordenó pagar solo al término de los proyectos y repartió el riesgo entre los actores privados y públicos. Un año más tarde, con la Ley de Infraestructura (1682 de 2013) adoptó medidas y disposiciones para los proyectos de infraestructura de transporte.

En cuanto a lo institucional, en 2011 creó la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), encargada de las concesiones público-privadas y de todo lo relacionado con la infraestructura de transporte del país. También organizó la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), para estructurar y buscar financiamiento para este tipo de obras. Al frente de la FDN quedó Del Valle.

Con estos pilares, el programa de autopistas de Cuarta Generación ha avanzado a buen ritmo. De acuerdo con la ANI, ha adjudicado 30 proyectos, de los cuales 22 están en la etapa de construcción y 8 en preconstrucción. Del total, 15 firmaron contrato de crédito.



Con el Programa 4G el país multiplicó por dos el avance en el número de concesiones de carreteras: pasó de 25 en 2011 a 47 en la actualidad. Según la Agencia, ya se han construido más 1.370 kilómetros de dobles calzadas, equivalentes a la distancia entre Cali y Maicao en La Guajira, adicionalmente 141 túneles y 1.300 viaductos; y se dejan contratados 938 kilómetros de dobles calzadas, 72 túneles y 979 viaductos y puentes.

Inversión multimillonaria

Un factor clave en esta dinámica consiste en fortalecer el financiamiento.

Para el presidente de la ANI, antes de 2010 Colombia invertía menos de 1 por ciento del PIB en infraestructura. “Ahora estamos llegando al 3 por ciento del PIB, lo que es, además, la recomendación para los países latinoamericanos. Todavía estamos muy lejos de los asiáticos como China con 9 por ciento del PIB, Indonesia con 7 por ciento e India con 6 por ciento. Pero, sin duda, hemos hecho un gran avance en lo que el país necesita en infraestructura”, dice el funcionario.

Mientras que en 2010 la inversión en infraestructura se aproximó a 2 billones de pesos, en 2017 llegó a 7 billones de pesos y en 2018 rondará los 8 billones. “Esto se está invirtiendo en el Programa 4G y estamos empezando a sentir y seguiremos sintiendo el efecto cuando sigamos desplazando las generaciones anteriores de vías”, asegura Zaninovich.

En contexto: La luz al final del túnel

Estas cantidades de recursos han convertido a las concesiones de Cuarta Generación, con un monto total de 15.000 millones de dólares, en el programa de asociación público-privada (APP) de vías de mayor dimensión financiera en América Latina y el Caribe.

Este programa les dio la posibilidad a jugadores extranjeros de participar en la financiación de los grandes proyectos de infraestructura en Colombia, señaló Zaninovich.



Es tan diverso el origen de la inversión foránea para infraestructura que, según el funcionario, al país han llegado recursos procedentes de Australia, Austria, China, Costa Rica, Ecuador, España, Francia, Israel, Portugal y Reino Unido. Por su parte, los inversionistas locales no se han quedado atrás y han participado del 42 por ciento de los cierres financieros de los proyectos.

En paralelo con el financiamiento de las obras, en sus zonas de influencia se promueve con recursos y acompañamiento institucional la creación y fortalecimiento de proyectos productivos, apoyados por las concesionarias, gobiernos locales y entidades públicas y privadas que buscarán, en el largo plazo, potenciar la actividad productiva de las regiones.

Más de 1.400 proyectos productivos se encuentran en estado deformulación y 36 en ejecución, en beneficio de 1.592 familias



A la fecha, los avances alcanzados por Colombia en infraestructura le han permitido al país mejorar su posición en este pilar del informe anual del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). En este ocupó el lugar 87, es decir, mejoró seis puestos respecto de 2012, y en calidad de las vías alcanzó el 110, o sea que avanzó 16 lugares respecto al año uno de este proyecto constructivo.

El Programa 4G cumple seis años de vigencia y su gestor, Juan Manuel Santos, finaliza los dos periodos de gobierno en los que Colombia transformó su capacidad instalada de infraestructura. No solo lo constatan los ciudadanos en las zonas de influencia y los viajeros, sino los inversionistas foráneos y locales, los medios de comunicación y los monitores internacionales. Una revolución en marcha.

Más proyectos productivos

Historias en diversas regiones del país comienzan a evidenciar el impacto del avance en la infraestructura sobre la calidad de vida de sus habitantes. 

Hace tres años, cuando en el corregimiento de Puerto Bogotá (Cundinamarca) faltaban puestos de trabajo, Juan Carlos Amaya, tecnólogo en alimentos del Sena, y cuatro personas más crearon Alimentos Vitales, emprendimiento especializado en fabricar y comercializar productos lácteos.

Al poco tiempo de comenzar a operar, este negocio entró en receso, pero hace un año retomó actividades. En esta nueva etapa, según relata, los socios asistieron a una reunión convocada por la concesionaria del proyecto vial Girardot-Honda-Puerto Salgar, y desde ese momento han dado pasos en firme para encaminar su proyecto productivo.

“La concesión nos hizo un aporte para tecnificar la planta productiva. Nos obsequió una descremadora de leche con capacidad para 100 litros por hora. Nos ayudó a que fuéramos legales, a tener certificado de Cámara de Comercio y un registro mercantil porque estábamos de modo informal. También nos ha regalado material de construcción y sobre todo el acompañamiento en el desarrollo del proyecto”, cuenta Amaya, de 27 años, nacido en Honda.

Gracias a este aporte, según relata, su empresa que inicialmente trabajaba con productos como yogur y kumis, amplió su portafolio de servicios y hoy ve el futuro con horizontes más amplios.

“Logramos sacar una nueva línea de productos. El aporte técnico que nos hizo la concesión nos sirvió para sacar parte de la grasa de la leche y dejar una materia prima más ‘fitness’. En el mercado ya se encuentra en la presentación de granola y de aloe. Innovamos en una fórmula e incorporamos cristales de sábila al yogur”, explicó.

Este es uno de los proyectos productivos apoyados por la Concesión Alto Magdalena en los municipios de la zona de influencia en Cundinamarca, Tolima y Caldas.

En el municipio de Nariño (Cundinamarca), según cuenta Francisco Morales, coordinador del programa de Gestión Interinstitucional de la concesión, han empezado a delinear un proyecto de negocio a partir de una idea presentada por unas madres comunitarias que figuran como víctimas del conflicto armado. Con el apoyo de la Alcaldía se les entregará un lugar y elementos para el montaje del negocio.

Se trata de una unidad productiva de panadería que, según su líder, Lourdes Carranza, ya se encuentra en proceso de creación. Relata que ya comenzaron a dialogar con la comunidad y han participado en cursos como el de manejo de alimentos. “La idea es montarlo bien, grande y bonito, y que se pueda mandar producto fuera del municipio”, explica.

En el proyecto 4G Pasto-Rumichaca, de 83 kilómetros de longitud, la Concesión Unión del Sur apoya el fortalecimiento de las capacidades empresariales de las mujeres de la vereda La Palizada en la producción comercial de cuy.

Según Julián González, coordinador del programa de Responsabilidad Am-biental y Social, esta es una de las iniciativas identificadas en los seis municipios en la zona de influencia de la obra, con la que buscan “mejorar la calidad y la cantidad del producto, disminuyendo los costos”. Además, agrega, se generará una economía en línea en la que se cree valor agregado con elementos como el cuero o la materia fecal.

Elly Meneses, líder de la comunidad y creadora de este proyecto hace 20 años, aseguró que les han entregado un galpón de prueba para la crianza de estos animales autóctonos de la zona. “Ya empezamos y lo queremos ver terminado para tener la producción pronto. Esperamos tener más recursos y generar más trabajo”, explica.

En el proyecto Cartagena-Barranquilla y circunvalar de la Prosperidad, la concesión realiza acciones para fortalecer las asociaciones de pescadores de las comunidades de Villa Gloria, Puerto Rey y La Boquilla. Un vocero señaló que se han entregado embarcaciones en fibra de vidrio y se han realizado cursos de reparación Ronald Valiente, presidente del Consejo Comunitario de Puerto Rey, confirmó que ya recibieron las embarcaciones en este nuevo material y se mostró optimista sobre la participación en las iniciativas ecoturísticas que se desarrollarán en este territorio.

Estos son algunos casos de proyectos productivos que han surgido en las obras viales de 4G con el apoyo de las concesionarias en su componente social. Según la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), la inversión nacional en este plan supera los 7.000 millones de pesos.

De acuerdo con la ANI, en la actualidad 1.412 proyectos productivos se encuentran en estado de formulación y 36 en ejecución, en beneficio de 7.474 personas y 1.592 familias. En el componente formativo se han realizado 3.112 capacitaciones a cargo entidades como el Sena y 21.721 personas han recibido cursos.

Impacto que se palpa

El programa de vías 4G comienza a mostrar sus efectos sobre la competitividad, productividad y crecimiento del país.

La construcción de obras civiles en el país, que antes recibía críticas, producía pérdidas y causaba demandas multimillonarias, comienza a consolidarse como motor de crecimiento de Colombia. No en vano ha generado un despegue del Índice de Desempeño Logístico, además de empezar a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Según la nueva proyección realizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía colombiana crecerá 0,9 puntos porcentuales adicionales y alcanzará un incremento del PIB de 2,7 por ciento en 2018. Para 2019 el FMI pronostica un crecimiento del 3,6 por ciento que posicionaría al país como el segundo de mayor crecimiento en América Latina.

La variación en las proyecciones económicas del FMI sobre la economía colombiana tiene que ver, entre otros temas, con el programa de inversiones en infraestructura y vías 4G, Según Alejandro Werner, director del departamento del hemisferio occidental del FMI, este “no solo ha tenido mayor intensidad en el último año, sino que seguirá siendo una columna relevante entre los motores de crecimiento del país”.

De hecho, según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), el efecto estimado de los proyectos 4G sobre el PIB del país llegará a 0,45 por ciento entre 2019 y 2020. Además, estima que en 2021 alcanzará 0,25 por ciento y en 2022 se ubicará en el 0,15 por ciento.

El Banco Mundial también reconoce el avance del país en materia de logística, construcción de infraestructura, intermodalidad y facilitación de comercio, teniendo en cuenta que Colombia ascendió el año pasado a la posición 58 en el Índice de Desempeño Logístico. En 2016 estaba ubicada en el puesto 94, lo cual significa que el país dio un salto de 36 puestos en el último año.  

Además, Colombia ha avanzado algunas casillas en el informe de competitividad del Foro Económico Mundial. Este factor mejora su percepción global y lo hace más atractivo para las inversiones externas.

En el contexto local, en las zonas de influencia de los proyectos se han identificado cerca de 1.500 proyectos productivos, de los cuales unos 40 se están ejecutando. Esta dinámica busca generar sinergias que mejoren la calidad de vida de los habitantes en muchos municipios del país.