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Puntilla Pachón y su socio, un ex policía conocido como Cejas Trujillo, quedaron al frente del negocio del 2cb y reclutan a ‘niños bien’ para que distribuyan la llamada droga de elite.

DROGAS

La droga sintética que hace furor en la élite capitalina

Estudiantes de élite de Bogotá hacen parte de un pequeño cartel que distribuye el 2cb en exclusivos círculos.

12 de abril de 2014

The System. Ese es el nombre con el que son conocidos un grupo de acomodados jóvenes de algunas de las mejores universidades y reputados colegios de Bogotá que desde hace algunos meses hacen parte de un lucrativo negocio: la cadena de distribución de una droga sintética conocida como el 2CB o tu-si-bi. 

Hace dos años SEMANA reveló la historia de esta droga que se creó en Alemania a finales de los años setenta y llegó a América Latina por México hace una década de la mano del auge de otras de las llamadas drogas de diseño como el éxtasis. De allí se expandió a Cali y Medellín y finalmente a la capital de la República en donde se convirtió en la droga favorita de la élite. Un solo gramo de 2cb cuesta entre 130 y 150.000 pesos, casi diez veces lo que vale igual cantidad de cocaína. En su momento esa droga, que se conseguía en exclusivas discotecas o en círculos muy cerrados, era controlada por dos mafiosos del Valle, alias Maquinita y Chicho Urdinola, quienes le robaron la fórmula a otro narco paisa conocido como Alejo Tusibi, que la ingresó al país por Medellín. Este último tuvo que huir a México para salvar su vida y los otros dos fueron arrestados en 2012. 

El negocio, sin duda, es lucrativo. Un kilo de 2cb cuesta entre 80 y 100 millones de pesos, muy por encima de los 3 millones que vale un kilo de cocaína en Bogotá. Con los distribuidores originales fuera de circulación no tardó mucho en aparecer quién ocupara su lugar. Hoy, al frente de esa actividad están dos desconocidos y oscuros personajes. El primero es conocido como Puntilla Pachón. Se trata de un narco que está en la mira de las autoridades antinarcóticos y que tuvo negocios con Daniel ‘el Loco’ Barrera en los Llanos Orientales. Desde San Alberto y otras poblaciones del Cesar dirige sus actividades ilegales. Intentó quedarse a sangre y fuego con el imperio del extraditado Barrera, pero el año pasado varios cargamentos que sumaban 1,5 toneladas de cocaína con su marca personal $, el signo dólar, fueron decomisados a Pachón. Eso lo llevó a incursionar en otra línea de ‘negocios’: el 2cb. Para ello cuenta en Bogotá con su hombre de confianza. Conocido como Cejas Trujillo es un teniente retirado de la Policía, identificado en el bajo mundo por ser el jefe de una temible oficina de cobros que actúa en la capital y el oriente del país. 

Como el perfil de Pachón y Trujillo no les permitía acceder a los exclusivos círculos que consumen 2cb optaron por una hábil táctica. Reclutaron jóvenes de clase alta que gracias a una ambición desmedida se transformaron en una eficiente cadena de distribución de droga. The System, como se autodenomina este grupo conformado por cerca de 20 jóvenes, algunos de ellos de último año de bachillerato, tiene dos centros de acopio y consumo en el norte de la ciudad, en la calle 104 con autopista y en una casa cerca al centro comercial Unicentro. Allí realizan estrambóticas rumbas y desde allí algunos de estos jóvenes salen en autos de alta gama a discotecas o apartamentos a llevar el 2cb. Por su elevado perfil social y las conexiones no despiertan mayores sospechas. En una semana uno de estos jóvenes de The System puede llegar a ganar hasta 10 millones de pesos por sus servicios como distribuidor. El asunto ya ha llegado a oídos de las autoridades, las cuales sin embargo reconocen que no será fácil llegar a detener a estos “niños bien” que, además de estar en el camino del mal, tienen poderosos contactos e influencias.