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| Foto: Archivo SEMANA

POLÍTICA

La reconciliación entre Uribe y Roy Barreras

Sin apretón de manos y sin pedir perdón, Uribe da por superado el impasse con el presidente de La U, que calificó al uribismo como los “nuevos terroristas”.

7 de octubre de 2015

Roy Barreras y Álvaro Uribe volvieron a verse las caras este miércoles después de que el presidente del Partido de la U calificó al Centro Democrático como los "nuevos terroristas”. Tal calificación fue asumida como el peor de los agravios por parte de los uribistas, que por esas palabras decidieron abandonar el debate sobre el acto legislativo para la paz.

El encuentro se produjo en la plenaria del Senado. El uribismo llegó con las heridas abiertas y exigió del congresista Barreras una “reparación”, como lo reclamó el senador Alfredo Rangel, uno de los mayores ofendidos. Todo apuntaba a que el jefe de La U estaría obligado a retractarse o a pedir perdón a sus colegas del Centro Democrático y al propio Álvaro Uribe. Pero no fue así. Aunque Barreras pareció llegar con la pipa de la paz, pasó de agresor a agredido. Se mostró víctima de los adjetivos del uribismo y tardó por lo menos dos horas en mencionar la palabra perdón.

Barreras, a su ingreso a la plenaria, y a la pregunta de si se retractaría de sus afirmaciones, respondió de una manera muy particular: “Recibiría con mucha alegría que el Centro Democrático se retractara de todas las veces que ha dicho terroristas de las FARC a quienes construimos la paz”.

Ese mismo discurso fue el que le ofreció al Centro Democrático. “Ni nosotros somos terroristas ni cómplices de las FARC, ni ustedes tampoco son terroristas”, dijo antes de extenderle la mano al senador Alfredo Rangel a manera de reparación, pero nunca mencionó la palabra perdón.

El uribismo le dejó la mano extendida. El senador Iván Duque le dijo a Barreras que “quienes más predican la paz y el perdón deberían usar esas palabras cuando han señalado a un partido con una tipología criminal como lo hizo usted”. Y aseguró “la gallardía también es saber pedir perdón”.

Barreras dijo que la palabra “perdón” significa “entregarlo todo”, inclusive la razón, y que precisamente en la argumentación es donde radican las diferencias. “Lamento que la voluntad de reparación con el gesto amistoso no les sea suficiente”, y propuso mantener las diferencias, pero obviar los adjetivos.

En seguida, el senador de La U se anticipó con un nuevo gesto y se despachó en elogios al expresidente Álvaro Uribe al señalar que “el partido de La U, y usted lo sabe, estará siempre al frente de la defensa de lo que fue una obra de gobierno que en materia de seguridad les devolvió la confianza a los colombianos y que hizo posible este proceso de paz. Esta paz es hija de la seguridad democrática”, afirmó. De nuevo, no hubo perdón.

Pero tuvo que ser el expresidente Uribe el que puso colofón a la controversia. “No discutamos lo del perdón, el perdón necesita justicia y castigo. Pero tenga la tranquilidad de que hay de esta parte, senador y amigo, total olvido”.

Las palabras de Uribe probablemente dejaron atónitos a más de uno. Barreras le respondió a su manera: “Yo sí no lo voy a olvidar nunca porque usted es inolvidable”, y le ofreció al uribismo garantías de no repetición siempre y cuando “ustedes también, con el mismo coraje, entregaran esa declaración de reparación y de no repetición por la reiterada afirmación de que somos terroristas cómplices de las FARC. No somos terroristas, ustedes tampoco lo son”.

Por eso le propuso al uribismo “perdonemos nuestras ofensas y protejamos de los que nos ofenden”. Tardaron varias horas en mencionar la palabra perdón, y al final Barreras se reconcilió con “su amigo” Álvaro Uribe.