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Al medio día Maria Emma Mejía y Samuel Moreno se encontraron en Corferias

BOGOTÁ

¿Cómo fue el día decisivo de los precandidatos?

María Emma Mejía y Samuel Moreno comenzaron el día clave para sus carreras políticas sintiéndose ganadores. Al final de la tarde la ex canciller tuvo que reconocer el triunfo del ex senador.

Semana.com y Votebien
8 de julio de 2007

Samuel Moreno Rojas se levantó muy temprano y con un solo pensamiento en la mente: “Hoy se elige al alcalde de Bogotá”. Una sentencia que repitió muchas veces a lo largo del día. Leyó los diarios y comenzó su jornada vistiendo una chaqueta amarilla con publicidad de su campaña. A las nueve de la mañana hizo su primera aparición pública. Acompañó a su esposa a votar en el sector de El Nogal, allí concedió declaraciones a la radio y dijo sentirse muy optimista y seguro del triunfo.

El entonces precandidato partió hacia el domicilio de sus padres en el tradicional barrio Teusaquillo de Bogotá. Allí, en la que fuera la casa del general Gustavo Rojas Pinilla, su abuelo, lo esperaban la mayoría de sus colaboradores, los senadores Jaime Dussán e Iván Moreno -hermano de Samuel- y un enjambre de periodistas de todos los medios. El contendor de María Emma Mejía concedió otra ronda de entrevistas, saludó a familiares y “camaradas” de la campaña y recibió un primer informe sobre cómo avanzaba la consulta.

La fortaleza de Moreno estaba en las bases disciplinadas del Polo. En su campaña trabajaron con empeño unas 1.500 personas lideradas por seis senadores, siete concejales, 28 ediles y unos 160 candidatos a diversas corporaciones. Todos ellos declarados ‘Samuelistas’.

Por su parte, la ex canciller Mejía, favorecida en todas las encuestas, esperaba cosechar muchos votos de los sectores más moderados del Polo. Su jornada comenzó también muy temprano. Madrugó a misa en la iglesia de San Alfonso, en La Soledad, sector donde se concentraron la mayoría de sus seguidores para acompañarla a depositar el voto. Hacia las nueve de la mañana, acompañada por Antonio Navarro, visitó las urnas del popular Park Way y recorrió varias calles con algunos de sus seguidores. Después acompañó a votar a uno de sus principales escuderos, el candidato al concejo Antonio Sanguino. Juntos fueron al Agustiniano de Salitre y luego hizo lo propio con el ex senador Antonio Navarro, quien votó en el colegio Mayor de Cundinamarca.

A esa hora Moreno se desplazó hacia el barrio Bachué, en la localidad de Engativá, para consignar su voto en una mesa instalada en el colegio Laureano Gómez. Lo hizo a las once y veinte minutos de la mañana. Allí se encontró con otro peso pesado del Polo, el senador Jorge Robledo quien acompaña su candidatura. Tras votar, Moreno recorrió un par de calles del sector y saludó a muchos de sus seguidores repitiéndoles que “hoy se elige al alcalde de Bogotá...”.

Arturo Lizcano, un humilde celador logró acceder al precandidato y robarle un par de minutos para plantearle una singular petición. “Yo soy un caminante descalzo”, le dijo sin más al tiempo que le explicaba que desde noviembre de 2003 se puso como reto caminar sin zapatos desde Bogotá hasta Ciudad de México a favor del maltrato infantil y alimentándose “únicamente con agua de panela y concentrado para perros”. El caminante no logró su meta en esa ocasión porque las autoridades panameñas lo deportaron cuando arribó a Colón. Ahora necesita ayuda para tramitar los permisos necesarios y un aporte económico para que su esposa e hijo no pasen necesidades mientras él camina hacia la capital mexicana. Samuel Moreno le prometió ayuda, le pidió pasar por la sede de la campaña y le dio una tarjeta con sus números “Me llama y vemos cómo le ayudamos”, le dijo antes de abordar su camioneta rumbo a Corferias.

Eran ya las 11:30 de la mañana y Maria Emma Mejía partió hacia el mismo lugar que Moreno. A estas alturas de la jornada ambos candidatos habían notado que las urnas estaban desoladas. Apenas tres o cuatro votos en promedio por cada mesa. El reto del partido era superar los 96 mil votos alcanzados en noviembre pasado cuando se eligieron los delegados del movimiento. En esa ocasión el organismo electoral instaló 20 mesas en la ciudad mientras que para la consulta del domingo fueron 467.

Como si lo hubieran acordado, al medio día en inmediaciones de Corferias, el punto de votación más grande de Bogotá, se encontraron los dos precandidatos más opcionados y Hernando Gómez Serrano, otro aspirante del Polo. “Ahora somos varios candidatos, al final de la tarde será sólo uno, que representará al partido en octubre”, dijo Maria Emma.

Luego del saludo formal, los precandidatos del Polo volvieron a sus labores. Ingresaron, cada uno con sus seguidores al centro de votación de Corferias. Saludaron a las personas que encontraron al paso y aprovecharon para dar un vistazo rápido a las planillas de votación que seguían como nuevas en su mayoría. El balance continuó siendo preocupante. “Como buenos colombianos, muchas personas salen a votar entre tres y cuatro”, dijo en tono consolativo Samuel Moreno. La precandidata Mejía dejó entrever algo de preocupación. “Esperábamos ver más gente aquí, teniendo en cuenta que son cerca de tres millones de personas las inscritas para votar en Corferias”.

Concluida la visita a Corferias los precandidatos se dirigieron a sus domicilios. Luego del almuerzo familiar y de un breve receso, alterado por el repique incesante de los celulares, partieron a sus sedes de campaña. Allí, expectantes, aguardaron el cierre de la jornada de votación y los resultados parciales emitidos por la Registraduría. Ya solo quedaba acatar el veredicto de los electores. Cuando conocieron los resultados, Mejía y Moreno partieron al hotel Tequendama par asistir al acto de proclamación del ganador. Era la hora de Moreno. Era la hora del nieto del general Rojas.