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Un nuevo escenario

El historiador Luis Eduardo Bosemberg explica por qué el terrorismo islámico está expandiéndose en Europa.

Luis Eduardo Bosemberg*
30 de julio de 2005

El terror que Estados Unidos había querido eliminar con la invasión a Irak ha aparecido en un nuevo escenario: Europa. Los atentados en Madrid del 11 de marzo de 2004 y los más recientes en la Gran Bretaña muestran una escalada, que parece, apenas está comenzando. Los protagonistas son los yijadistas o luchadores por la causa del Islam. Son europeos de nacimiento, tienen la nacionalidad europea, hablan alemán, francés e inglés y comparten las costumbres de sus países de origen. Son los hijos de los emigrantes del Medio Oriente.

En la primera mitad del siglo XX llegó a Europa la primera generación de emigrantes del Medio Oriente. Arribaron como trabajadores. Pero su número se acrecentó después de la Segunda Guerra Mundial debido a la necesidad de mano de obra en la reconstrucción del Viejo Continente, a la penosa situación en sus países de origen y a la explosión demográfica del otro lado del Mediterráneo. Gran Bretaña y Francia acogieron a los miembros de sus ex colonias, mientras que a Alemania llegaron procedentes de Turquía. Pensaban en volver a su país y su referente era la nacionalidad, pero el retorno se complicó: diversas guerras y luchas civiles estallaron en el Medio Oriente.

Los hijos de los emigrantes que nacieron y se convirtieron en adultos en Europa a finales de la década de los 80 son conocidos como "la segunda generación" y se dividen en dos grupos. En el primero están los que sentían la brecha generacional, cuestionaban a sus padres y a su cultura. Son los que se han modernizado, se han integrado al mercado laboral y se ven como apolíticos y piadosos.

Un segundo grupo lo forman los que forjaron una nueva identidad islámica ante la incertidumbre. Después de todo, la tierra de sus padres estaba lejana y el país que los había recibido era hosco. Ellos se enfrentaban a la búsqueda de trabajo en condiciones desfavorables, eran generalmente pobres y chocaban con actitudes racistas o discriminatorias. Por ello rechazaban la integración social y algunos habían sido delincuentes o drogadictos, intelectuales y estudiantes. Aquí la incertidumbre se manifestaba de forma más aguda.

A ellos se les unieron los exiliados. En la década de los 80 conflictos en el Medio Oriente mostraba que los privilegios eran de unos pocos. La militancia religiosa surgió como alternativa y a muchos les tocó la clandestinidad o el exilio en Europa. Londres, por ejemplo, se convirtió en el refugio político de múltiples grupos musulmanes militantes y por ello algunos la llaman "Londonistán".

Dentro de este segundo grupo las diferencias son marcadas. Algunos buscan aislarse dentro de su mundo religioso, otros no, pues creen en un activismo político-social.

También dentro de este grupo es posible hablar de los yihadistas, que han optado por una lucha terrorista, propugnan por una ruptura con el medio. El resentimiento religioso se convirtió en el instrumento y creen que viven en bilad al-kufr, "la tierra de la incredulidad".

En la década de los 90, además, se sentían fascinados por la yijad en Afganistán y más tarde por Ben Laden. En las mezquitas conocieron a clérigos musulmanes que compartían los mismos sentimientos. Ellos admiran los hechos del 11 de septiembre y algunos hicieron escuela en luchas en el Medio Oriente. No son leales a la tierra que los acogió pero utilizan el derecho de asilo, las ganancias sociales y la infraestructura. Por medio de la televisión e Internet llegan a todos los confines a donde se encuentren. Paradójicamente, utilizan la sociedad abierta europea para establecerse como grupos cerrados.

Estos yijadistas están afectando cada vez más de forma directa a la población europea, mezclando redes internacionales terroristas con los militantes en Europa. Detestan a Occidente, lo consideran agresor e "impío" e igualmente atacan a los aliados de Estados Unidos, considerado el "gran Satán". Tal vez los yijadistas esperan cosechar triunfos ante la imposibilidad de conquistar la supremacía en el mundo musulmán y buscan catalizar a los indecisos mostrando que Europa es vulnerable. Además, piensan que su lucha en el Medio Oriente ha fracasado por el apoyo que los regímenes tienen de Occidente.

Así pues, los atentados de Londres muestran una experiencia de los últimos años. Problemas de índole social, conflictos del Medio Oriente que se están extendiendo a Europa y un Islam que se radicaliza en Europa dentro de una minoría.

* Experto en Islam y profesor de la Universidad de los Andes.