
Opinión
Colombia no puede equivocarse nuevamente
Parece que algunos desadaptados se están entrenando para un nuevo ‘estallido social’.
Observando con dolor y tristeza lo que pasa en el país, se puede pensar que estamos inmersos en una película de humor negro, en la que quien, hace algo más de tres años, juró defender la democracia hoy intenta llevar a los hijos de la patria a morir por causas ajenas, en el Medio Oriente, en lugar de actuar sobre nuestro propio territorio para imponerse a los facinerosos que, a diario, cubren de sangre inocente nuestra nación mientras ‘protegen’ las rutas del narcotráfico o disputan con otros bandidos el dominio de los cultivos de coca y las zonas de minería ilegal.
El país ha perdido el control estatal en varias regiones donde los terroristas han sometido, por la fuerza, a la población y desde las que promueven asonadas contra la Fuerza Pública, asesinan soldados, policías y población civil, así como desde la plaza pública se sigue incitando a la guerra y acrecentando el odio en la población por parte de miembros del régimen; el nombramiento de cabecillas de las autodefensas como gestores de paz y decisiones de la Fiscalía de no solicitar órdenes de captura contra criminales que dialoguen con el gobierno, posiblemente incentiva el delito.
Las recientes acciones delictivas de vándalos que dañaron propiedades en la zona ‘que habitan los oligarcas’, como los llama el presidente, blandiendo banderas y asumiendo la defensa de Palestina, parece más bien la respuesta violenta a la motivación de la defensa que se hace desde la cabeza del poder ejecutivo sobre esta población, así como parece un entrenamiento en vivo de ‘la primera línea’, la que seguramente estarán preparando para que afecte al país antes de las elecciones de 2026, en una campaña de intimidación para los votantes, disfrazándola de ‘estallido social’.
Las actuaciones del jefe de Estado llevan a pensar que, posiblemente, desea involucrar al país en una guerra internacional, teniendo probablemente como un adversario a Israel o tal vez esta polvareda busca enmascarar algún nuevo escándalo; por Constitución las relaciones internacionales las controla el jefe de Estado, pero es el Congreso quien autoriza declarar la guerra, excepto cuando se está repeliendo una agresión extranjera. El poder ejecutivo debe actuar para proveer la seguridad de la República, defender la independencia y la honra del país, así como la inviolabilidad del territorio en lugar de buscar batallas donde no lo han llamado.
Es interesante recordar que el senador-candidato Petro, en plena pandemia y teniendo como anfitrión a Jean Claude Bessudo, se reunió con empresarios de la comunidad judía y hoy ataca las decisiones de Israel, inmiscuyéndose en asuntos de otra nación, inclusive en Nueva York desatinó: “… Abrir la lista de voluntarios colombianos y colombianas que quieran ir a luchar por la liberación de Palestina y, si le toca al presidente de la República de Colombia ir a ese combate —no me asusta, ya estuve en otros— pues voy”. ¿Por qué más bien no pide la conformación de un ejército internacional para acabar con los cultivos de coca en Colombia? O ¿por qué no va a combatir a los terroristas que asesinan colombianos? Primero el país, después los camaradas.
Llama la atención que el jefe de Estado esté tratando de dar solución a problemas de otro pueblo, localizado a más de 11.500 kilómetros de distancia, mientras que en las narices de los colombianos la seguridad se deteriora, los bandidos se multiplican, los secuestros han vuelto a ser el sufrimiento de muchas familias, los retenes ilegales pululan por las carreteras, las vacunas y las extorsiones se incrementan, los capitales buscan mejores horizontes, el trabajo informal crece y el comercio exterior se deteriora. Los que lo eligieron le dieron su voto para que gobernara el país, para que solucionara los problemas de Colombia y no para que su ideología política lo llevara a otras galaxias.
Solo faltan 10 meses para que finalice esta horrible noche; Colombia no puede volver a cometer el mismo error en las próximas elecciones. Lo que estamos presenciando es solo la muestra de lo que le puede esperar al país si continúa la misma ideología de izquierda en el Gobierno; los colombianos deciden en las urnas con su voto y con la protección de las mismas para que no haya fraude. Ojo a lo que sucedió en Venezuela.