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¡Concejal descarado! ¡Concejales sinvergüenzas!

A Johana, gracias por ser valiente, por no dejarse intimidar, por no callarse, por persistir a pesar de la indiferencia de este país que no se inmuta ante las 65.000 mujeres que en promedio son víctimas de violencia en Colombia.

Diana Giraldo
20 de agosto de 2022

Johana Espejo pensó que su pareja, el concejal de Ocaña Deiby Arias, la iba a matar. La golpeó tan fuerte que quedó aturdida y por un instante perdió el conocimiento. No podía abrir los ojos, tenía su boca hinchada y con sangre. El “honorable concejal” la había despertado a las patadas, reclamándole por haber salido esa noche con sus amigos. Le quitó a la fuerza su ropa interior y la olió en la búsqueda del rastro de algún hombre. La tomó por el cuello y trató de estrangularla.

Los gritos desesperados de la mujer hicieron que los vecinos llamaran a la policía. Cuando tocaron a la puerta, el concejal la soltó. Johana le pidió a la policía que la sacara de allí. Pero, como los uniformados tenían al frente al “señor concejal”, no hicieron nada. Johana abandonó su casa y se escondió donde una amiga.

Golpeada, malherida y humillada, tomó la determinación de denunciar a su agresor. Además, hizo público lo que pasó para alentar también a otras mujeres a denunciar a sus agresores, para animar a otras a vencer el miedo.

Este es el relato que hace Johana de lo que pasó esa noche de mayo del 2021 y que ha repetido en diversas entrevistas. Ha pasado un año y medio, y hoy esta mujer sigue narrando su historia en busca de justicia, mientras su agresor, Deiby Arias, acaba de ser elegido presidente del Concejo de Ocaña (Norte de Santander).

No valió de nada que Johana hubiera denunciado al concejal por violencia intrafamiliar agravada y acto sexual violento agravado. Aunque fue capturado un mes después de la denuncia y estuvo dos meses detenido, una jueza de garantías le otorgó la libertad porque consideró que no “constituía un peligro para la sociedad”. Solo le impuso una medida de restricción para que no pudiera acercarse a su expareja, pero le permitió seguir su vida como si nada.

Tan como si nada que la semana pasada ocho concejales de Ocaña votaron por Deiby Arias, del Partido de la U, como nuevo presidente del Concejo. No les importó que la Fiscalía haya llamado a juicio a este concejal ni que Medicina Legal le hubiera dado 20 días de incapacidad a su exmujer por la gravedad de sus lesiones. Según sus compañeros, no ha ocurrido nada tan grave como para no votar por él y nombrarlo presidente. Los que lo apoyaron fueron Yan Leonar Vergel Sánchez, Ciro Antonio Sánchez, Jhon Leonardo Arenas Jácome, Elio Ignacio Barrera Quintero, Iván Andrés Manzano Picón, José Luis Pérez Jácome y David Arias. Solo dos se opusieron al nombramiento de Deiby Arias como presidente del cabildo: Mario Castellanos y Evelio Rangel. Otros cinco concejales no estuvieron siquiera presentes.

Ya la Corporación Excelencia en la Justicia había manifestado hace un año su rechazo a la falta de celeridad en este caso. El miércoles pasado, el columnista del diario Vanguardia Manuel de Jesús Rodríguez volvió a hacer un llamado a no seguir siendo indiferentes frente a este claro caso de abuso y violencia contra la mujer.

¿Cómo queremos que las mujeres denuncien la violencia en su contra si la Justicia y la sociedad las abandona a su suerte y no las protege? ¿Cómo pedirle a una víctima sometida al miedo por su agresor que levante su voz y señale a su victimario si, una vez se decide a hacerlo, le decimos en su cara que “hay una presunción de inocencia” y que tenemos que esperar un fallo para creerle? ¿Cómo romper esta violencia contra la mujer si pasan años desde que se denuncia hasta que se llegue a una condena?

¡Qué lejos estamos de tener un sistema judicial que proteja a las víctimas de violencia! ¡Qué débil es aún nuestra Justicia frente a los casos de violencia intrafamiliar, sexual y de género! ¡Qué solapados somos como sociedad repitiendo que condenamos estos actos, cuando en la realidad del día ni siquiera rechazamos a esas personas que someten, humillan y maltratan a su pareja!

Como mujer le pido respetuosamente al juez a cargo de este caso que tome pronto una decisión y no permita que este hecho quede en la impunidad. Como periodista le pregunto a la directora del Partido de la U, Dilian Francisca Toro, si se abrió un proceso disciplinario contra este concejal y cuál fue el resultado. Como ciudadana les digo a los concejales de Ocaña que eligieron a este concejal agresor como presidente que son unos sinvergüenzas. ¿Qué habría pasado si esa mujer golpeada fuera su madre, su esposa o alguna de sus hijas? Al “honorable” presidente del Concejo de Ocaña le digo que usted es un descarado.

Y a Johana, gracias por ser valiente, por no dejarse intimidar, por no callarse, por persistir a pesar de la indiferencia de este país que no se inmuta ante las 65.000 mujeres que en promedio son víctimas de violencia en Colombia. Y este número es solo de las que se atrevieron a denunciar. Las otras, miles, siguen calladas, mirando cómo se premia con la presidencia de un Concejo a estos agresores.

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