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OPINIÓN

De la filosofía a la ideología: la revolución tendencial en la educación (Parte III)

La filosofía busca comprender la realidad. La ideología, en cambio, pretende mutilarla, de acuerdo con presupuestos sesgados y falsos.

Camilo Noguera Pardo
16 de octubre de 2025

La revolución tendencial ideologiza la educación para lograr la convulsión psicológica total de la sociedad. Pero, para explicar la ideologización tendencial educativa es necesario entender la distinción fundamental entre filosofía e ideología.

La filosofía busca comprender la realidad. La ideología, en cambio, pretende mutilarla, de acuerdo con presupuestos sesgados y falsos. Dicho de otro modo: la filosofía abraza la verdad, porque la reconoce y la desea, pero la ideología la inventa, según sus intereses. En este sentido, la ideologización de la educación significa instrumentalizarla para imponer relatos que estén al servicio de fines determinados. Su objetivo, entonces, no es formar, sino adoctrinar.

Ahora bien, siguiendo los artículos que he publicado anteriormente acerca de la revolución tendencial, ¿qué ideologías específicas se han tomado la educación de colegios y universidades? A continuación, explico algunos de los discursos característicos.

Posverdad: es una corriente de la filosofía que defiende la tesis de que los hechos objetivos carecen de importancia para la explicación de la realidad. De manera que lo que realmente importa son las emociones, las percepciones y las argumentaciones lingüísticas. Así, para la posverdad la verdad es una cuestión emocional, subordinada a utilidades pragmáticas: políticas, jurídicas, económicas, culturales.

Relativismo moral: es una corriente de la filosofía moral. Sostiene que no hay valores morales objetivos y, por ende, que las nociones de bien y mal son una cuestión de contextos culturales y tradiciones morales. Generalmente, el relativismo moral conduce al nihilismo ético, que pasa de la relativización de los principios morales objetivos, a su negación explícita.

Positivismo jurídico: es una corriente de la filosofía del derecho y la teoría jurídica. Considera que el ordenamiento moral y el ordenamiento jurídico son ordenamientos distintos e inconexos. Por ende, estima que el derecho es válido únicamente por haber sido creado según procedimientos formales, sin importar su contenido moral.

Decolonialismo y Leyenda negra: es una corriente de los estudios culturales según la cual toda herencia cultural derivada de las conquistas es mala por tratarse de formas violentas de dominación. Su análisis, además de establecer un examen crítico de la ‘colonialidad’, cuestiona cierto eurocentrismo de la cultura. La Leyenda negra, por su parte, es una interpretación histórica sesgada que presenta a España y su imperio como crueles y retrógrados, distorsionando y exagerando sus acciones durante la conquista y colonización.

Cultura de la cancelación: es un fenómeno social que utiliza métodos de censura para cualquier idea o argumentación que disienta del statu quo. Si bien es un fenómeno que puede girar tanto a los relatos progresistas del liberalismo radical, como a los extremos del conservadurismo populista, lo cierto es que la mayoría de casos de censura contemporáneos son contra la tradición cristiana y sus expresiones en la literatura, la música, la filosofía, el derecho y la política. Ante las dudas, invito a los lectores a que revisen las estadísticas al respecto.

Narrativas y enfoques de género: confluyen discursos tales como el feminismo radical, la teoría queer, el lenguaje inclusivo y, por supuesto, la ideología de género. Todos estos enfoques se caracterizan por negar realidades objetivas de la biología, la neurofisiología y la lingüística, con el fin de implantar realidades ideologizadas y culturalmente construidas.

Teología de la liberación: es un enfoque de la teología cristiana que ideologiza y politiza la teología católica, al introducir categorías marxistas y revolucionarias en la interpretación del evangelio. En palabras de la autoridad en el tema, Julio Loredo: “La teología de la liberación bien podría calificarse de no teología, ya que se reduce a una justificación pseudoteológica de la lucha de clases y otras acciones revolucionarias en el campo sociopolítico, que ha servido de sustento a sucesivos y ruinosos gobiernos marxistas latinoamericanos”. (2014).

Cristianofobia: la cristianofobia es una práctica de hostilidad, asechanza y discriminación contra los cristianos, sus instituciones y sus símbolos. Opera según los siguientes modos de persecución: persecución física—asesinato, tortura, encarcelamiento y exilio—; persecución legal—normativas que penalizan o limitan las expresiones cristianas—; persecución cultural—hostigamiento, exclusión y linchamiento mediático contra quienes expresan ideas cristianas—; persecución económica—impedir el acceso a fondos, permisos o contratos por razones ideológicas—.

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