Julio Londoño Paredes Columna Semana

Opinión

De las declaraciones rimbombantes

Las frases rimbombantes siempre tienen audiencia, no obstante que, a la larga, queden en el vacío.

11 de noviembre de 2022

A partir del 1° de enero en Brasil entrará a gobernar Lula por un período de cuatro años, siempre y cuando no ponga nerviosos a los militares, que siguen siendo los árbitros de la política de ese país. Su presidencia no va a tener mayores efectos reales ni en Colombia, ni en el continente.

Ni siquiera va a generar una alineación de los países con gobiernos de izquierda, que tienen características completamente diferentes.

Incluso las declaraciones coincidentes que ha hecho Lula con el mandatario colombiano sobre la defensa de la Amazonía, a las que ahora se ha sumado Maduro, no pasarán de ser retóricas.

Aunque en Venezuela existe el estado “Amazonas”, su condición amazónica se deriva de que por un breve tramo es ribereña del río Negro, que nace en Colombia y desemboca en Brasil. Pero el problema es que en dicho estado y en general al sur del río Orinoco existen decenas de pistas clandestinas en la que se embarca, no solamente coca, sino también oro, procedente de centenares explotaciones ilegales.

Por su parte, en Colombia, no hay gobierno que no haya afirmado que va a propender por el desarrollo y conservación de la Amazonía. Decenas de reuniones de alto nivel se han celebrado y muchos documentos se han firmado y se seguirán firmando, expresando ese propósito. Sin embargo, la situación es cada vez más precaria.

El ecocidio en la Amazonía colombiana avanza inexorablemente y con gran rapidez, especialmente por efecto de la producción y procesamiento de cocaína y de la explotación ilegal de oro por parte de grupos armados.

No es previsible que, dándole plata a los cultivadores de coca o a los mineros ilegales, se vayan a convertir de la noche a la mañana en guardianes de los bosques. Como se ha demostrado repetidamente en experimentos similares, el gobierno siempre se queda, como dice el refrán “con el pecado y sin el género”. Pero naturalmente el ofrecimiento de ofrecer plata siempre es bienvenido y genera elogios.

Se han recibido con entusiasmo los pronunciamientos del presidente Petro señalando, que el carbón, así como el petróleo y sus derivados son los mayores depredadores del medio ambiente y los responsables del deterioro progresivo del cambio climático.

Tiene toda la razón. No hay nadie que esté en desacuerdo. Lo que pasa es que en un país de nuestra geografía y ahora de casi 50 millones de habitantes, si se cuenta a los venezolanos, estamos a años luz de que podamos pasar de la leña y el carbón, a la energía eólica o solar. Menos aún a la nuclear, con todos sus riesgos.

Si el narcotráfico sigue avanzando de la manera como está sucediendo, todos los pronunciamientos y lemas, solo serán palabras.

Pero en fin las frases rimbombantes siempre tienen audiencia, no obstante que, a la larga, queden en el vacío. Especialmente en un país como el nuestro que se alimenta de titulares de prensa.

Noticias Destacadas