El experimento

El Gobierno ya empezó a manejar la salud de miles de colombianos y el resultado es desastroso. Pregúntenles a los maestros.

El pasado lunes primero de abril, el Ministerio de Educación anunció la firma de un acuerdo para dar inicio al proceso de transición hacia un nuevo modelo de atención en salud que beneficiaría a los 818.960 afiliados al sistema de salud del magisterio de Colombia. Los nuevos responsables: el Consejo Directivo del Fomag, conformado por los ministerios de Educación, Trabajo y Hacienda, Fecode y la Fiduprevisora. Ha pasado poco más de un mes y el resultado es una pesadilla.

Tras varias mesas técnicas lideradas por el Ministerio de Salud y Protección Social, el Gobierno creó la llamada Red Nacional de Servicios de Salud, que cuenta con 32 coordinaciones departamentales y nodos regionales, buscando, supuestamente, garantizar el acceso de los maestros y maestras a servicios integrales en todo el territorio nacional. Del experimento ha resultado, como se esperaba, un trancón burocrático, sin experiencia y mucho peor que el sistema anterior.

Las denuncias de los últimos días son petrificantes: en Armenia, por ejemplo, conocimos el caso de un docente del Quindío que podría perder un riñón que le fue trasplantado si no le dan solución a dificultades que presenta en medio del cambio de la entidad que presta los servicios de salud al magisterio.

Haciendo un barrido por los medios locales, solo esta semana encontramos esto. En Cartagena hubo protestas en las que los profesores levantaban carteles diciendo: “No hay medicamentos, ni servicios”, tras sentirse en el aire con el nuevo cambio del modelo del servicio en salud. En Valle del Cauca, el magisterio no tuvo otra opción que reconocer traumatismos en el cambio de modelo de salud para el gremio. En Bucaramanga, esta semana hubo reclamos en la prensa por parte de los docentes por el nuevo sistema de salud y, en Medellín, la Asociación de Institutores de Antioquia reportó traumatismos sobre la cancelación de citas en los primeros días de mayo.

Las fallas más comunes denunciadas por los docentes en todo el país incluyen falta de atención a los pacientes, falta de medicamentos, no atención para pacientes crónicos, insuficiencia de citas y aumento de mala atención del servicio al cliente. Una maravilla.

Esto es simplemente una muestra de lo que podría ser el sistema de salud en caso de que se pase la reforma que el Gobierno promueve. Pero eso no es todo, lo que nos estamos dando cuenta es que a la mala administración que realiza este Gobierno se suman los escándalos de corrupción que se acumulan con el paso de los días.

¿Qué les garantiza a los colombianos que los recursos de la salud no terminen en manos de los políticos para que pasen otros proyectos de ley o se perpetúen en el poder tal y como se ha denunciado que está pasando con los dineros de la UNGRD? Si con la plata de la Unidad para la Gestión del Riesgo lograron impulsar dos reformas trascendentales, ¿se imagina lo que podrán hacer con toda la plata de la salud? ¿La reelección perpetua?

A pesar del evidente fracaso del sistema de salud que se ha implementado para el magisterio, el presidente Gustavo Petro confirmó al final de la semana pasada que su Gobierno presentará nuevamente la reforma a la salud en los próximos días con mensaje de urgencia al Congreso y ni una palabra sobre lo que les está pasando a los maestros. Obviamente, el objetivo no es arreglarle la salud a la gente; es quedarse con la plata.

Incluso, los expertos consultados por esta columna aseguran que la transición se hizo sin las bases de datos y sin contar con la información necesaria de las redes para atender a las personas en las regiones. Gravísimo.

Son miles los afectados hoy por este cambio en el manejo de la salud de los profesores. ¿Dónde está Fecode? Faltará ver si haber recibido el manejo del dinero de la salud de los maestros fue el pago por su respaldo a Petro presidente. Al final siempre se le ven las orejas al burro.