
Opinión
El péndulo político busca la derecha
El cambio viene en camino.
El mundo iberoamericano está sufriendo cambios políticos muy importantes gracias al empeño de los pueblos y al esfuerzo de grandes hombres y mujeres que luchan con denuedo por mantener la libertad de sus naciones; el premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado es un justo reconocimiento a su valentía por tratar de mantener la democracia y de sacar a Venezuela de las garras del socialismo del siglo XXI, mientras que la destitución de la presidenta del Perú, aparentemente motivada por no cumplir con sus obligaciones constitucionales, son fieles testigos de esta evolución.
La alegría del pueblo venezolano por el Nobel de la Paz también se refleja en Colombia, pues ha sido otorgado a quien en verdad lo merece, porque María Corina ha levantado muy en alto su bandera en beneficio de su país, diferente a lo que sucedió con Santos, a quien se lo otorgaron por una supuesta paz con las FARC que aún no ha llegado; dentro de los aspectos más destacados de este reconocimiento internacional está el duro golpe que ha recibido el absolutismo de los gobiernos progresistas del área, como es el caso de Cuba, Venezuela, México, Nicaragua y Colombia, reflejado en las críticas resentidas de la izquierda.
Las María Corina, los Edmundos y sus millones de seguidores luchan contra el nefasto socialismo del siglo XXI que se enquistó en Venezuela, gracias al padrinazgo de Cuba y a la aplicación, por parte de Chávez y de Maduro, derrotándolo en las urnas, triunfo democrático que no fue reconocido por el gobierno dictatorial que se encuentra en el poder; el daño de esta funesta tendencia política ha causado perjuicio a los hermanos venezolanos y a sus vecinos, pero con el reconocimiento a María Corina y a sus partidarios, posiblemente caiga el castillo de naipes que parece está pegado con las babas del famoso cartel del narcotráfico.
Colombia no ha sido ajena a las eventualidades políticas de la región, pues gracias a la dialéctica y a la narrativa de la izquierda, cayó bajo el engaño de un falso progreso y hoy es gobernada por una funesta tendencia política que ha causado grandes perjuicios al país; se ha ‘permitido’ que la violencia se incremente en todo el territorio, se ha perdido el valor de la vida de los seres humanos, la corrupción carcome a la sociedad, el narcotráfico se ha tomado muchas poblaciones, la democracia tambalea frente al cañón de las armas de los narcoterroristas, se ha perdido la confianza en muchos de los que representan al Gobierno.
Se produjo la destitución de la señora Boluarte como presidenta de Perú, debido al desgaste político sufrido por incumplimiento de sus funciones, especialmente en lo concerniente a la inseguridad, el crecimiento de la delincuencia y la violencia criminal, pero además se le suma las denuncias de corrupción y el autoritarismo en algunas de sus actuaciones; hay gobiernos geográficamente cercanos a Perú con deterioros similares o superiores en seguridad, economía, convivencia social y casos de corrupción, los cuales también deberían tener un juicio político similar, para evitar que el absolutismo termine de destrozar lo que aún queda en pie de estos países.
La impunidad es la madre de la corrupción y el desgobierno es el camino a la anarquía; cuando un presidente busca solucionar los problemas a terceros países en lugar de atender los propios, hay desconcierto y confusión. Es innegable que la estrategia de generar cortinas de humo para ocultar nuevos escándalos funciona, pero no deja olvidar lo sucedido; insultar a Colombia colocando la bandera de terceros países en el Consejo de Ministros o colocarla en el cuello del jefe de Estado, así como alzar en la plaza pública la bandera de grupos terroristas amnistiados o portar la insignia de la ‘guerra a muerte’ en la Asamblea de la ONU, no intimida a los colombianos, quienes buscarán el cambio en las próximas elecciones.
La ola izquierdista que ha afectado a varios países con las demostraciones públicas de apoyo a Palestina seguramente ha sido coordinada en los grandes escenarios del socialismo internacional, pero llama la atención que se haya dejado de lado por unos días el desarrollo de la guerra de Rusia contra Ucrania; sin embargo, el acuerdo inicial logrado entre el gobierno de Israel y Hamás, con la intervención directa del gobierno Trump, ha permitido un alto al fuego que salvará muchas vidas, pero deja sin tema a los gobiernos progresistas, lo cual lleva a preguntar cuál será la próxima ‘causa’ que abrazarán para llenar de titulares los medios de comunicación.
Estamos en medio de una guerra mediática que la izquierda dirige con efectividad desde hace algunas décadas; sin embargo, las elecciones en el área latinoamericana están favoreciendo al centro y a la derecha, debilitando a la izquierda, lo que sin duda llama la atención del socialismo internacional. Lo que está en juego en las próximas elecciones de Congreso y presidenciales en Colombia no es solo recuperar al país y mantener las libertades y la democracia, sino que la región está en riesgo de convertirse en una segunda versión de la extinta Unión Soviética gobernada por el comunismo.
No permitamos que el mundial de fútbol nos impida asistir a las elecciones, porque podría ser el último mundial al que se pueda asistir libremente.