
Opinión
Falcao: imposible volver a casa
Si Falcao decidiera regresar a Colombia para jugar con Millonarios, tendría que considerar los efectos fiscales de volverse residente tributario colombiano.
Colombia es un país que no solamente expulsa a sus nacionales, sino que también les hace prácticamente imposible volver. Es el país del destierro definitivo y hoy nuestro admirado Falcao está descubriéndolo en carne propia. Doloroso.
Nuestro país se enfrenta a un problema silencioso pero persistente: su sistema tributario. Para muchos nacionales, como el Tigre, que han emigrado en busca de mejores oportunidades, regresar a su patria se ha vuelto un desafío desalentador debido a las complejidades fiscales del país.
El sueño de volver a Colombia para contribuir al desarrollo nacional y reunirse con sus familias a menudo se convierte en una pesadilla burocrática para los emigrantes. El sistema tributario colombiano, con su maraña de regulaciones y requisitos, actúa como una barrera invisible pero poderosa que desmotiva el regreso de sus ciudadanos.
Uno de los principales problemas radica en la falta de claridad y transparencia en las leyes fiscales. Muchos colombianos que residen en el extranjero se enfrentan a sorpresas desagradables al descubrir que, aunque no residan físicamente en el país, siguen siendo considerados contribuyentes y están sujetos a pagos de impuestos. Esta situación genera incertidumbre y desconfianza en el sistema, haciendo que muchos opten por no regresar.
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Además de la confusión, los altos impuestos y la doble tributación son preocupaciones significativas. Aunque Colombia tiene acuerdos internacionales destinados a evitar la doble tributación, en la práctica, estos acuerdos no siempre se implementan de manera eficiente. Esto significa que los colombianos que viven en el extranjero pueden encontrarse pagando impuestos tanto en el país donde residen como en Colombia. Algo que pocos están dispuestos o pueden soportar.
A lo anterior se suma la falta de incentivos fiscales para los expatriados que desean regresar. Pocos programas están diseñados para facilitar ese retorno y ayudar a que estos ciudadanos se reintegren económicamente sin ser aplastados por obligaciones fiscales desproporcionadas. En comparación, otros países han implementado políticas efectivas que no solo eliminan trabas fiscales, sino que también ofrecen beneficios para atraer de vuelta a sus talentos emigrados. Nosotros los desterramos.
Si Falcao decidiera regresar a Colombia para jugar con Millonarios, tendría que considerar los efectos fiscales de volverse residente tributario colombiano. Para evitarlo se vería obligado a no vivir más de la mitad del año en el país, no tener un salario mayor en Colombia a los que recibe en el exterior y no tener más propiedades en Colombia que las que tiene en el exterior. De lo contrario, tendría que pagar impuestos en este país, incluso sobre lo que no gana acá, y, lo que es peor, tributos sobre lo que nunca ha ganado en territorio nacional. Mejor dicho, si firma con Millonarios, probablemente sería gravemente penalizado impositivamente.
El impacto de este enrevesado sistema tributario no solo se siente a nivel individual, sino que también repercute negativamente en el desarrollo nacional. Colombia pierde la oportunidad de capitalizar la experiencia, el conocimiento y las habilidades que sus ciudadanos han adquirido en el extranjero. Lamentablemente, las actuales políticas fiscales alejan a los profesionales que podrían contribuir significativamente al crecimiento del país.
Por lo tanto, es vital que el Gobierno realice una revisión exhaustiva de su sistema tributario para hacerlo más accesible y favorable para los ciudadanos que desean regresar. Una ley enfocada en la simplificación de trámites, la claridad de las obligaciones y la reducción de la carga tributaria podría ser el primer paso hacia un país más inclusivo y próspero.
Entre tanto, ese sueño plasmado en Pueblito viejo que dice: “Pueblito de mis cuitas, de casas pequeñitas, por tus calles tranquilas corrió mi juventud. Por ti empecé a querer, por la primera vez, y nunca me enseñaste lo que es la ingratitud. Hoy vengo aquí a tus lares, trayendo mis cantares y con el alma enferma de tanto padecer. Quiero, pueblito viejo, morir aquí en tu suelo, bajo la luz del cielo que un día me vio nacer”, es algo imposible gracias a un sistema impositivo que destierra a sus nacionales y ni siquiera les permite invertir en el país.