OPINIÓN

Islas y cayos que generan inquietud mundial

La delimitación marítima y la condición de las islas y cayos en el mar Egeo y en el mar de la China pueden amenazar la paz mundial.

Juliana Londoño, Juliana Londoño
3 de septiembre de 2020

Independientemente de sus sempiternas rivalidades políticas y territoriales, una vez más crecen las tensiones entre Grecia y Turquía, por el complejo proceso de la delimitación marítima de las islas griegas en el mar Egeo, algunas de ellas, más cercanas al territorio turco que a Grecia.

En esta ocasión, cuando sube el tono de la controversia cunde la alarma entre los miembros de la OTAN, de la que ambos países son parte, ya que una confrontación armada, aún de carácter limitado, podría afectar seriamente a la organización.

Son más de 5000 islotes, cayos e islas, la inmensa mayoría pertenecientes a Grecia, de las cuales unas 200 están habitadas y algunas de ellas alcanzan extensiones hasta de 3700 kilómetros cuadrados, divididas en cinco archipiélagos. Además varias están vinculadas a la mitología y al nacimiento de la civilización occidental.

La diferencia reside no solamente en la delimitación marítima, sino también en la anchura del mar territorial de las islas y cayos, que Grecia considera pueden generar hasta 12 millas. En este momento solo reivindica 6, de otra manera la confrontación con Turquía sería inevitable ya que Ankara acusa a Grecia se tratar de convertir al Egeo en su “piscina privada”.

Pero, si se reviven las tensiones en el Mediterráneo por las islas y la delimitación, en el oriente la situación es mucho más delicada por una causa similar.

China de una parte y Taiwan, Vietnam, Brunei, Malasia, Filipinas y especialmente los Estados Unidos de la otra, mantienen una delicada controversia por la situación de las islas Spratly un grupo de unas 100 islas, islotes, cayos y arrecifes ubicados en el mar de la China, algunos de los cuales están siendo “rellenados” por China para hacerlos surgir como “islas”.

Mientras que los Estados Unidos y sus aliados sostienen que de conformidad con el derecho internacional una isla es “una extensión natural de tierra que emerge en forma permanente en pleamar” y que por lo tanto “las islas” que está haciendo surgir China, son tan solo artificiales, Beijing sostiene que tiene pleno derecho a hacer obras sobre unos cayos y arrecifes que, según ella le pertenecen.

Más que las diferencias por asuntos económicos o de cualquier otra índole, una confrontación entre los Estados Unidos y China puede darse por esa situación. Incluso en varias oportunidades se han presentado graves incidentes en el área. En este momento es unos de los focos de tensión mundial.

Hace algunos años, a nadie se le hubiera ocurrido que, por la condición de unas islas y cayos, pudiera ponerse en jaque la seguridad internacional, como está sucediendo en estos momentos.

Colombia durante décadas no se preocupó por el archipiélago de San Andrés, que tiene tres pequeñas islas y siete cayos, que generan importantes espacios marítimos en el Caribe y se encuentran nada menos que a la entrada del Canal de Panamá.

Es más, nuestro país estuvo a principios del siglo XIX dispuesto a vender el archipiélago a los Estados Unidos y posteriormente en 1927, ofreció también a Washington cambiar los cayos de Roncador, Quitasueño y Serrana, por un “buquecito”. De Serranilla y Bajo Nuevo, muy al norte y cercanos a Jamaica, ni hablar…

El Sagrado Corazón y la Virgen de Chiquinquirá nos ayudaron…

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