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Presagios ante las elecciones argentinas

Las elecciones de la pasada semana en Argentina generan interrogantes sobre América Latina y especialmente sobre la situación de Venezuela.

Juliana Londoño, Juliana Londoño
15 de agosto de 2019

En ciertos países, existe un curioso sentimiento de añoranza por algunos personajes populistas y autoritarios, de izquierda o derecha, que son adoptados como paradigmas y modelos.

Mussolini en Italia y Stalin en Rusia, son casos bien conocidos. En Venezuela, qué sería de Maduro, sin la imagen de Chávez colocado como un personaje mítico a la altura del Libertador.

Argentina es un caso especial. No obstante que Juan Domingo Perón, ascendió por primera vez a la presidencia de su país en 1946, hace 73 años, su imagen y sobre todo la de su popular esposa, Evita, siguen deambulando activamente en la política argentina. Un amigo argentino me decía que, en su país, un primer mandatario para terminar su período necesariamente tiene que ser peronista.

Me agregaba que algunos, que inicialmente se calificaban como activos peronistas, después de alcanzar el poder, comenzaron a defender los postulados contrarios, como sucedió con Carlos Menen.

Ahora, después de la derrota del presidente Macri en las pasadas elecciones, se abre teóricamente el panorama para que el peronista Alberto Fernández, llevando como fórmula vicepresidencial a la expresidenta de Cristina Fernández de Kichner, pudiera ser el nuevo presidente de la Argentina en las elecciones generales del 27 de octubre. No obstante que la Kichner ha estado involucrada en sonados escándalos de corrupción y abuso de poder durante su mandato.

No faltan los que creen que Macri podría seguir el camino de sus predecesores no peronistas, Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, que abandonaron apresuradamente la presidencia antes de culminar sus respectivos períodos, en medio del caos económico de la nación.

El resultado de las elecciones argentinas pudieran ser el presagio de hechos importantes en el panorama hemisférico. Ya Bolsonaro en Brasil ha afirmado que Argentina se está hundiendo en el caos, mientras que Maduro ve con esperanza la fecha del 27 de octubre.

No hay que olvidar que Chávez se involucró abiertamente con el kircherismo y le aportó casi seis mil millones de dólares, comprando desvalorizados papeles de la deuda argentina y entregando dinero en efectivo en rocambolescas maniobras financieras.  

En esas condiciones, hay que preguntarse si Maduro y su entorno, especialmente sus agudos asesores cubanos, estarían dispuestos en este momento a llegar a un acuerdo con los enviados de Guaidó, para el cambio del régimen madurista.

Ante un triunfo del peronismo, Argentina se sumaría a México y Uruguay, que han adoptado posiciones diferentes a las del Grupo de Lima en la crisis venezolana. Evo Morales, vería reforzada su decisión perpetuarse en el poder, mientras que Rafael Correa, ahora sindicado, pudiera decidirse a lanzarse nuevamente al ruedo en el Ecuador.   

Ecuador, Perú y Chile, no obstante sus voces de rechazo al régimen de Maduro, han tomado posiciones pragmáticas frente a la migración venezolana, dándole “palmaditas en la espalda” a Colombia que está en primera fila, pero adoptando medidas activas para dificultar el ingreso de venezolanos a sus territorios.  

En esas condiciones será Colombia, no Brasil separado en la práctica de los centros poblados de Venezuela por miles de kilómetros, quien quedará, ya no solamente en primera fila, sino parodiando el argot futbolero “sóla ante el arco”. Entre tanto Trump seguirá afilando sus espadas…

Amanecerá y veremos

(*) Decano de la facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la universidad del Rosario

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