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Quédese con la Merlano

Espero que Duque no ceda un milímetro y siga liderando la batalla regional por la democracia en Venezuela.

Salud Hernández-Mora, Salud Hernández-Mora
1 de febrero de 2020

¿Entonces, qué? ¿Hay que arrodillarse ante el sátrapa para que nos mande ese paquete chileno? La Merlano tuvo tiempo de sapear a sus cómplices y no cantó porque no quiso. Tampoco la Corte Suprema investigó al cartel de los votos por desinterés o incapacidad manifiesta. Ahí tienen a Julio Gerlein, el generoso aportante de la doña, en su hogar de Barranquilla. Para interrogarlo no requieren el permiso de Maduro.

La oposición es tan ridícula que inventa el cuento de que todo es un complot para alejar a la corrupta y evitar que cuente lo que sabe. O que la culpa de las relaciones diplomáticas rotas la tiene Colombia y no la Venezuela chavista.

La frontera sigue cerrada por ellos; fueron ellos quienes echaron como a perros a nuestros compatriotas y diplomáticos. ¿Ya olvidaron el penoso paso por el río de miles de colombianos con los pocos enseres a cuestas?

Es evidente que, para quienes solo ven el mundo de un color, el culpable es el Gobierno de este lado.

Pues que se queden con esa vieja y la disfruten. Si yo fuese la Merlano, echaría cuentos de la corrupción electoral para tenerlos contentos y le den casa por cárcel.

Lo deprimente es escuchar a políticos y opinadores deseando que Maduro la utilice a su gusto, cuando el gran atracador, el mayor ladrón de elecciones es ese dictador. Ellos, con la enseñanza de los cubanos, le dan sopa y seco a la exsenadora y sus secuaces. Lo de ella es un juego de niños al lado del asalto al Estado venezolano que empezó Chávez y culminó Maduro.

Eso sí, gritan por la doña, pero nunca vamos a oír de boca de un Cepeda, por citar solo a uno de tantos, alzar la voz con la misma pasión para exigir que entreguen a Márquez, Santrich, Antonio García, el Paisa, Pablito, Gabino y otros criminales. A fin de cuentas, Merlano irá a la cárcel o estará vigilada, pero no representa peligro alguno. Los otros, sin embargo, entrenan terroristas, planean atentados, esconden secuestrados en suelo bolivariano para luego amargarles la vida a los colombianos.

Lo que da rabia es que no solo ahora claman por que Duque vuelva a hacer de Maduro “el nuevo mejor amigo”, pasando página como si no fuesen los culpables de la catástrofe humanitaria que tanto dolor nos causa. También se dedican a mofarse de Juan Guaidó y su batalla desigual contra la mafia que se apoderó de Venezuela. ¿Será que todavía se enorgullecen de la infamia ‘santista’ de apoyar al capo porque, decían entonces, convenía a Colombia?

Los hechos demuestran a diario la irresponsabilidad de no advertir el desastre que se avecinaba, y ahora pretenden que Duque se baje los pantalones por una causa nimia ante esa banda delincuencial que provocó la estampida de millones de venezolanos. Preferible continuar la tortuosa y larga lucha por la democracia de nuestros hermanos venezolanos que agachar la cabeza ante los tiranos.

Por cierto, unos migrantes que antes fueron bienvenidos y cada día que pasa están expuestos a mayores brotes de discriminación. Cada vez que alguien me critica la presencia de venezolanos, se queja de que trabajen por la mitad de un jornal, usen los hospitales cuando los servicios son precarios para los propios nacionales o exista mucho delincuente ‘veneco’, les replico que no vuelvan en su vida a meterse con Trump y su delirante muro fronterizo. Ni con los racistas españoles que acuñaron el término ‘sudaca’ para despreciar a millones de latinoamericanos que emigraban en busca de futuro. Fácil atacar a gringos y europeos por una actitud a todas luces despreciable.

Lo complicado es mantener una posición solidaria cuando los migrantes los tiene en casa, no piensan devolverse pronto a su patria y siguen arribando por miles con los bolsillos vacíos y cargados de hijos.

¿Ya olvidamos los millones de colombianos que emigraron a la Venezuela libre y próspera del pasado, así como a otras naciones, y causaron problemas similares?

Espero que Duque no ceda un milímetro y siga liderando la batalla regional por la democracia de Venezuela (ojalá también la de Nicaragua) y entre todos evitemos que la xenofobia tome vuelo.  

OTRA COSA. No merecen alabanza por cumplir una de sus muchas funciones. Elegir fiscal general es un pasito sin más. La clave es recobrar la dignidad y el prestigio perdidos en la Corte Suprema. Pero parecen empeñados en no hacerlo. El magistrado Aroldo Quiroz prefiere no declararse impedido en un caso elemental de conflicto de intereses. Su magistrado auxiliar, Marcos Quiroz, destaca en su perfil en redes que labora en “Bejarano Guzmán Abogados”, aunque supongo que lo dejó. Resulta que Quiroz estudia la casación de una demanda contra el BBVA, banco que defiende dicha oficina de abogados. ¿Alguien cree que emitirán un concepto neutral? 

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