
Opinión
¿Se va Maduro?
Lo más probable para Maduro sería una salida negociada si las condiciones son garantizadas. Las relaciones de Estados Unidos con Colombia exigen instrumentos de cooperación y legalidad.
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Estados Unidos ha escalado acciones directas contra el régimen de Nicolás Maduro con una combinación de medidas militares, diplomáticas y de señalamiento público. Desde septiembre, fuerzas armadas norteamericanas han operado en el Caribe contra el narcotráfico, incluyendo bombardeos a embarcaciones que habrían causado más de 80 muertes. Además, Washington cerró el espacio aéreo de Venezuela y públicamente nombró a Maduro como líder del Cartel de los Soles, calificándolo como una “Organización Terrorista Internacional” para justificar medidas más duras.
La administración Trump dio un plazo para la salida de Maduro, que habría vencido el pasado 28 de noviembre, y el propio presidente declaró que entraría en territorio venezolano y en aquellos países involucrados en el tráfico de drogas, citando preocupantemente a Colombia si se confirma su participación en la cadena de producción y envío de cocaína. También se ha enfatizado la intención de combatir “en tierra” a los narcotraficantes, a quienes se atribuye al menos 200.000 muertes en Estados Unidos, como justificación para próximas operaciones.
Posibilidades para Nicolás Maduro:
- Resistir y militarizar, esto aumentaría el riesgo de enfrentamientos directos con operaciones extranjeras y profundizaría el aislamiento.
- Negociar una salida, la alternativa más probable sería una transición parcial con salidas acordadas para dirigentes clave, aunque dependería del desgaste interno, la lealtad militar y las garantías ofrecidas por actores internacionales.
- Buscar apoyo internacional y asimetría, podría intensificar la búsqueda de respaldo de aliados y usar tácticas asimétricas, como guerra de información y refugio de activos, para elevar el costo de una intervención extranjera.
Una intervención terrestre masiva estadounidense es políticamente costosa y enfrenta obstáculos jurídicos y militares; lo más probable a corto plazo es una mezcla de operaciones navales y aéreas, presión económica y diplomática, y esfuerzos para debilitar redes de financiamiento del régimen, acompañados de amenazas públicas para obtener rendición o negociación.
Medidas contra Colombia:
- Si EE. UU. considera a actores colombianos parte de la cadena de suministro, podría imponer sanciones, arrestos selectivos y la posibilidad muy discutible de acciones militares limitadas contra objetivos específicos en territorio colombiano.
- Estas acciones traerían alta fricción diplomática con un socio tradicional y riesgo de inestabilidad regional. Además, incursiones en territorio soberano, sin autorización, plantean problemas jurídicos internacionales y altos costos políticos para EE. UU.
- Colombia, a su vez, tiene incentivos para colaborar en operaciones contra carteles y a la vez reclamar respeto a su soberanía; la cooperación binacional y el intercambio de inteligencia siguen siendo la vía más viable para contener el narcotráfico sin escalar a enfrentamientos entre Estados.
La estrategia estadounidense combinaría acción militar limitada, señalamiento público y presión diplomática para forzar cambios en Venezuela; la opción de una intervención amplia es remota por costos políticos y jurídicos, y lo más probable es un aumento de operaciones dirigidas y sanciones que busquen debilitar al régimen y sus redes. Maduro dispone de opciones: resistir (alto costo), negociar (lo más probable si las garantías son creíbles) o internacionalizar el conflicto buscando aliados. Cualquier medida que incluya a Colombia como objetivo incrementaría la complejidad regional y exige preferentemente instrumentos de cooperación y legalidad para evitar una escalada que perjudique a la población civil y a la estabilidad hemisférica.
Nicolás Maduro se iría de Venezuela, pero Colombia podría ser objetivo de operaciones militares norteamericanas ilegales contra narcotraficantes.
Cita de la semana: “El enemigo de mi enemigo no es mi amigo”. Elías Canetti, Apuntes (1972).
