Gregorio Marulanda Martínez

Opinión

Tres para tres

Bogotá debe ser defendida desde el Congreso de la República, con menos excusas y más acciones.

Gregorio Marulanda Martínez
6 de octubre de 2025

En Bogotá, vivir con miedo se nos volvió paisaje. Vemos atracos en vivo en los sistemas de transporte y automáticamente pasamos al siguiente video. El Tren de Aragua cobra vacunas en Kennedy, como quien reparte recibos de luz. Los jíbaros se pasean por parques y colegios en Suba o en Bosa, como tenderos de confianza, y el Gobierno mira para otro lado… o pinta murales.

No solo es una percepción. La Defensoría del Pueblo, en el marco del Sistema de Alertas Tempranas, manifiesta que en algunos barrios “los grupos de crimen organizado mantienen un control social y territorial estricto. No solo controlan los mercados criminales, además, imponen horarios, restringen la movilidad, ofrecen servicios ilegales de seguridad, controlan el espacio público y los mercados informales como las ventas y el transporte”.

Pero el peor mal no es la violencia: hoy es la resignación. El dicho preferido de muchos es que Bogotá no tiene dolientes, que no es de nadie, que no hay autoridad.

Nos acostumbramos a que nos gobiernen a punta de trinos, cortinas de humo, likes o distracciones. Pero estoy convencido de que el camino es otro: un marco jurídico claro y contundente, leyes que corrijan, que solucionen y que cambien el orden. Leyes que hagan que sean los delincuentes, que día tras día reinciden, los que sientan miedo, y no los ciudadanos, nuestros padres, nuestros hijos, nuestros vecinos. Leyes para que todos volvamos a vivir, a estudiar y a trabajar tranquilos.

En mi paso por el Ministerio de Defensa, como jefe de gabinete, vi muchas vidas perderse en Bogotá, pero también, en conjunto con la Policía Nacional y las Fuerzas Militares, logramos salvar muchas más. Por eso, le propongo a nuestra capital algo diferente: hagamos realidad un ‘Tres para Tres’. Tres golpes legislativos contra tres males que están destruyendo la ciudad: contra la criminalidad, la Ley de Autoridad Total; contra la impunidad y la negligencia, la Ley de Comunidad Blindada; y contra las mañas del delincuente, la Ley de Ojo Digital.

El primero: golpe letal al crimen. Para eso, planteo la Ley de Autoridad Total. Se acaban los CAI decorativos o aquellos en los que se espera sin que haya una acción clara y ofensiva que persiga el crimen. Habrá CAI inteligentes con drones, cámaras y motos para responder en segundos en los 150 puntos más calientes de la ciudad.

¿No hay logística? ¿No hay pie de fuerza? Con la ley en mano, no habrá excusa que valga.

Y como el problema ya no es un ladrón solitario, sino redes multinacionales de criminales, se creará el GUCO (Grupo Urbano contra el Crimen Organizado), con capacidades de inteligencia, en el que se articulen las diferentes agencias dispuestas para este fin, capacidades operativas de la fuerza pública y, por supuesto, el aparato judicial a través de fiscales dedicados exclusivamente a desarticular estas bandas criminales y garantizar que quien cometa un delito no vuelva a pisar la calle por un largo tiempo.

El segundo golpe: convertir la comunidad en poder. Brindaremos herramientas porque, cuando el Estado no llega, el barrio debe volverse en el Estado. Con la Ley de Comunidad Blindada, cada barrio podrá organizar Frentes de Seguridad Colaborativos con botones de pánico conectados con la Policía, mecanismos de denuncia ágiles y directos con la Fiscalía y presupuesto para organización territorial. Un barrio unido no es víctima, es contención y solución. Y muchos barrios articulados y unidos serán garantía de seguridad.

Y finalmente, el tercero: que el uso de la tecnología deje de ser un adorno o un ideal y se convierta en una capacidad real. La ciudad está llena de cámaras, pero sirven solo para ver el delito después de que pasa. Con la Ley de Ojo Digital, Bogotá tendrá un sistema de inteligencia artificial capaz de detectar patrones de robo, rutas de microtráfico y zonas de riesgo, activando respuestas automáticas con drones, CAI móviles y alarmas comunitarias. La prevención a través de la tecnología es la que permitirá una vida tranquila.

Y no solo eso, los jóvenes harán parte del sistema, conectando estudiantes de tecnología e ingeniería a una Red Juvenil de Monitoreo, con incentivos académicos para contribuir a la seguridad real de su barrio.

Si los delincuentes usan redes sociales para coordinarse y atentar contra los derechos de las personas, nosotros usaremos la nube y la tecnología para desmantelarlos.

Tres para Tres: tres leyes para derrotar tres males con autoridad. Bogotá tiene que ser defendida desde el Congreso de la República con menos excusas y más acciones.

A los burócratas les molestará.

A los tibios les parecerá exagerado.

A los delincuentes… les dará miedo.

Tres para Tres. ¿Quién se le mide?

Noticias Destacadas