Senador Carlos Fernando Motoa califica de improvisados y preocupantes los anuncios del gobierno Petro

Las distintas manifestaciones del director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), Luis Carlos Reyes Hernández, en las que propone que sea legalizada la cocaína y que además se grave con impuestos su comercialización, siguen generando un gran debate en distintos sectores políticos del país.

El pronunciamiento más reciente es el del senador vallecaucano por el partido Cambio Radical, Carlos Fernando Motoa Solarte, quien rechazó de plano esta posibilidad e indicó que esta clase de anuncios por parte del Gobierno nacional son improvisados y se convierten en un factor preocupante.

A través de sus redes sociales dijo que era hora de ponerle freno a este tipo de anuncios improvisados: “Basta ya de comentarios que afectan la economía, la política criminal y de seguridad en el país, y que generan zozobra en los colombianos.

Criticó el hecho de que sea la persona que está al frente de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales la que emita esta clase de conceptos, pero sin tener ningún fundamento ni constancias de que se hayan llevado a cabo estudios o análisis detallados sobre la manera en la que se afectaría la política criminal, por lo que queda evidenciada una constante del Gobierno como lo es la improvisación.

Recordó que justamente el director de la Dian manifestaba abiertamente hace poco tiempo que los evasores de impuestos deberían ser castigados con penas de cárcel, por lo que considera que es incoherente que un funcionario de tan alto nivel empiece a solicitar ahora la legalización de una droga como la cocaína, ya que esto haría que Colombia se convierta en un Estado paria y aislado del mundo. “¡Nos quieren convertir en un narcoestado!”, puntualizó.

Toda esta discusión nace de una decisión adoptada por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en la que le otorgó el indulto, empezando este mes, a cerca de 6.000 ciudadanos que estaban recluidos en centros carcelarios por posesión de cantidades de marihuana muy pequeñas, pero que tenía como propósito descongestionar las prisiones ante esta clase de delitos que podrían considerarse como menores.

Acerca de este tema, el diario británico ‘The Economist’ señala que el cannabis es legal en 19 estados del país norteamericano, pero que desde el punto de vista federal se considera como una droga altamente peligrosa y se pone prácticamente al mismo nivel de la heroína.

Lo que sí se está tratando abiertamente en el Congreso de la República es la legalización de la marihuana y sus derivados, así como de otras drogas en el país. El presidente del Senado, Roy Barreras, manifestó al respecto: “El Congreso de Colombia avanzará en la despenalización total de los usos del cannabis en el camino de la regulación de las llamadas drogas suaves. La maldición del narcotráfico se alimenta de la prohibición que generan las mafias. La prohibición es el crimen. Ese sí es el cambio.”

La Comisión Primera de la Cámara de Representantes le otorgó 31 votos a favor y solo 2 en contra a este proyecto, en el que el congresista del departamento del Putumayo, Carlos Adolfo Ardila Espinosa, propone que la utilización del cannabis por parte de las personas adultas sea permitida y que los recursos que generen los impuestos por su comercialización sean destinados a las regiones para invertir en salud, educación o infraestructura, tal como sucede con los cigarrillos y el licor, pero que no terminen en las arcas del Estado.

Incluso el exconcejal de Medellín y actual representante a la Cámara por Antioquia, Daniel Carvalho Mejía, hace pocos días afirmó que es consumidor habitual de marihuana desde hace aproximadamente 25 años y que eso no le ha impedido graduarse como ingeniero civil con las mejores notas, así como de las dos maestrías, a la vez que se describió como buen hijo, amigo, profesional y destacó que ha sido elegido tres veces para varios cargos por votación popular.

La polémica está servida, sobre todo considerando que la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito maneja estadísticas escalofriantes según las cuales cerca de 300 millones de personas en todo el mundo usan sustancias psicoactivas, casi 40 millones terminan padeciendo graves problemas de salud por su consumo y decenas mueren por sobredosis, lo que convierte al tráfico y la utilización de estupefacientes en un grave problema de salud pública, que obviamente no es ajeno para Colombia.