Salud
La presión arterial que deben tener las personas mayores de 60 años, según estudios
Estudios recientes alertan que los valores tradicionales podrían no ser suficientes para proteger la salud cardiovascular de los adultos mayores. Conocer las cifras correctas puede prevenir complicaciones.
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Para las personas mayores de 60 años, mantener la presión arterial dentro de rangos adecuados no es solo una recomendación más: es clave para evitar riesgos graves para su salud.
Nuevas investigaciones sugieren que los objetivos clásicos podrían necesitar ajustes, adaptándose a la edad, el estado de salud y la fragilidad de cada individuo.
¿Por qué es urgente tener en cuenta la presión arterial en las personas mayores?
De acuerdo al artículo publicado por Arxiv, Arterial stiffening provides sufficient explanation for primary hypertension, con la edad, el aparato vascular sufre cambios progresivos como la pérdida de elasticidad en las arterias, que elevan de forma natural la presión arterial sistólica (la cifra más alta al medir) y ensanchan el pulso arterial.
Además, un análisis reciente de más de 75 millones de registros de presión arterial mostró que, demográficamente, la presión sistólica sigue aumentando con la edad mientras la diastólica tiene otro comportamiento.
Por lo tanto, los perfiles de riesgo para mayores de 60 años se modifican, y los clínicos se plantean qué valores son los más adecuados para este grupo.
En personas mayores de 60 años,valores considerados adecuados oscilan entre 130 y 139 mmHg para la presión sistólica, y entre 70 y 79 mmHg para la diastólica, según las Guías actualizadas de la Sociedad Europea de Cardiología.
Para mantener estos niveles adecuados, es imprescindible adoptar estilos de vida saludables y monitorear la tensión arterial con regularidad.
De esta forma evitará complicaciones como infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV) o fallas renales.

Estilo de vida sí importa
- Reduzca el consumo de sal y comida ultraprocesada.
- Realice actividad física adaptada a su condición (paseos, entrenamiento ligero de fuerza).
- Mantenga un peso corporal saludable, controle el colesterol y la glucosa.
- Revise la medicación: si ya toma antihipertensivos, hable con su médico sobre si los objetivos de presión son apropiados para su edad, y si los ajustes deben ser más agresivos o cautelosos.
- Evite los cambios de presión.
- Consulte al médico ante dudas: todo valor de tensión debe ajustarse a su historial clínico. Una persona mayor con fragilidad, caída de la función renal o efectos secundarios de medicamentos tendrá metas diferentes a otra activa y sin comorbilidades.
Un control inadecuado de la presión arterial alta puede derivar en situaciones graves, como infartos al corazón, accidentes cerebrovasculares y insuficiencia cardíaca.
Además, eleva el riesgo de daño renal, deterioro cognitivo e incluso demencia vascular, y puede causar lesiones en la vista, formación de aneurismas y daño en las arterias.
Por otro lado, una presión demasiado baja no está exenta de riesgos: puede provocar mareos, vértigo, desmayos frecuentes y aumento de caídas, así como cansancio extremo y dificultades para concentrarse, como se explica en el artículo publicado en La 100.
Estos síntomas incrementan la probabilidad de fracturas y otros traumatismos, especialmente en personas mayores.
Por ello, mantener la presión arterial dentro de los rangos recomendados es esencial, ya que tanto los niveles altos como los bajos pueden afectar seriamente la salud.


