La función de los militares, junto Corporinoquia, la sociedad civil y la fundación de guardabosques ‘Cerro Venado’, también ha sido la de identificar las zonas de mayor desforestación y sembrar allí miles de especies arbóreas. | Foto: Wilson Coba

SOSTENIBILIDAD

Delitos ambientales, la otra guerra en los Llanos Orientales

En Casanare existe la unidad de caballería montada del Ejército en la que soldados a caballo o mula contrarrestan deforestación, tráfico de flora y fauna y las manos criminales que causan incendios en una de las pocas, pero más importantes montañas del piedemonte.

Jorge Duke Suárez
28 de mayo de 2020

Como todos los días y durante las 24 horas del día, más de 50 soldados del Grupo de Caballería Guías del Casanare recorren la parte más alta de Yopal en labores de patrullaje, con el objetivo no solo brindar seguridad a los campesinos, sino también garantizar la sostenibilidad ambiental en los cerros orientales del piedemonte, una estrategia que ha dejado sendos resultados en uno de los sectores que más ha sufrido el embate de los cazadores y los pirómanos.

Foto:Wilson Coba

Justo al filo del piedemonte que divide la cordillera oriental y la llanura aluvial, se elevan majestuosamente formaciones orográficas como Las Lajas, Palo Bajito y El Retiro; además cerros tan importantes como Vanegas, la serranía Farallones y el cerro el Venado; este último de una importancia mayúscula para toda la región de la Orinoquía colombiana. 

El cerro El Venado se ubica justo a la margen izquierda de la vía Marginal de la Selva, la principal autopista que parte desde el Meta y llega hasta Venezuela atravesando toda le región de los llanos orientales y no solo es un ícono de sostenibilidad, sino es donde se establecen las antenas que garantizan la comunicación en la gran parte de la jurisdicción.  

Foto:Wilson Coba

Según el comandante del Cuerpo de Bomberos de Casanare, capitán Harbey Ramírez, “era usual que para la época de verano lucháramos con incendios forestales que podrían sobrepasar las 11 mil hectáreas, con conflagraciones que afectaban todo el cerro El Vedado y sus alrededores, que son de los nacederos de agua que abastecen la ciudad de Yopal y otros municipios alrededor”. 

El coronel José Miguel Navarro Solórzano, comandante de la Décimo Sexta Brigada del Ejército señala que “en el marco de la operación Artemisa, buscamos la sostenibilidad ambiental, recuperando espacios que han sido devastados por el hombre, ya sea con la erradicación de los cultivos ilícitos, minería ilegal, tráfico de flora, fauna y la quema de bosques”.

Y es que la estrategia de las fuerzas militares está en llegar a los sectores de mayor concentración de los delitos ambientales, ya sea de montaña o sabana, con caballos o con mulas de carga respectivamente, allí se ganan la confianza de los campesinos, y con el apoyo de la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquía, bomberos y Policía judicial, emprenden una tarea conjunta para brindar seguridad preservando la vida.

La relación entre el Ejército de acaballo y la comunidad ha resultado efectiva, pues se genera una cercanía con la gente.  “La estrategia de nuestros militares de caballería nos acerca, porque los llaneros se sienten identificados, nos ven de iguales. Y es que, de hecho, el 95 por ciento de nuestros soldados son de Casanare, lo que los hace tener mayor sentido de pertenencia” señala el comandante del Grupo Guías del Casanare teniente coronel Alexander López Cañarte.

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A las personas que encontramos realizando fogatas, o actividades que pongan en riesgo el ecosistema, los conminamos para que dejen de hacerlo, pero en caso que se trate de temas como tala ilegal, quemas indiscriminadas o tráfico de especies, los individualizamos y ponemos a disposición de Corporinoquia y la Policía, para las medidas que den a lugar” añade el coronel López.

Entre los resultados operacionales, señala el Ejército que “antes se tenían hasta tres incendios forestales de magnitudes enormes, especialmente en el cerro El Venado, pero gracias a los patrullajes militares se han reducido, por lo menos en este verano a cero” puntualiza López.

La función de los militares, junto Corporinoquia, la sociedad civil y la fundación de guardabosques ‘Cerro Venado’, también ha sido la de identificar las zonas de mayor desforestación y sembrar allí miles de especies arbóreas. 

Entre otras cifras, el Ejército ha logrado controlar la tala de las especies de árboles nativos, logrando el decomiso de al menos 100 metros cúbicos de madera, han incautado más de 1.200 kilos de carne de chigüiro para la conservación de esta especie, han logrado más de 20 capturas por el aprovechamiento ilegal de los recursos naturales y la inmovilización de casi una decena de vehículos que servían para el transporte de material vegetal o animal para la comercialización irregular. 

En Casanare, a la par, mientras el Ejército libra una lucha diaria contra los grupos armados organizados al margen de la ley, más de 1.200 solados adscritos al único batallón de caballería montado del país recorre montañas y sabanas enfrentando su propia guerra: contra la inconciencia ambiental.