Medio ambiente
El tití cabeciblanco, especie que solo habita en Colombia y cuyo pelaje se asemeja al estilo de Einstein, está gravemente amenazada
SEMANA habló con Rosamira Guillen, directora del Proyecto Tití, sobre la importancia de esta especie. En este momento, el tití cabeciblanco está en peligro crítico de extinción.
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El tití cabeciblanco en una especie de mono que habita únicamente en el área norte de Colombia, en el área entre el Atlántico y el Urabá. Tiene el tamaño de una ardilla, y una cabellera blanca que le da una apariencia, de acuerdo con National Geographic, similar a la de Albert Einstein. El problema es que esta especie solo habita en Colombia, y está en peligro crítico de extinción debido a la acción humana.
SEMANA habló con Rosamira Guillén, arquitecta cofundadora de la Fundación: Proyecto tití, quien en alianza con Disney busca la preservación y restauración de esta especie. La doctora Guillén se involucró con la especie luego de su trabajo de diseño y dirección del Zoológico de Barranquilla, en donde conoció la difícil situación por la que pasan los tití.
Guillén explicó la importancia de esta especie para el ecosistema, los retos a los que se enfrentan y sobre todo invitó a preservarla. Por ejemplo, los titís cumplen una función fundamental en el ecosistema que habitan, pues son polinizadores, presas, y consumidores.
“Es dispersor de semillas. Consumen más de 60 frutos de 60 especies nativas del Bosque Seco donde ellos habitan. A medida que se mueven por su territorio van defecando las semillas de estos frutos. Estas salen de sus cuerpos sin la capa externa, lo que les permite germinar rápidamente. Esto ayuda a mantener el bosque saludable y estable”, explicó.
También son polinizadores, según Guillen, “les fascina el néctar de todo lo que sea dulce, como el néctar de las flores”. A la hora consumirlo, meten la cara dentro “y se les llenan todos los pelitos de polen. Y a medida que van de flor en flor, pues van ayudando a la polinización”. Además, los titís también son presas importantes de otros depredadores, que los necesitan para su alimentación. Un ejemplo de esto son las boas, las aves rapaces y otros mamíferos pequeños.
Sin embargo, también son insectívoros, por lo que son una pieza importante en el control de plagas. Ayudan a mantener estas poblaciones balanceadas y evitan que la zona se infeste de estos. “En general tienen un papel muy importante dentro del bosque, son una pieza muy importante del engranaje del equilibrio natural”, asegura.
Por ende, si la especie se extingue, el bosque entraría en desequilibrio y peligraría su supervivencia. “Los ecosistemas funcionan como engranajes perfectos, una pieza le falta y empiezan a fallar, quizás en el momento no se note, pero a medida que empiezan a fallar otros procesos asociados obviamente el balance del bosque se pierde”, explicó Guillen.
El problema subyace en los altos niveles de riesgo y que la especie está en un estado crítico de peligro. De hecho, lo más probable es que se extinga, ante esto Guillén dijo que los principales peligros a los que se enfrenta en tití cabeciblanco son por ejemplo, la extinción del bosque y la captura para convertirlos en mascota.
“El factor de riesgo principal es que solo queda menos del 8% del bosque seco tropical, que es el habitad de ellos. Este ha quedado convertido en islitas, pedacitos de bosque por ahí sueltos, pues para dar vía agricultura, ganadería, minería, desarrollo urbano, se ha ido acabando y talando queda un poco”, dijo Guillen. “El segundo es que lo cazan para tenerlo como mascota. Eso es una gran amenaza que intentamos combatir con pedagogía”, reafirmó.
En la fundación adelantan proyectos con la comunidad, los cuales buscan crear conciencia de esta problemática. Por ejemplo, están a la venta camisetas que dicen:” el tití no es mascota”, con las que buscan incentivar el respeto por la especie. Además de que intentan conectar los pedazos de bosque sueltos de la zona y restaurarlos para que el tití pueda repoblarse.
La Fundación: Proyecto Tití cuenta con el apoyo financiero de varias entidades, que ayudan a que la especie no se extinga. Una de ellas es Disney, que ha apoyado técnica, económica y profesionalmente al proyecto. Sin embargo, a pesar de llevar más de 30 años en la lucha por la conservación, la situación no parece mejorar. Con menos del 8 % de bosque y el crecimiento acelerado de la población restaurar el bosque se vuelve una tarea complicada.
Además, según explicó Guillen, la legislación local no es muy consciente de esta problemática y no permite establecer normas claras para la protección del ecosistema. No obstante, Guillen se mantiene positiva, pues según ella la esperanza es el único motor para seguir luchando por una causa tan complicada.
“Yo soy una optimista del 300%, creo que todos los que trabajamos en conservación tenemos que ser optimistas para poder seguir adelante con nuestro trabajo. Son muchos los retos, pero nosotros nos hemos dado cuenta en la escala en la que trabajamos de que si es posible generar un cambio. El reto que tenemos en este momento es llevar el cambió hacia toda la región y extender el proyecto”, dijo.
Guillen agregó que esta especie es única en el mundo y solo habita en el Caribe colombiano. “El tití es una pieza de ese rompecabezas hermoso que se llama bosque seco tropical”, dijo, y por eso hay que buscar su preservación.