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TECNOLOGÍA

“Colombia no va a tardar más de 5 años en ver carros que se manejan solos”: Mor Lyora Gottlieb

SEMANA habló con la representante regional de Mobileye, compañía israelí pionera en vehículos inteligentes. Explicó en qué punto está la vanguardia tecnológica de seguridad vial, qué tanto acceso a ella tiene Colombia hoy y qué se necesita para que al país adquiera los avances que todavía no hemos visto.

16 de noviembre de 2018

Gottlieb participó esta semana en el evento de lanzamiento de Bictia, una iniciativa de Probogotá y la embajada de Noruega para apoyar emprendimientos emergentes que resuelvan los problemas de Bogotá.  Esta experta desarrolla en Colombia, México y Centroamérica el mercado de Mobileye, una empresa que ha puesto inteligencia artificial en más de 27 millones de vehículos y está en casi todos los países del mundo. En medio de dicho evento, Semana.com le hizo las siguientes preguntas.

Semana.com: ¿Qué vende su compañía en Colombia?

Mor Lyora Gottlieb: El producto que comercializamos en Colombia es el chip de Mobileye, se llama EyeQ. Hoy compras acá en Colombia cualquier Nissan Qashqai, cualquier Volvo, algunos BMW‘s o algunos Audi, y vienen con nuestra tecnología desde la fábrica. Sin embargo, lo que estamos promoviendo aquí es el sistema post-venta, que se trata exactamente de la misma tecnología y puede retroalimentar casi cualquier carro existente que anda hoy en las calles.

S.: ¿Qué hace ese chip?

M.L.G.: A través de una cámara de video con inteligencia artificial, el sistema mira hacia adelante, escanea el ambiente, identifica escenarios que pueden generar un riesgo de colisión con peatón, ciclista u otro carro y avisa al conductor.

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S.: Y, ¿cómo es que esta tecnología hace a las ciudades inteligentes?

Los carros autónomos son la ciudad inteligente del mañana. ¿Para mí qué es una ciudad inteligente? Aquella que sabe tomar decisiones basadas en datos de la infraestructura existente. En este momento nosotros podemos hacer mapeo de la ciudad y definir puntos donde hay el riesgo más alto de accidente.

S.: ¿Qué tan atrasada o avanzada está la seguridad vial de Colombia en relación con otros países de América Latina?

M.L.G.: La verdad es que no me compete decir cómo estamos en comparación con otros países. Lo que yo sí sé es que en Colombia hay conocimiento de la seguridad vial. La Agencia Nacional de Seguridad Vial está tratando de hacer trabajo que aumente el conocimiento de la gente en esta materia.

Aun así, todavía hay mucho para hacer por aumentar la seguridad vial. En Bogotá murieron, solamente hasta septiembre de este año, más de 352 personas en accidentes de tránsito según la Secretaría de Movilidad.

S.: ¿A qué se debe la accidentalidad en este país?  

M.L.G.: Hoy en día, a la distracción del conductor. En el celular funciona todo: tenemos el mapeo de Weiss que nos dice por dónde debemos ir, los mensajes de texto, las llamadas, la música, todo. Y una distracción de 2 segundos, cuando uno maneja a 50 kilómetros por hora, son 27 metros completamente  a ciegas. Entonces, ¿qué hacemos nosotros? Alertamos con 2 segundos de anticipación, dándole ese tiempo crítico al conductor para reaccionar ante seis tipos de alerta: colisión frontal, colisión con peatón o ciclista, salida de carril (cuando uno se está desviando involuntariamente sin poner direccionales), control de luz alta (le avisa al conductor que desactive las luces plenas para no enceguecer al conductor con el que está a punto de cruzarse), distancia prudente del carro que está adelante y presencia en la vía de señales de tránsito. Cada alerta tiene aviso visual y auditivo. El aparato se instala detrás del espejo retrovisor frontal y termina por acondicionar el comportamiento humano. Después de 10 días en promedio, el conductor empieza a cambiar su conducta al volante.

S.: ¿Cómo opera ese condicionamiento conductual?

M.L.G.: La primera semana, cuando instalamos el sistema, todo el mundo se queja: que eso pita, pita y pita sin parar. En México lo llaman ‘el chillón‘, justamente. Lo que pasa es que, después de 10 días, no hay que mirar la pantalla led porque solamente con el sonido el conductor ya sabe lo que tiene que corregir ya que cada alerta emite un sonido distinto. Dos semanas más tarde, el conductor quiere evitar las alertas y por esa razón empieza a manejar de manera más segura.

Es por eso uno de nuestros clientes en Colombia, que instaló el sistema en 600 vehículos de su flota particular, reportó el 70% de reducción en colisiones, además de ahorros importantes en combustible, costos operacionales, llantas y frenos.

S.: ¿No es paradójico que la tecnología le ofrezca al hombre la solución a problemas que ella misma le causa?

M.L.G.: Lo que yo veo es una problemática que existe y va aumentando. Tenemos que hacer algo y hay tecnologías que pueden mejorar.

S.: ¿Cuántos vehículos en Colombia cuentan con esta tecnología?

M.L.G.: Ya tenemos miles de sistemas instalados. Yo quisiera verlo en el transporte público de Bogotá, que tiene una accidentalidad muy alta. En Santiago de Chile, por ejemplo, tenemos un proyecto muy interesante con el sistema de transporte integrado. También tenemos otro en El Salvador con la participación del Banco Interamericano de Desarrollo, el cual ha reportado resultados en reducción de siniestros.  

S.: ¿En qué consiste la conducción autónoma?

M.L.G.: Se dice que la conducción autónoma, con unos algoritmos de seguridad vial como los que nosotros estamos desarrollando, podría reducir la accidentalidad en un 90%. Hay varios niveles de conducción autónoma: el primero, es el sistema de alertas que acabo de exponer. El nivel máximo de la tecnología de conducción autónoma es aquel en donde el carro no requiere conductor pero no estamos allá todavía, vamos en camino. En ese nivel máximo, hay 12 cámaras alrededor del carro, que miran alrededor, supliendo los puntos ciegos del conductor, y entienden lo que está en el ambiente: otros carros, peatones, ciclistas, semáforos, líneas marcadoras de carriles, etcétera.

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S: ¿Cómo sabe el carro se orienta el carro sin conductor que lo dirija?

Cuenta también con un sistema de mapeo que le informa cómo llegar del punto A al punto B. Para esto, el GPS no es suficiente porque su resolución es relativamente baja: de varios metros. Yo ayer volví de Villavicencio, cuya vía a Bogotá tiene dos túneles largos en donde no recibes señal de GPS, lo cual no le puede pasar al carro autónomo. De manera que el carro autónomo cuenta con un sistema de mapeo de alta definición, que muestra la imagen al nivel del centímetro. Es decir, el carro no solamente no se va a accidentar, sino que tampoco se va a perder.

Hace dos semanas, Mobileye y Volkswagen anunciaron que en 2019 lanzarán a las calles de Jerusalén una flota de Robotaxis, carros autónomos para transporte de pasajeros. Este es el primer proyecto de conducción autónoma de máximo nivel que sale a la luz pues, para este punto, está desarrollada toda la tecnología para que un carro pueda andar sin conductor pero aun no se ha comercializado. En este momento estamos practicando las pruebas necesarias para que nuestra tecnología no genere ningún riesgo.

S.: ¿Qué tan lejos está Colombia de tener en sus calles y carreteras carros que se manejan a sí mismos?

M.L.G.: El país tiene que prepararse. Lo primero que necesitamos es mapeo para que los vehículos se puedan ubicar sin conductor, es decir, un conjunto robusto de imágenes del país con altísima resolución en la nube. Sería deseable equipar los vehículos municipales (buses, camiones de basura) con sistemas de prevención de colisiones para que esas cámaras empiecen a levantar los datos. También habrá asuntos de legislación que el país tendrá que disponer pero, de parte de la tecnología, lo que se necesita es mapeo.

Eso va a llegar muy rápido, una vez tengamos el mapeo, ya podemos empezar a hacer pruebas con carros autónomos en las calles de Bogotá.  Tengo la proyección de que Colombia no va a tardar más de 5 años en adquirir el carro autónomo.

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S.: ¿Y qué beneficios le traería el carro autónomo al país?

M.L.G.: Primero, la reducción de los siniestros, lo cual no solo salvará vidas y ahorrará problemas sociales sino que, además, impactará la economía. ¿Qué pasa a las 8 de la mañana cuando dos carros se estrellan en la mitad de la rotonda de la 100 con 15 en Bogotá? El aire se contamina por la cantidad de carros parados esperando la llegada de la policía, mucha gente no puede llegar a trabajar, hay mercancía que no puede llegar a las tiendas... En fin, la cadena de sucesos que genera un siniestro es muy larga.