En este laboratorio de Genescol, en Bucaramanga, se realizó en febrero de 2014 el primer proceso exitoso de clonación animal en el país.

BIOTECNOLOGÍA

De Dolly a Lolita

Con el nacimiento de una búfala en Córdoba, Colombia entró en la era de la clonación.

Álvaro Montes
7 de febrero de 2015

El pasado 21 de diciembre a las seis de la mañana nació Lolita, el primer animal clonado en Colombia. Se trata de una búfala parida en una finca de Colbúfalos, en el departamento de Córdoba. Es un hito científico importante, que se debe al paciente esfuerzo de los laboratorios Genescol, con sede en Bucaramanga, oficialmente pioneros de la clonación animal en el país.

Lolita se encuentra en perfecto estado, junto a su madre, Lola, una de las mejores búfalas lecheras que pueda hallarse en territorio nacional, de cuya cola fue extraído hace ya más de un año un pequeño trozo de piel para obtener el ADN que dio origen a la cría. En esencia, la clonación es una técnica de reproducción asistida que garantiza obtener un individuo genéticamente idéntico a otro, sin recurrir a la fertilización de un óvulo por un espermatozoide, sino mediante la implantación del núcleo de una célula proveniente del animal que se desea copiar, en un óvulo al que previamente se ha extraído su núcleo.

Por supuesto, se requieren complejos procesos de activación para lograr la división celular que dé origen a un individuo nuevo, el cual contiene solo la información genética del individuo ‘donante’. No hay, como en la reproducción por espermatozoides, información del padre y la madre y es por eso que se obtiene una copia exacta.

La clonación es un tema polémico, por razones éticas ampliamente conocidas, relacionadas con el peligro o el sentido que tendría su aplicación en humanos. Pero la clonación animal ya se ganó el permiso moral y jurídico en casi todo el mundo y aunque está todavía en pañales, se utiliza cada vez más en la ganadería para hacer réplicas idénticas de animales especialmente sobresalientes, verdaderos campeones, que tienen alto valor en el mercado, como caballos de paso fino o vacas lecheras excepcionalmente productivas.

Desde que la famosa oveja Dolly nació en Edimburgo en 1996, e inauguró la rama más mediática de la biotecnología moderna, varios mamíferos han sido clonados: vacas, equinos, perros y gatos.

Solo un búfalo había sido clonado antes, en la India, pero murió pocas semanas después, por lo que el nacimiento de Lolita es una noticia relevante, que será presentada oficialmente, con todo el sustento técnico y científico, en el próximo congreso mundial de productores de búfalos en Estambul, en el mes de abril del año en curso.

La dirección científica del proceso estuvo a cargo de un especialista chileno, Mario Martínez, contratado por Genescol, quien trabajó con un equipo de técnicos colombianos en los laboratorios de la compañía en el Parque Industrial Palenque, en la ruta entre Bucaramanga y Girón. Genescol posee certificación y licencia del centro genético italiano de reproducción animal Avantea, y tiene en sus planes nuevos trabajos de clonación, probablemente de equinos, según explicó el gerente Juan Felipe Bayona.

La clonación se enfrenta a varias dificultades, especialmente comerciales, debido al alto costo del proceso y a su efectividad todavía reducida. Fueron necesarios varios intentos hasta lograr 13 células clónicas que fueron implantadas en igual número de búfalas en Planeta Rica, Córdoba. Solo tres de ellas se convirtieron en preñeces y solo una culminó en el parto exitoso de Lolita.

Bayona espera que el esfuerzo sea compensado en el futuro mediante un crecimiento del interés del sector en este tipo de biotecnología. Hay caballos muy finos valorados en más de 1.000 millones de pesos, y obtener una copia genéticamente idéntica cuesta una décima parte de ese valor. Pero independiente del interés comercial, el nacimiento de esta búfala constituye un hecho tecnológico sobresaliente que podría inaugurar una nueva etapa en la biotecnología colombiana.