Tecnología
Revelan nueva modalidad de estafa que despoja cuentas bancarias en los cajeros automáticos, sin necesidad de usar la tarjeta
El robo a través de cajeros automáticos es una muestra de cómo la ciberdelincuencia se adapta a la tecnología y encuentra nuevas formas de vulnerar los sistemas.
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Los ciberdelincuentes buscan cada vez más acercarse a sus víctimas para ejecutar ataques con mayor precisión, aprovechando diversas artimañas de engaño. Su objetivo principal suele ser acceder a las cuentas bancarias para tomar el control de ellas y robar el dinero disponible.
Uno de los temores que más ha crecido en los últimos años está relacionado con el riesgo de ser estafado en cajeros automáticos. No es un secreto que los criminales desarrollan constantemente nuevas formas de manipular estas máquinas para apropiarse del dinero de los usuarios.
Entre los métodos más comunes se encuentra el skimming, una técnica que consiste en instalar dispositivos falsos sobre la ranura donde se introduce la tarjeta. Estos aparatos copian la información de la banda magnética, lo que permite clonar tarjetas y retirar dinero desde otros cajeros. Una característica de esta modalidad es que los dispositivos utilizados suelen ser muy pequeños y pasan desapercibidos, pues a menudo están acompañados de cámaras o teclados falsos que facilitan el fraude.

Otra variante es el shimming, una versión más avanzada del skimming enfocada en tarjetas con chip. En este caso, los delincuentes insertan delgadas láminas electrónicas dentro del lector, capaces de interceptar los datos durante la transacción.
Todas estas técnicas representan un riesgo grave para la seguridad de las víctimas, cuyos datos y dinero pueden caer en manos criminales sin que los responsables sean detectados. Sin embargo, más allá de estos métodos tradicionales, ha surgido una táctica silenciosa que se ha popularizado recientemente: los ataques que pueden cometerse sin necesidad de tener la tarjeta física.
Se trata de la explotación de la tecnología NFC, que puede ser vulnerada sin que los usuarios lo noten. Los atacantes logran acceder al teléfono móvil y, cuando la persona realiza un retiro, facilitan el robo de forma casi imperceptible.
Según explica el portal Computer Hoy, la amenaza proviene de un malware, un software malicioso que los delincuentes distribuyen mediante correos electrónicos o mensajes que incluyen enlaces fraudulentos. Con solo hacer clic, el usuario puede abrir la puerta a los atacantes.

Muchos cajeros automáticos ya cuentan con la opción contactless, que permite usar la tarjeta desde el celular, ya sea Android o iOS. Sin embargo, los ciberdelincuentes aprovechan esta comunicación inalámbrica entre el móvil y el cajero para obtener las claves de acceso y tomar control de la cuenta bancaria.
En otras palabras, el malware interviene en la comunicación NFC y envía la información al atacante en tiempo real. Esto facilita aún más el delito, pues los criminales no necesitan instalar dispositivos físicos ni alterar el funcionamiento del cajero.
Esta es una modalidad que ha tomado fuerza en países como Rusia, pero no está de más mantenerse atento, ya que, debido a su efectividad, puede expandirse rápidamente a otros territorios y dejar miles de víctimas a su paso.


