El arqueólogo Howard Carter descubrió la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, en 1923.

aniversario

Asi descubrieron hace 99 años la tumba de Tuntankamon

Lord Carnarvon, propietario de la mansión donde se filmó Downton Abbey, fue junto el encargado de financiar la hazaña de Howard Carter

5 de noviembre de 2021

El cuatro de noviembre se celebraron 99 años del descubrimiento de la entrada a la tumba del faraón Tutankamón. cerca de Luxor. El arqueólogo británico Howard Carter, fue el responsable del hecho tras 8 años de búsqueda. El fue quien descrubrió el lugar de descanso eterno del joven faraón de la XVIII Dinastía, que alcanzó fama mundial debido a que se encontraba intacta tras más de tres milenios, a salvo de los saqueos. Su tumba era la mejor conservada del Valle de los Reyes.

Prestigiado por sus innovadores métodos arqueológicos, Carter había comenzadó en 1907 a trabajar para Lord Carnarvon, un noble entusiasta aficionado a la arqueología, como supervisor de las excavaciones en Deir el-Bahari, cerca de Tebas.

En 1914, Lord Carnarvon recibió los permisos para excavar en el Valle de los Reyes y Carter fue contratado de nuevo para liderar los trabajos. Se encargó de encontrar tumbas que pasaron desapercibidas en expediciones anteriores, en particular la del faraón Tutankamón, aunque los trabajos se vierno paralizados temporalmente por la Primer Guerra Mundial. Lord carnarvon, cuyo nombre era George Edward Stanhope Molyneux Herbert, estaba casado con Almina, la hija ilegítima del magnate de la banca Alfred de Rothschild. Todo cambió cuando George Edward sufrió en Alemania un accidente de automovilismo, uno de sus deportes favoritos. Aunque logró salir vivo, las secuelas lo dejaron débil y propenso a los virus; y como el clima de Inglaterra no ayudaba a su condición, decidió, a partir de 1903, pasar los inviernos en Egipto, entonces bajo protectorado de facto del Imperio británico.

Ante los días calurosos y aburridos en El Cairo, lord Carnarvon comenzó a desarrollar un interés por la egiptología, que había tomado fuerza en esa época. Su pasión por el antiguo Egipto lo llevó a mover sus influencias para lograr una concesión dentro del área de excavaciones. El imperio le asignó un terreno cerca a Sheik Abd el Qurna, que carecía de interés arqueológico, aunque mantendría al inexperto conde ocupado en su pasatiempo. Lord Carnarvon se mudó al lujoso hotel Winter Palace en Luxor para supervisar la expedición; después de seis semanas de trabajo solo logró sacar del terreno un ataúd de madera en forma de gato.

En 1922, Lord Carnarvon se impacientaba ante la ausencia de resultados tras varios años de búsqueda y se planteó la retirada de fondos. Tras una discusión con Carter, aceptó financiar una última temporada en el Valle de los Reyes, informa Wikipedia.

El 4 de noviembre de 1922, el aguador del equipo se tropezó con una piedra que resultó ser el comienzo de una escalinata. Carter excavó los escalones parcialmente hasta el hallazgo de una puerta de barro en la que se observaban varios cartuchos egipcios, sellos con escritura jeroglífica. El arqueólogo ordenó rellenar la escalera de nuevo y mandó un telegrama a Carnarvon, quien se desplazó a Egipto desde Inglaterra.

El 24 de noviembre de 1922 se excavó la escalera en su totalidad y el cartucho egipcio en el acceso que indicaba el nombre de Tutankamón. Dos días más tarde, Carter realizó una “pequeña abertura en la esquina superior izquierda” de la entrada. Desde ahí pudo vislumbrar el interior gracias a la luz de una vela y ver tesoros dorados y en marfil. Carnarvon le preguntó si podía ver algo y Carter le respondió con su famosa frase: ¡Sí, puedo ver cosas maravillosas!

Carter había descubierto la tumba de Tutankamón, que más adelante sería conocida como KV62. La sepultura fue protegida hasta la llegada de un oficial del Departamento de Antigüedades Egipcias al día siguiente, aunque esa noche, Carter, Carnarvon, su hija y el ayudante Callender aparentemente entraron sin permiso, convirtiéndose en las primeras personas en tres milenios en acceder al enterramiento.

La mañana siguiente, 27 de noviembre, vio la inspección de la tumba a manos de un oficial egipcio. Callender accedió con luz eléctrica, iluminando una vasta colección de objetos, incluyendo divanes, cofres, tronos y altares. Asimismo, hallaron evidencias de estancias anexas, incluyendo una puerta sellada hacia la cámara del sarcófago, flanqueada por dos estatuas de Tutankamón. A pesar de la existencia de signos de expolios en tiempos antiguos, la tumba se encontraba intacta y se calculó que albergaba más de 5000 objetos. El 29 de noviembre la tumba se abrió oficialmente en presencia de varios dignatarios invitados y oficiales egipcios.

Tras percatarse de la magnitud de la tarea, Carter pidió ayuda a Albert Lythgoe del equipo de excavación del Metropolitan Museum de Nueva York, que trabajaba en las cercanías, mientras que el Gobierno egipcio mandó al químico analítico Alfred Lucas. El 16 de febrero de 1923, Carter abrió la puerta sellada y confirmó que dirigía al sarcófago de Tutankamón. La tumba fue considerada la mejor preservada e intacta del Valle de los Reyes y su descubrimiento alcanzó a la prensa mundial. Lord Carnarvon vendió la exclusiva a The Times, lo que enfureció al resto de la prensa.

A finales de febrero de 1923, una discusión entre Carnarvon y Carter, probablemente causada por cómo lidiar con las autoridades egipcias, interrumpió la excavación temporalmente. Los trabajos se renaudaron en marzo tras una disculpa de Carnarvon a Carter.

A finales de ese mes Carnarvon contrajo bacteriemia por la picadura de un insecto mientras se hospedaba en Luxor, cerca de la tumba, y falleció el 5 de abril de ese año, alimentando la leyenda de la maldición de Tutankamon. Los meticulosos métodos de catalogación de los miles de objetos de la tumba ocupó a Carter durante casi diez años, siendo trasladados al Museo Egipcio de El Cairo.