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VIDA MODERNA

Diez claves para mamás divorciadas

El reto de la mamá divorciada es permitir la transformación de su familia. Estas son las recomendaciones de la sicóloga Gloria Isaza para que logre construir con su expareja una relación de padres cooperativos al mismo tiempo que comienza una nueva etapa de su vida.

20 de mayo de 2017

Ser mamá después del divorcio es una tarea difícil. En casi todos los casos ella continúa viviendo la mayor parte del tiempo con los hijos y debe asumir sola muchas responsabilidades de la crianza. Como mujer se enfrenta a los cambios que trae la separación, y como madre necesita dar soporte a sus hijos en el proceso de adaptación a la nueva vida.

La psicóloga Gloria Mercedes Isaza analiza esta etapa que puede generarle miedo y confusión. Responde a los interrogantes sobre cuál es la mejor manera de guiar a sus hijos, de enseñarles los valores que considera correctos y de exigirles el cumplimiento de las normas de disciplina, sin convertirse en una figura estricta y autoritaria.

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Algunas claves que pueden ayudar en este proceso son:

1. Asumir el liderazgo: Desde el momento de la separación, la madre debe asumir sola las riendas del hogar. Para mantener la estabilidad en casa es necesario establecer las normas, los roles, la disciplina y especialmente el respeto que deberá existir entre todos. Así los niños comprenderán cuál es el lugar de cada uno, que ahora su madre es la figura de autoridad, que ellos pueden opinar y participar, pero que no son los encargados de tomar las decisiones.

2. No intentar ser papá y mamá: Divorciarse no significa que el padre renuncia a sus obligaciones y responsabilidades. Tampoco, que a partir de ese día la madre deba ejercer ambos roles frente a los hijos. Muchas mujeres creen que pueden asumir el rol y las responsabilidades del padre, pero esto es imposible. Para los niños es indispensable seguir contando con papá y mamá en todo momento de su vida. Esto les permite entender que ambos los aman a pesar de que no vivan juntos.

3. Equilibrar el tiempo: Otra preocupación de la madre después del divorcio es la del tiempo que comparte con sus hijos. En muchos casos la separación implica extender sus horarios de trabajo para obtener los ingresos que necesita para vivir. Así mismo, empieza a reorganizar sus actividades sociales, a establecer nuevas amistades y puede sentir que tiene poco tiempo disponible para ella y su nueva vida. Debe estar preparada para que estos cambios generen en los niños miedo de perderla y le reclamen por la ausencia y por compartir tiempo con otras personas. Es importante hablar con ellos; en esta etapa necesitan saber que su madre siempre está disponible y dispuesta a ayudarlos. Decirles permanentemente cuánto los quiere y lo importantes que son para ella.

4. No hablar mal del papá: Cuando eso sucede los niños crecen inseguros y con baja autoestima. Los pequeños necesitan dos figuras competentes y capaces de guiarlos durante los primeros años de su vida. Si el padre es calificado como incapaz o malo, ellos se inclinan a juzgarlo y rechazarlo. Permita que los hijos lo conozcan con sus defectos y cualidades. Al hacerlo les dá la posibilidad de querer a su papá y de sentirse queridos por él.

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5. Es importante hablar:  Para la mujer es fundamental poder compartir sus sentimientos y lo que está viviendo. En los momentos en que necesita apoyo puede recurrir a alguien de su su confianza, a un familiar, los amigos o algun consejero. Asignarles a los hijos el rol de confidentes los hace responsables de los sentimientos y el estado de ánimo de su mamá. Cuando ellos conocen los motivos de la agresión y la rabia que ella siente, culpan a su padre y se alejan de él. No hay que olvidar que él es el papá y ellos los aman a los dos.

6. Los temas de dinero son de los padres: Muchos de los acuerdos económicos a los que llegan las parejas después del divorcio traen cambios en el nivel de vida que llevaba la familia antes de la separación. Desafortunadamente, este es uno de los aspectos que genera más conflictos durante el divorcio. Es importante que la situación sea enfrentada por ambos padres teniendo en cuenta las necesidades de los hijos y de acuerdo con los ingresos reales de cada uno. No es misión de los niños comunicar las dificultades económicas, ni llevar mensajes de cobro de dinero entre los padres.

7. Construir una relación cordial con el ex: Aun cuando es una tarea difícil, establecer con su ex una nueva relación como padres, cooperativa y amable, les permitirá continuar siendo un equipo en la educación de los hijos; y, ayudará a los niños a entender que la familia no se acaba y que es posible mantener lazos afectivos sanos con los dos. Perdonar lo que sucedió durante el matrimonio les mostrará que el amor es un sentimiento más poderoso que el rencor y la rabia.

8. Las nuevas relaciones: Con el divorcio los niños pueden sentir miedo de perder a su papá y, cuando la mamá empieza a salir con nuevos amigos, experimentan temor de perderla también a ella. Se preguntan si los dejará de querer ahora que que sale con otras personas. Es importante darles tiempo para que conozcan los nuevos amigos y permitirles que el proceso de acercamiento se dé lentamente y sin presión. La aceptación de estas personas es más fácil cuando no se altera significativamente el tiempo que los niños comparten con su mamá y se mantienen las rutinas del hogar.

9. Mantener en privado la sexualidad: Para los hijos es difícil imaginar a su mamá en compañía de un hombre diferente a su papá. Esto, especialmente en el caso de los adolescentes. Recuerde que para los niños las expresiones amorosas son aceptadas como comportamientos naturales entre sus padres biológicos pero no cuando se trata de un extraño.

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10. Mantener el entusiasmo y la alegría: Después de la tensión y los conflictos que viven padres e hijos antes del divorcio, es importante recuperar la tranquilidad en la familia. La mujer tiene la oportunidad de asumir su nuevo rol de madre divorciada como una experiencia gratificante para todos, construir un hogar alegre y divertido, donde sus hijos se sientan seguros y a gusto. El reto de la mamá divorciada es permitir la transformación de su familia. Lograr construir con su expareja una relación de padres cooperativos que los mantenga siempre unidos, al mismo tiempo que se da la oportunidad de iniciar una nueva etapa en su vida.