Vida Moderna
El superalimento que ayuda a reducir el azúcar de forma natural
Se trata de un tubérculo que se puede agregar a las ensaladas y aporta varios beneficios para la salud.
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Hay un superalimento que tiene varios beneficios, entre los cuales se destacan regular el metabolismo, eliminar los cálculos renales y mejorar la salud cardiovascular. Es el rábano, conocido científicamente como Raphanus sativus y que hace parte de la familia Brassicaceae. Principalmente es un vegetal que acompaña en gran medida a las ensaladas, en especial por ser rico en flavonoides, polifenoles, terpenos, ácidos grasos, vitaminas y macronutrientes.
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Con respecto a su cultivo, hay diferentes tipos de rábanos. Su corteza puede ser blanca, roja, púrpura, negra, rosa y amarilla. Sin embargo, no hay nada que diferencie a nivel interno cada categoría, debido a que todas proporcionan lo mismo.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) señala que una de las principales características de esta verdura es que aporta pocas proteínas, lo cual implica que es un alimento esencial para las dietas para bajar de peso. Además, es rico en vitamina C y otros nutrientes, tales como proteína, fibra, calcio, hierro, fósforo, potasio, zinc, vitamina C, B1, B2, B3, B5 y B6.
La ingesta aislada del tubérculo no tendrá ningún efecto para la salud, por lo que para sacarle provecho hay que acompañarlo con otros alimentos, ejercicio regular y reducir hábitos negativos. Estos vegetales se caracterizan por ser bastante completos y con beneficios versátiles.
El primer beneficio del rábano explicado en Toxicological Research es la protección del hígado. El extracto enzimático de este alimento disminuye el daño hepático ocasionado por agentes tóxicos. Esta hortaliza inhibe el estrés oxidativo y la apoptosis. Un medicamento que intensifica este tipo de daño es paracetamol, ampliamente distribuido para varias enfermedades, y que tiene un efecto negativo hepático; por lo que agregar el rábano a la alimentación le hace frente a esta situación.
Por otro lado, un estudio realizado por la revista científica Evidence - Based Complementary and Alternative Medicine encontró que el rábano aporta considerablemente a atacar agentes microbianos. Concretamente, el vegetal ataca y elimina los estragos ocasionados por Escherichia coli, Bacillus subtilis, Staphylococcus aureus, Enterococcus faecalis, Pseudomonas aeruginosa, Pseudomonas pyocyaneus, Salmonella typhi y Klebsiella pneumoniae.
Sumado a ello, el aporte de kilocalorías es poco, por lo que aporta a la reducción de peso. Si bien alimentarse solo con esto no hará nada, adoptar el tubérculo a las ensaladas si logrará este objetivo. Además de eso, Food & Function señala que las hojas de rábano reducen la ganancia de peso, acumulación de lípidos hepáticos y mejoran la salud de la flora intestinal.
Frente a la salud cardiaca, un estudio de Nutrients señaló que el vegetal tiene efectos hipolipemiantes, lo cual mejora el metabolismo y permite que el flujo sanguíneo se desarrolle con normalidad. Por lo tanto, alimentarse con rábano libera los vasos sanguíneos que se taponan y ocasionan la retención de líquidos.
De la mano con el control metabólico, los rábanos también permiten mejorar la absorción y homeostasis de la glucosa y la energía del cuerpo. En el caso de los pacientes con diabetes, adoptar el tubérculo en la ensalada será de gran apoyo.
Un estudio divulgado por Nepal Medical College Journal indica que el consumo regular de rábano conlleva a que la excreción urinaria sea óptima. Una infección común en los riñones son los cálculos renales. Para prevenir la formación de estos, ingerir este tubérculo aporta oxalato de calcio, el cual es un compuesto que elimina los residuos tóxicos del sistema urinario y, por consiguiente, limpia los órganos de las llamadas ‘piedras en los riñones’.
Este vegetal también es aliado para los pacientes de cáncer. Su propiedad quimiopreventiva, presente en gran medida en la raíz, tallo y hoja, evita el desarrollo de células cancerígenas. Finalmente, uno de los últimos beneficios de este superalimento es la propiedad antioxidante y antiinflamatoria. Por un lado, la catequina presente abundantemente en el tubérculo previene el estrés oxidativo.
Por el otro, su propiedad de isotiocianato de fenetilo corresponde a una categoría antiinflamatoria natural. Este compuesto está en gran medida en las hojas del vegetal y combate aquellas patologías que inflaman el cuerpo.
¿Vitaminas que aumentan el riesgo de sufrir de diabetes?
El National Center for Complementary and Integrative Health de los National Institutes Health (NIH) mencionan en una de sus publicaciones que la deficiencia de magnesio puede incidir en la aparición de diabetes; sin embargo, señalan que, “los estudios clínicos no han comprobado que el magnesio ayuda en el manejo de la diabetes”.
Cabe mencionar que según lo expone la enciclopedia médica, el magnesio es de tal importancia que participa en más de 300 reacciones bioquímicas, como por ejemplo, “ayudar a mantener el funcionamiento normal de músculos y nervios, brinda soporte a un sistema inmunitario saludable”.
Además, menciona que tanto la vitamina C y la D han sido objeto de investigación sin ser concluyentes dentro de un tratamiento de diabetes. Sin embargo, otros estudios pueden inducir a que son favorables en esta afección, por lo que es importante consultar con un profesional de la salud.
“Tomar suplementos de vitamina D en combinación con calcio aparentemente reduce el riesgo de tener diabetes de tipo 2, según una revisión sistemática y un meta-análisis en 2007″, añaden en su página oficial.
Por ejemplo, la Fundación Española del Corazón señala que un déficit de vitamina D guarda relación con el riesgo de diabetes, incluso de alguna enfermedad cardiovascular.
Y aunque con seguridad no se puede señalar que vitaminas pueden aumentar el riesgo de diabetes, un artículo publicado por Nutri-Facts recuerda un estudio con atletas, que permitió observar la relación de un grupo de deportistas con la insulina, señalando que las vitaminas C y E en suplementos podrían inducir al aumento del riesgo de diabetes, por una resistencia a la insulina. No obstante, como se mencionó, es importante consultar previamente con un profesional.