El japonés Masaru Emoto sostiene que los pensamientos, las palabras y las emociones afectan directamente la realidad física, especialmente al agua

Entrevista

Los mensajes del agua

Un reconocido investigador del preciado líquido está de visita en Colombia. SEMANA habló con él.

25 de marzo de 2006

Masaru Emoto afirma que el agua tiene la capacidad de 'capturar' la información del medio ambiente. Este médico alternativo de la Universidad Abierta Internacional ha tomado durante más de una década miles de imágenes de los cristales que componen las aguas de todo el planeta. Lo primero que encontró en sus estudios es que el agua pura, proveniente de manantiales o de glaciares, cristalizaba de una forma simétrica y clara. Por el contrario, el agua contaminada de las ciudades no alcanzaba a cristalizarse claramente.

Pero él va mucho más allá. En sus experimentos, Masaru expone el agua a la influencia de la música, las palabras y los pensamientos. Luego congela las muestras y les toma fotografías. Según afirma, las vibraciones positivas -provenientes de la música hermosa, las palabras de afecto o los pensamientos positivos- configuran cristales con una estructura hexagonal clara, simétrica y brillante, muy similar a la de la nieve. Las vibraciones negativas -del agua contaminada, la música estridente o las palabras de odio- dan lugar a formas caóticas, asimétricas y oscuras.

Masaru ha publicado 12 libros con estas fotografías, con ventas impresionantes en Europa y Estados Unidos. Adelanta un programa con Naciones Unidas para crear conciencia en los niños sobre la importancia del preciado líquido. Además, fue invitado de honor al Foro Mundial del Agua en Ciudad de México que terminó el miércoles pasado. En Colombia estará hasta el próximo jueves dando talleres y conferencias. Allí mostrará los análisis de muestras del río Cali, el río Bogotá, los acueductos de ambas ciudades, así como una muestra del río Caño Cristales del Parque Natural La Macarena.

SEMANA: ¿Cómo explica que el agua capture la información del medio ambiente?

MASARU EMOTO: El cuerpo humano, en su mayor parte, está compuesto de agua. Y el agua siempre está transmitiéndonos un mensaje. Pero contestar por qué el agua tiene esa capacidad es algo que no puedo. Todavía hace falta mucha investigación. Mi labor es la de acumular datos sobre el agua mientras aparece alguien que pueda dar una respuesta clara a esta pregunta.

SEMANA: ¿Qué son las vibraciones sutiles de las que habla?

M.E.: Eso está más allá de nuestro entendimiento. Las vibraciones están en todo lo que existe: los rayos del sol, el agua, en nuestro cuerpo. Todos los días tenemos contacto con esas vibraciones, sólo que no nos damos cuenta.

SEMANA: ¿Por qué está en Colombia?

M.E.: Me gustaría dar algunas claves o ideas para solucionar los problemas de Colombia a través del agua.

SEMANA: ¿Qué le dijo el agua colombiana?

M.E.: Me enviaron siete muestras, de las cuales alcancé a ver tres antes de venir. Estas son las del nacimiento del río Cali, el río Cali atravesando la ciudad y el acueducto de Cali. Había visto también el agua de la población de Gaviotas. Según las formas de los cristales que he visto hasta ahora, puedo decir que el agua de Colombia tiene muchas posibilidades de sanar.

SEMANA: ¿Cómo se puede sanar con agua?

M.E.: Mi experiencia como médico alternativo me llevó a la conclusión de que para sanar alguna enfermedad no se necesitan drogas ni químicos. Lo más importante es el agua que tenemos en el cuerpo.

SEMANA: Pero, ¿cómo sería ese proceso de sanación?

M.E.: Dios nos diseñó con base en vibraciones. Si se genera alguna vibración anormal en alguna parte del cuerpo, esta parte se enferma. A través del agua se puede intentar volver al estado normal de la vibración. Piense en el dolor de cabeza. Se podrían medir las vibraciones del dolor de cabeza con el medidor de resonancias magnéticas. Para sanar el dolor de cabeza, usamos la aspirina. La aspirina genera vibraciones opuestas a las del dolor de cabeza. Así lo neutraliza. Podemos crear un agua que transmita esa vibración opuesta al dolor de cabeza, sin necesidad del químico.