Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, 5.200 especies de animales se encuentran en peligro de extinción. | Foto: Archivo particular

ANIMALES

¿Qué debe prevalecer?, ¿la vida de los animales o de los seres humanos?

Expertos explicaron a Semana.com cómo se debe actuar en casos como el de los leones de Chile o el gorila y el bisonte de Estados unidos.

8 de junio de 2016

En los últimos días se han conocido varios casos en los que se han tenido que sacrificar animales debido a la imprudencia de los seres humanos.

En una situación dos leones en Chile tuvieron que ser asesinados porque un hombre intentó suicidarse y se lanzó en la jaula en la que se encontraban los mamíferos. Otro caso fue el del gorila en Estados Unidos que recibió inyecciones de eutanasia cuando un bebé cruzó la barrera y cayó en un foso donde se estaba el animal. También se supo del sacrificio de un bisonte que tuvo que morir en el mismo país ya que una familia quiso llevarlo en su auto porque pensaba que tenía frio, entonces los guardias del parque decidieron sacrificarlo porque no podría volver a su manada.

Muchos usuarios de las redes sociales manifestaron su inconformidad ante el asesinato de los animales. ¿Por qué la vida de un ser humano vale más que la de un animal? ¿La única solución que hay en estos casos es la muerte? Si estos lugares son peligrosos tanto para los animales como para los humanos,  ¿no deberían prohibirse? ¿Las medidas de seguridad en los zoológicos y los parques naturales son suficientes?

Prevalece la vida del ser humano

Alberto José Campillo, politólogo, magister en historia y editor de la revista rosarista Nova et Vetera dijo a Semana.com que hay argumentos para que prevalezca la vida del ser humano sobre la del animal en casos extremos.

En caso de pánico tanto los animales como los humanos tienen instinto de supervivencia y por eso siempre van a tender a defender a los suyos. “Es una reacción natural, es una defensa de lo propio como sociedad”, explica campillo, y agrega que en si un gorila viera en peligro la vida de uno de sus congéneres seguramente también atacaría al otro.   

El politólogo explica además que, en el campo jurídico también hay una ventaja para los seres humanos ya que los animales no tienen derechos. “Para ejercer un derecho es necesario tener raciocinio para reclamarlo. Tenemos ciertos deberes éticos y morales con otras especies, pero los animales no tienen derecho per se”, explicó.  

Debe prevalecer la vida de los animales y de los seres humanos por igual

El especialista en comportamiento animal de la Universidad de California y profesor de la Universidad Nacional, Enrique Zerda, afirmó a este portal que siempre se debe buscar el cuidado de la vida independientemente de si es animal o ser humano.

Uno de los problemas que hay en los zoológicos es la ignorancia en cuanto al comportamiento de los animales. “En estos lugares no hay personas con conocimiento sobre la psicología de los animales y por eso en casos extremos siempre piensan en matar”, afirmó.

En el caso específico del gorila, el experto aseguró que no era necesario quitarle la vida: “Estoy seguro de que el animal no le hubiera hecho nada. Los gorilas no son carnívoros y son pacíficos”.

Zerda también explicó que cuando los gorilas van a atacar indican que están agresivos: Se golpean el pecho, erizan el pelaje, aumentan su volumen corporal y emiten sonidos fuertes. Estos animales hacen estas señales para que el otro huya y así no tener que pelear.

“Es un gorila de espalda plateada. Esta raza está acostumbrada a proteger a su manada. El niño no representaba ningún peligro para él, por eso no le iba a hacer nada. Empezó a moverse por los gritos de las personas”, agregó el especialista.

Zerda se refirió al caso  de Levan Merritt en 1986, un joven que en ese entonces tenía cinco años y cayó en la jaula de los gorilas en un zoológico de Nueva Jersey (Estados Unidos). El niño quedó inconsciente por el golpe que recibió en la cabeza y muchos se preocupaban por lo que podría ocurrir. Para sorpresa de todos, Jambo, un gigante gorila macho, se acercó a Merrit, lo acarició en la espalda y lo protegió hasta que recuperó la consciencia.

A esta respuesta Campillo respondió que nunca se sabe cómo podría reaccionar un animal y puso el ejemplo de Timothy Treadwell, el hombre que vivió durante 13 años entre osos salvajes, afirmando que no eran agresivos, pero finalmente murió devorado por un oso grizzly. 

Los leones

En cuanto al caso de los leones el especialista Zerda explicó que sí se hubiera podido evitar que murieran los leones: “Aunque los leones sí son carnívoros y sí son agresivos, en el video se puede ver que la intención del león no era asesinarlo. De ser así con un solo mordisco lo hubiera matado. La solución podría haber sido la aplicación de vasos anestésicos, o haberlo capturado con una red.” sugirió.

El bisonte

Laura Cepeda, médico veterinario de la Universidad de la Salle, dijo a Semana.com que en el caso del bisonte, considera absurda la decisión de los guardias del Parque Nacional de Yellowstone. “La última opción es la eutanasia en cualquier caso. Si es un parque de conservación de esta especie, es contradictorio que la decidieran asesinarlo”.

La medico aseguró que los guardias de seguridad pudieron haber hecho algo mejor. Entre las soluciones que encuentra Cepeda está haberle puesto una madre sustituta – por ejemplo de la manada de un zoológico – o en un caso muy drástico asignarle una vaca como madre. “En las fotografías se puede observar que el bisonte tenía la edad suficientemente para sobrevivir con una mamá sustituta y una dieta adicional hasta que pudiera valerse por sí mismo”.

Estos casos no pueden repetirse

Los expertos concuerdan en que para que estos casos no se repitan es necesario que los directivos y los trabajadores de los zoológicos y de los parques naturales tengan claros los protocolos de acuerdo al comportamiento de los animales, el cual varía en cada especie.

Adicionalmente, estos establecimientos deben optimizar sus medidas de seguridad de tal manera que no exista la posibilidad de que un hombre traspase una reja, que un niño caiga en un foso o que a alguien se le ocurra que un bisonte tiene frio.

“Definitivamente hay zoológicos que no deberían existir, porque los animales están estresados, porque viven en jaulas pequeñas y horribles” aseguró Zerda.

Sin embargo – agregó el experto - hay otros sitios como el Zoológico de San Diego en California en donde se cuida de animales en peligro de extinción, los guías promueven el aprecio y el cuidado de los animales, y se realizan proyectos de investigación para preservar a las especies.

Lo ideal sería que estos establecimientos invirtieran el dinero en guardias y zootecnistas especializados que puedan tomar las mejores decisiones para la preservación de la vida.