PERFIL

Un ejemplo a seguir

Cada vez más profesionales con estudios de doctorado incursionan en el mundo empresarial. Como Camilo Castro, un ingeniero químico que se aventuró a trabajar en una multinacional del sector alimentario. Esta es su historia.

9 de septiembre de 2017

Camilo Castro hace parte de una nueva generación de investigadores colombianos con estudios de doctorado que han dejado a un lado el ámbito académico para trabajar en la industria. Cambió las aulas de clase y los campus de las universidades por los laboratorios y las oficinas de una multinacional, una elección poco común en los científicos del país en donde las relaciones entre academia y la industria todavía están en pañales.

Tras graduarse de ingeniero químico en la Universidad Industrial de Santander y culminar el doctorado en la misma institución gracias a una beca de Colciencias, Castro viajó a Bogotá para probar suerte. Trabajó de docente en la Universidad de La Sabana y en la Manuela Beltrán. En ese momento siempre creyó que su vida iba a transcurrir entre alumnos y colegas, que escribiría artículos en prestigiosas revistas científicas y que quizás tendría un importante reconocimiento dentro de la comunidad académica mundial.

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Sin embargo, sus planes cambiaron en 2011 cuando Colciencias lanzó una convocatoria en la que invitaba a las empresas a apadrinar un proyecto de investigación de un doctor y a incluirlo dentro del personal, y a cambio la institución pagaría su sueldo. Así, en 2012 comenzó a trabajar en Quala, una multinacional colombiana del sector alimenticio que produce famosos productos como BonIce y La Sopera. Para este ingeniero su vida cambió 180 grados: “Dejé a un lado el desarrollo de materiales y el estudio de la luz solar para desinfectar agua, tema de mi tesis de doctorado, para ocuparme de procesos alimenticios”, dice Castro.

En Quala el joven santandereano adquirió habilidades que no se enseñan en la academia, como modular el vocabulario y los contenidos de las propuestas para que los miembros de la empresa las entendieran. “No es que los industriales sean bobos o algo por el estilo –explica Castro–, sino que nosotros los académicos estamos acostumbrados a utilizar un lenguaje demasiado técnico que muy pocos comprenden. En ese sentido tenemos que bajarnos del pedestal y aprender otras formas de comunicación”. Por su parte, Quala, que nunca había tenido un doctor en su nómina, entendió que con el conocimiento experto de alto nivel podía innovar con mejores productos, planificar su futuro y aumentar su competitividad.

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Castro desarrolló para Quala la versión en polvo del tradicional caldo en cubo, metodologías para evaluar productos y otros proyectos que hacen parte de un acuerdo de confidencialidad. A mediados de 2015 abandonó la empresa porque recibió una mejor oferta económica de Team Foods, otra multinacional del sector de los alimentos.

Luego de llevar más de cinco años en la industria, Castro se sigue considerando científico e investigador, solo que aplica sus conocimientos en otros sectores que todavía son un poco ajenos a la comunidad académica del país. Así mismo, evalúa la importancia del trabajo conjunto entre empresarios y científicos: “Para nadie es un secreto que la competitividad de la industria está en crear productos o procesos con un alto valor agregado, y eso solo se hace con ciencia. Pero para que la relación entre científicos y empresarios funcione, se necesita que ambos cambien el chip. Por un lado los académicos deben entender que no son oráculos, sino que hacen parte de un engranaje y que deben funcionar de acuerdo con los propósitos de la industria. Por otra parte, los empresarios deben comprender que los doctores no son un gasto, sino una inversión y que con el conocimiento de ellos su negocio puede innovar”.

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Para que otros doctores tengan la misma experiencia de Camilo, Colciencias lanzó una convocatoria para que los centros e institutos científicos, empresas, entidades públicas y universidades del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación inviten a 240 profesionales con doctorado a realizar una estancia posdoctoral. Estas instituciones deben identificar el perfil que se adapte a sus intereses y construir una propuesta de investigación que Colciencias evalúa. La convocatoria se cierra el próximo 26 de septiembre de 2017; la información adicional y el formulario se encuentran disponibles en la página web www.colciencias.gov.co. n