Para notar que algo anda mal, lo primero es conocer bien el funcionamiento del propio organismo, pues cada persona tiene un ritmo intestinal propio y diferente | Foto: Ingimage

SALUD

Así es la digestión normal

El tránsito intestinal es un tema que avergüenza, pero fijarse en este proceso es un buen indicio del estado general de la salud.

22 de marzo de 2017

La digestión es un asunto para estar pendientes pues los cambios en el ritmo intestinal son una de las señales más comunes de trastornos gástricos graves e incluso de cáncer de colon. Para estar saludable es crucial para el cuerpo eliminar de manera constante sus desechos y cuando esto no ocurre se empiezan a acumular sustancias nocivas que pueden provocar graves daños en aparato digestivo.

Para notar que algo anda mal, lo primero es conocer bien el funcionamiento del propio organismo, pues cada persona tiene un ritmo intestinal propio y diferente: algunos pueden evacuar el instestino a diario, otros cada dos días y en ambos casos puede ser una situación normal. “La gente cree que debe hacerlo a diario, pero no es cierto. Cada persona, dependiendo por ejemplo de sus rutinas de vida y dieta, tiene un ritmo marcado y se dará cuenta cuando algo no anda bien”, explica el gastroenterólogo Nicolás Rojas.

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En ese sentido, la alerta se enciende si se presentan cambios abruptos en tales rutinas. Estas modificaciones comúnmente se traducen en periodos prolongados de estreñimiento o de diarrea, pero también se puede notar en el aspecto de la evacuación. “Las heces normales son aquellas color marrón, con consistencia firme y que se eliminan sin dificultad. La frecuencia de flatulencias también puede ser una señal sobre el funcionamiento intestinal”, asegura Rojas. Por su parte, la hinchazón en el vientre, sensación de pesadez constante, pueden causar incómodos dolores de estómago, otro signo inequívoco de que algo no anda bien.

El proceso digestivo comienza en la boca por donde se consume el alimento: luego pasa al estómago y llega a los intestinos donde las sales y aguas son absorbidas y se desecha lo que no sirve. Esto se vuelve sólido y sale en forma de heces. Cuando esto no pasa, los alimentos se convierten en sólidos más duros, secos y difíciles de expulsar. Para evitar estos problemas de estreñimiento, la clave es la dieta. “Se recomienda darle prelación a las fuentes ricas en fibra. Esta se puede encontrar fácilmente en frutas frescas, verduras y granos enteros como los fríjoles”, dice Rojas. También es conveniente limitar el consumo de comidas como la carne; los alimentos procesados y azucarados, como las gaseosas y dulces; los quesos y helados, que favorecen la lentitud del ritmo intestinal.

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También es importante beber la cantidad de agua suficiente. Algunas opciones para consumir suficiente líquido son los jugos cien por ciento de fruta y con pulpa para aprovechar más la fibra, las sopas y el té. Otros aspectos que pueden favorecer el estreñimiento son los cambios de rutina, el consumo de algunos medicamentos, el embarazo, la falta de actividad física y ciertas condiciones médicas como padecer de problemas cardiacos.

El estrés es un factor que favorece el tránsito intestinal lento. Yoga, meditación y ejercicio pueden ayudar para evitar este estado. El experto también señala que es muy importante no aguantar la necesidad de ir al baño, ya que resistir puede causar estreñimiento o empeorar los síntomas de los trastornos intestinales.

Si después de mejorar la dieta y cambiar los hábitos de vida el problema persiste, entonces la mejor recomendación es consultar al médico porque estos impedimentos pueden estar siendo originados por otras condiciones que merecen ser evaluadas con detenimiento.

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