Con su programa, Langrall proporciona información oportuna y precisa a los profesionales de la industria del entretenimiento de forma gratuita. | Foto: SEMANA

Televisión

¿Qué tanto creerles a las series en temas de salud?

La drogadicción, el suicidio y las enfermedades mentales son temas recurrentes en la televisión. Kate Langrall, directora de Hollywood Health & Society, habló con SEMANA sobre el riesgo de no mostrar las enfermedades tal y como son.

1 de noviembre de 2018

Para Kate Langrall las series de televisión son la fuente de información más grande sobre un problema de salud. Por eso hablar de temas como la obesidad, el suicidio o el abuso de sustancias, no puede tomarse a la ligera. Hacerlo mal podría generar polémica, ya sea porque a veces los libretistas están desinformados frente al tema o no muestran la realidad de una enfermedad como es. Le sucedió a la serie ‘13 Reasons Why’, que en su primera temporada enfrentó fuertes críticas por la representación explícita del suicidio. Para muchos esto sólo sirvió para motivar a los jóvenes con esta tendencia a cometer un acto parecido.

Esta serie es apenas un ejemplo del impacto que pueden tener los temas de salud en la televisión. Langrall, directora de Hollywood, Health & Society, trabaja para que las producciones sean cada vez más responsables a la hora de representar estos temas y la audiencia reciba una información acertada. Su compañía ha asesorado gratuitamente a series como Grey‘s Anatomy, Chicago Med y más de 200 series de Hollywood que no necesariamente están dedicadas al ejercicio de la medicina, sino que tratan temas muy variados como historias de VIH, drogadicción, aborto o problemas mentales. Para ella, cada una es una oportunidad invaluable de mandar el mensaje correcto.

La labor es importante, pues según estimaciones recientes el número de hogares que puede ver televisión a través de alguna de las plataformas existentes en el mercado supera los 1.600 millones y las previsiones apuntan a que llegará a los 1.700 millones en 2023. Su impacto es tal que según Langrall el episodio final de la serie ‘How to Get Away with Murder’, que mostraba a un par de jóvenes hacerse una prueba de VIH, fue suficiente para que generar una gran ola de solicitantes del exámen al día siguiente de la emosión. 

“El show nos llamó para asegurarse de mostrar de manera correcta la forma  en que se hace prueba. La sorpresa fue que tras emitirse vimos un tweet de un joven que escribió que ese episodio le hizo darse cuenta de que necesitaba hacerse el test. Contó que la mañana siguiente fue directo a la clínica y le dijo a la enfermera que se había motivado por la serie. Y ella le respondió: "tú eres el quinto que viene hoy por la misma razón y solo llevamos abiertos una hora", cuenta Langrall. “El show alcanzó 30 millones de personas así que imagínate lo que ocurrió con las clínicas de todo el país”, agrega.


Aunque se trata de una anécdota, Langrall afirma que ilustra a la perfección cómo
 las series y las producciones de ficción pueden ser un gran aliado para educar a las audiencias sobre temas de salud. Pues mientras un médico puede atender entre 30 o 40 personas en un turno de 12 horas; a través de un programa, una información valiosa sobre cómo realizarse un autoexamen de mama, cómo prevenir la obesidad o cómo mejorar los hábitos de vida, puede llegar a 15 millones de personas por semana.

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Algo similar sucedió con ‘13 Reasons Why’, que si bien nunca se pudo confirmar el efecto que tuvo en el suicidio de otros, tuvo un fuerte efecto en el comportamiento de quienes la vieron, según un estudio del Center on Media and Human Development de Northwestern. Después de hablar con más de 5.000 adolescentes y padres, las investigadores evidenciaron que, al menos en Estados Unidos, las charlas sobre el suicidio aumentaron drásticamente. Según los espectadores, luego de verla sintieron más empatía por otras personas, y en el caso de los jóvenes, aseguraron querer haber tenido más recursos para saber cómo actuar en estos casos.

Otra serie que desató polémica recientemente es ‘Insatiable’, la historia de una joven adolescente que sufre de bullying en su colegio por su sobrepeso, pero años después, cuando consigue adelgazar y convertirse en una de las estudiantes más populares, crea un plan para vengarse de los que se burlaron de ella. Según la audiencia, la producción apoyaba la vergüenza por el cuerpo y validaba el culto a la apariencia. Además, muchos de sus críticos, afirmaban que trataba con poco tacto el tema de la obesidad, una enfermedad que mata a 2,8 millones de personas al año en el mundo. Más de 100 mil personas firmaron una carta exigiendo la cancelación de serie.

Para los escritores y productores, el desafío es equilibrar la tensión dramática con las realidades a veces complicadas del cuidado de la salud. Muchas veces incluso se cae en el erro de vanalizar o romantizar ciertas enfermedades o discapacidades, como el autismo, el cáncer o las enfermedades terminales. Aunque es muy común que los directores tomen estas perspectivas, Langrall dice que es importante representar la discapacidad de forma precisa. "Aunque es comprensible que la construcción de la historia exija unos tiempos muy rápidos y esté mdiada por temas como el asesinatos, la tragedia o el amor hay que asegurarse de que todo lo que se muestre sobre salud se haga de forma precisa pues está demostrado que influye en las actitudes que tomarán las personas ante estas enfermedades”, explica.


Daniel Barnz, director de la película Cake (2014); Indira Páez, libretista de televisión; Kate Langrall, directora de Hollywood Health & Society; yKathleen Bedoya, guionista, productora y ejecutiva de programación. Todos han sido asesorados por Langrall durante la producción de sus historias. Foto: Daniel Reina, Semana. 

Con su programa, Langrall proporciona información oportuna y precisa a los profesionales de la industria del entretenimiento. Pone a disposición expertos en todos los temas, realiza reuniones informativas, debates y publica constantemete consejos en línea. La empresa fue fundada en 2001 y desde entonces ha puesto en marcha sus proyectos en diferentes capitales creativas como India y Nigeria. Este año, abrirá una sede en Bogotá con el propósito de guiar en estos temas  a las producciones nacionales. Trabajamos con dramas, comedias, programas de niños, realities, entre otros pues sabemos que la audiencia está escuchando y prestando atención. Y sus sistemas de creencias se forman de acuerdo a lo que ven en sus shows favoritos”, dice.

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A través de sus investigaciones, Langrall han podido comprobar que las personas aprenden mucho más y prestan mayor atención a la información de salud en forma de historias, que aquellas presentadas en noticias o presentaciones didácticas.

Las historias sobre cáncer, salud reproductiva y adicción son las más que más atraen a la audiencia por su dramatismo. Y uno de los temas peor representados en televisión, según la experta, es el parto.
“Siempre es muy dramático. La mujer tiene dolores terribles y dos minutos después el bebé ha nacido”. Igual sucede con el aborto y otro tipo de problemas reproductivos, temas al rededor de los que Langrall ha evidenciado que aún existen tabús en lasproducciones. “Encontramos resistencia en la televisión americana a hacer historias sobre aborto. Algunos programas le temen y prefieren no meterse a fondo con en el tema de salud reproductiva”.

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Para la experta todo es cuestión de hacer concesiones y generar equilibrio, en particular cuando se trata de temas de ciencia ficción. Por ejemplo, cuando Matt Damon voló a Marte en Misión rescate, la gente no se creyó al pie de la letra la ciencia que sostiene la historia. “Sin embargo, con la salud es diferente porque todos tenemos un cuerpo, tenemos problemas, vamos al médico y esto hace parte de nuestras experiencias personales. Por eso no es una buena idea hacer ficción con la salud humana”, dice.

Primero porque no se puede pasar por alto la desinformación que luego la gente tomará como verdadera e implementará en su vida y segundo porque la audiencia es inteligente. “Nosotros como televidentes sabemos cuándo hay algo que no está bien”, dice. Y si ocurre algo así lo más probable es que no logre una conexión con el público. “Ningún productor de televisión quiere que apaguen el televisor cuando está al aire , por esa razón necesitan precisión en sus historias. Es bueno para la humanidad presentar información precisa sobre la salud”, explica.