La próstata es una glándula del tamaño de una nuez, situada debajo de la vejiga y alrededor de la uretra. Cuando la afecta el cáncer y se trata con las terapias convencionales puede producir problemas de incontinencia urinaria y disfunción eréctil.

SALUD

Una alternativa para tratar el cáncer de próstata

Un estudio en Reino Unido mostró que este tipo de tumor podría tratarse simplemente con revisiones activas periódicas y no con cirugía ni radioterapias agresivas.

20 de septiembre de 2016

Cambiar los tratamientos tradicionales para el cáncer de próstata por revisiones activas, presentó  la misma proporción de supervivencia en los pacientes que toman la opción tradicional. Así lo reveló un estudio del National Health Service (NHS), el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, que demostró que aquellos hombres que se sometieron a tratamiento como cirugía o radioterapia para eliminar el cáncer de próstata, presentaron la misma proporción de supervivencia 10 años después que aquellos que decidieron hacer una supervisión activa del cáncer.

Es decir que, aunque el estudio confirmó que la propagación del cáncer fue menos probable en quienes tomaron el tratamiento oncológico, quienes eligieron tratarse con una vigilancia estricta seguían con vida 10 años después, al igual que el primer grupo.

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La explicación tiene que ver con la biología del tumor de la próstata. “Hay tumores que son indolentes o perezosos. Esto quiere decir que tienen un crecimiento y propagación lenta que se puede tratar con tiempo y de diferentes formas”, explica Carlos Castro, director científico de la Liga Colombiana Contra el Cáncer.  Gracias a la biología “perezosa” de este tipo tumor, es posible detectarlo a tiempo, lo que da una buena oportunidad para escoger si lo mejor es un tratamiento tradicional o una alternativa como la vigilancia estricta y vivir muchos años después del diagnóstico. “En el país, cerca del 80% de los pacientes con cáncer de próstata están vivos a los 10 años de haberse diagnosticado”, cuenta Castro. 

Para que la opción de las revisiones estrictas sea viable, es necesario que se empiecen antes de que la enfermedad se haya extendido. Estas supervisiones activas se deben hacer cada tres meses después del diagnóstico. Si después de dos años se mantiene estable la enfermedad, las supervisiones pueden ser dos veces al año y si no ha empeorado, pueden realizarse cada año.

La idea de esta vigilancia activa es asegurarse por medio de pruebas periódicas de sangre de que los niveles del antígeno prostático (PSA), que permite saber la evolución de la enfermedad, están estables. Los investigadores han dicho que estos resultados son muy valiosos, pues muestran que esta es una opción más que tienen los hombres para tratar su cáncer y evitar los efectos secundarios de los tratamientos habituales, como dificultades urinarias, el deterioro de la función sexual o la calidad de vida del paciente.

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Cuando no se podía establecer la biología del tumor, las únicas opciones eran la cirugía o la radioterapia, procedimientos con efectos secundarios complicados que los pacientes tenían que soportar así el tumor no fuera tan agresivo. .

Según datos de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, cerca de 9.564 hombres son diagnosticados con cáncer en Colombia cada año, convirtiéndolo en la segunda causa de mortalidad en ellos. Es más común en mayores de 60 años y los médicos recomiendan que para un diagnóstico oportuno, hay que visitar al urólogo por lo menos una vez al año.

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