comunicaciones

El invento del siglo

Se cumplen 35 años del teléfono celular

Álvaro Montes
19 de abril de 2008

Debe ser emocionante inventar algo que guste a 3.300 millones de personas. Martin Cooper lo hizo y vive para contarlo. El 3 de abril de 1973, el ingeniero de Motorola Martin Cooper, de pie en una esquina de Nueva York, realizó la primera llamada de la historia desde un teléfono celular. Él es el inventor de este aparato, el más extendido actualmente en el mundo y tal vez el invento más influyente, después de la computación, en los últimos 100 años. Lo concibió tras conocer el concepto en un clásico de la ciencia ficción -Star Trek- en donde vio al capitán Kirk hablar a través del communicator y le pareció que era una magnífica idea.

Cooper es un hombre de buen humor; prueba de ello es que hizo la primera llamada a su colega de la compañía rival AT&T, Joel Engel, quien también llevaba años persiguiendo la misma idea. "A que no sabes desde dónde te llamo", fue la primera lapidaria frase pronunciada desde el terminal que pesaba un kilo y que sería comercializado más adelante por Motorola bajo el nombre de DynaTAC. Tardó más de dos décadas en popularizarse y le tomó a la industria mucho esfuerzo conseguir dispositivos de precio económico y tamaño razonable para que realmente soportaran el concepto de movilidad. Las primeras 'panelas' que llegaron al país costaban más de un millón de pesos hace 15 años y hoy se fabrican teléfonos celulares por menos de 10 dólares.

A sus 79 años, Martin Cooper, quien dirige hoy su propia compañía, considera que su sueño de un mundo completamente dominado por las comunicaciones inalámbricas aún está sin cumplir. "Nuestro sueño era que algún día nadie hablara por un fijo; todo el mundo usaría el móvil", dijo a la prensa hace algún tiempo para explicar su insatisfacción con la actitud extremadamente conservadora de la gente, que se resiste a adoptar las tecnologías inalámbricas en todos los actos de su vida. "Sólo lo hemos logrado por ahora con la voz", dice. El siguiente sueño de Cooper, en el que trabaja incansablemente, es que los teléfonos estén literalmente insertados en el cuerpo humano y puedan detectar las enfermedades y transmitir la información a los médicos. Calcula 15 años para que algo parecido esté listo para las primeras pruebas.

Entretanto, el móvil se erige como el más extendido de los inventos sobre la tierra. Tres mil trescientos millones de abonados a la telefonía celular en el mundo y 1.200 millones de nuevos terminales fabricados cada año hacen del teléfono de Cooper todo un acontecimiento en la cultura y la economía.

La telefonía ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años. Hay más móviles que fijos en el mundo, es más barato llamar desde un celular y prácticamente el resto de ciudadanos del planeta que todavía no tienen un teléfono móvil tampoco tienen los ingresos mínimos para sobrevivir; es decir, están bajo la línea de pobreza, así que no habrá una expansión significativa en el número de usuarios, pero sí una explosión del consumo de datos: Internet, descargas de música, televisión, chat y computación desde el móvil. Hasta el computador, el rey de la revolución tecnológica del siglo XX, se siente amenazado por el invento de Martin Cooper.