Para Miguel Cortés nunca se puede escoger el camino rápido, por tortuoso que parezca el de la legalidad. | Foto: KAREN SALAMANCA-SEMANA

LECCIONES EMPRESARIALES

Grupo Bolívar, la fuerza de la integridad

Aun en medio de los tiempos de incertidumbre, este grupo empresarial ha logrado reinventarse y crear valor.

26 de mayo de 2019

Muchos empresarios se desvelan noche a noche en mejorar su productividad, innovar, lograr buenos resultados financieros y perdurar. Miguel Cortés Kotal, líder del Grupo Bolívar, integrado por el Banco Davivienda, Seguros Bolívar y Constructora Bolívar, comparte esos propósitos. Pero añade dos conceptos poderosos que han guiado su carrera y constituyen un mantra en sus compañías: alcanzar el propósito superior de enriquecer la vida con integridad y tener siempre una actitud optimista, “porque en nuestras manos está hacer un mundo mejor”.

23.500 empleados en 6 países tiene el Grupo Bolívar en sus compañías de seguros, su banco y su constructora.

Por eso, frente a las circunstancias adversas mantiene su habitual ánimo; incluso tras un 2018 difícil para la economía por su lento desempeño, con un escenario político marcado por la polarización y con los desafíos planteados en el sector externo, debido a la turbulencia que desató la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Pronostica que este año habrá más inversión y mejoras en el crecimiento del consumo de los colombianos. Y por supuesto en la economía del país.

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El convulso escenario lo ha convencido de que, independientemente de las tormentas, es necesario construir. Eso sí, no desconoce la realidad. El bajonazo en la economía después de 2014 afectó a muchas compañías, en especial a las pequeñas y medianas que salieron del mercado o se colgaron en sus compromisos financieros.

A esto se sumó la crisis de Electricaribe, la parálisis de varios proyectos 4G, particularmente los vinculados con el escándalo de Odebrecht, los problemas financieros de los sistemas de transporte masivo e incluso las demoras en los giros del sistema de salud a varias entidades hospitalarias. En todos esos casos, los bancos habían financiado alguna parte y tuvieron que castigar sus balances y hacer provisiones para cumplir la regulación colombiana.

Aunque la opción más fácil sería dejar de prestar, Cortés asegura que tiene el compromiso de estar ahí cuando los clientes tienen dificultades. “Obviamente, cuando hay problemas éticos, nos echamos para atrás y preferimos no compartir crecimiento con quienes los tengan. Pero, si son problemas económicos, la idea es estar ahí en los tiempos buenos y en los tiempos malos”.

Ha coincidido con líderes de la economía mundial, pero de su padre, José Alejandro, ha aprendido las mejores lecciones.

Tampoco ayudó mucho el tema tributario. Aunque la Ley de Financiamiento trajo alivios para el sector empresarial al promover condiciones más competitivas en materia de impuestos, al sector financiero le generó a la larga un gravamen adicional. En efecto, durante las discusiones en plenarias incorporaron una sobretasa en renta a las entidades financieras. Todo un castigo al éxito.

Por eso, independientemente de lo que ocurra con los políticos, de los continuos cambios en las normas, de los escándalos de corrupción, en Bolívar siempre piensan en cómo construir país y valor agregado para la empresa y la gente. “Personalmente, nunca creemos que nos vaya bien si al país no le va bien. No es solo mi negocio, sino mi entorno”, asegura.

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Poner buena cara no siempre resulta fácil. Pero las lecciones que ha aprendido en su trayectoria profesional, así como los consejos de su padre, José Alejandro Cortés, le han permitido enfrentar distintas coyunturas con el mejor ánimo.

Esto le permite que, al margen de lo que ocurra alrededor, persista el objetivo de erigir una mejor Colombia para agregar valor a los clientes, ayudar a los empleados y seguir adelante aun en tiempos difíciles. La meta es avanzar “y no llorar sobre las dificultades, sino construir sobre la capacidad humana de reinventarnos y crear valor”, asegura.

A innovar

El grupo tiene reconocimiento en temas de innovación, un concepto que forma parte de sus principios y valores. Sin embargo, dentro de la compañía no existe un departamento específico dedicado a este tema porque los 23.500 empleados tienen la meta de innovar en los 6 países donde operan. ¿Cómo lo han hecho? Básicamente, con estudio permanente e inspiración.

En las empresas del Grupo Bolívar desarrollan los tres tipos de innovación: la incremental, la estratégica y la disruptiva. La primera se basa en los aportes que hacen los trabajadores de la empresa en sus labores diarias. La segunda les ha permitido avanzar con desarrollos propios o con aliados para crear y agregar valor. Y la tercera los ha catapultado entre las entidades financieras más innovadoras del mundo.

Entre los logros importantes en innovación está el convertirse en la primera entidad del mundo en diseñar una aplicación que permite a sus clientes transferir dinero por medio de cualquier red social. Así, se puede abrir una cuenta en cinco minutos sin ir a la oficina o gestionar créditos hasta un cierto monto.

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Destaca la curiosidad como una actitud permanente que les ha permitido avanzar. Y no sentirse cómodos con lo que tienen o son hoy. También, invertir mucho en la gente, en la tecnología y en los líderes que impulsan el cambio.

Frente a los retos que vienen, Cortés asegura que el grupo se ha mantenido ágil, innovador y positivo, y se prepara para andar siempre un paso adelante. ¿Cómo lo hacen? “Vivimos nuestros principios y valores: el respeto, la honestidad y la disciplina para agregar valor”.

Además, aplica algunas lecciones empresariales que ha logrado interiorizar. La primera, que en cualquier circunstancia hay que construir país. Segundo, que aunque estén llegando empresas bigtech o fintech con millonarias inversiones, deben moverse más rápido para no quedarse atrás. Tercero, que no importa lo que haga la competencia ni cómo lo haga, los principios y valores van por encima de todo.

En cuarto lugar, que equivocarse permite aprender pronto. Y la quinta lección es que a pesar de la velocidad diaria, de vez en cuando hay que detenerse para respirar, escuchar a los clientes y a la comunidad porque esto permite tener el impulso para volver a avanzar.

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En su vida diaria no puede faltar el ejercicio, incluso antes de las cinco de la mañana. Siempre busca tiempo para compartir con su familia, que considera un pilar fundamental y la razón de la existencia.

Por su inquietud intelectual ha tenido oportunidad de conversar con grandes líderes y gurús de la economía, la política o la religión –entre ellos Warren Buffett–. Pero su padre, José Alejandro Cortés, lo ha impactado más que cualquier otro por su sencillez, sabiduría y tenacidad.

Lo describe como un hombre que siempre piensa en construir una Colombia mejor, no guarda rencores ni conoce la envidia. De él ha aprendido muchas lecciones, pero destaca dos: la paciencia y el optimismo. Estas le han permitido acotar una frase que lo ayuda en cada desafío: “No importa qué tan tarde u oscura está la noche, sabemos que siempre va a amanecer y todo puede ser mejor”.