Durante el confinamiento, la ciudadanía ha fotografiado más de 7.000 individuos de la flora y fauna colombiana. Fotos: Alejandro Mora, Peter Hoell y Samadhy del Mar (Naturalista). | Foto: Especies en plataforma Naturalista

BIODIVERSIDAD

Fanáticos de la biodiversidad han publicado más de 7.900 registros de animales y plantas durante la cuarentena

Según el Instituto Humboldt, estos hallazgos fueron publicados por ciudadanos en una plataforma dedicada a registrar la magia de la naturaleza. Del total de observaciones, 3.326 ya fueron identificadas. A la fecha, las especies registradas ya superan las 2.000.

30 de abril de 2020

Tomás Cárdenas Escobar, un habitante de la vereda La Hinojosa, ubicado en el municipio antioqueño de San Francisco, tuvo un encuentro con un felino enigmático y salvaje a mediados de mayo del año pasado. Eran las 5:35 de la mañana y mientras sacaba a pastar al ganado de su finca, vio a un tigrillo a ocho metros de distancia que lo estaba mirando fijamente.

“Cuando el tigrillo me vió, se metió entre el rastrojo. Como no tenía la tablet en mis manos, no pude fotografiar al animal. Ese día también vi conejos, carrascos, pechiblancos, ardillas, guacharacas, gallinetas, coliblancas, lloronas, collarejas, águilas, gurres, serpientes y muchos pájaros. En la zona habitan mariposas, osos hormigueros, chuchas y micos cariblancos cotudos y tistis”.

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Este tipo de encuentros con la biodiversidad se ha incrementando durante los días del confinamiento obligatorio causado por la pandemia del covid-19, época en la que la ciudadanía, armada con cámaras y celulares desde las ventanas o puertas de sus casas, ha captado diversos animales deambulando con tranquilidad.

Rana platanera captada el 9 de abril por Alejandro Mora en Villavicencio. Foto publicada en la plataforma Naturalista.

Además de volverse virales en las diferentes redes sociales, estos hallazgos biodiversos también sirven como material para la investigación científica. Muchos de los ciudadanos no solo se limitan a publicar las fotos y videos en sus diferentes cuentas de Twitter, Facebook o Instagram, sino que las suben en plataformas dedicadas a registrar las diferentes especies de fauna y flora que habitan en el país.

Tal es el caso de Naturalista, un aplicativo que llegó a Colombia en 2016 y el cual suma más de 13.000 observadores y un total de 323.000 registros de especies. Según el Instituto Alexander von Humboldt, esta plataforma ha contribuido al conocimiento de la biodiversidad del país, dado que permite que cualquier persona interesada en el tema pueda subir fotografías para luego identificar el tipo de especie.

Durante los días de encierro por el coronavirus, la plataforma lanzó la iniciativa Naturalistas Urbanos desde Casa: Bioblitz en tiempos de cuarentena, una maratón de registros de especies de flora y fauna del país que fue recibida por cerca de 1.000 ciudadanos, quienes en las semanas de confinamiento han registrado 7.970 observaciones de animales y plantas correspondientes a 2.000 especies.

Puercoespín fotografiado por Peter Hoell en Yumbo, Valle del Cauca. Foto publicada en la plataforma Naturalista.

De acuerdo con el Instituto Humboldt, del total de registros biodiversos 3.326 ya fueron identificados, es decir 41,6 por ciento. Los 4.649 restantes están a la espera de surtir el proceso de identificación respectiva.

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Sindy Martínez, investigadora de la línea de ciencias sociales y saberes de la biodiversidad del Humboldt, afirma que los resultados de esta convocatoria representan la importancia de la ciencia participativa en la obtención y mejoramiento de la información sobre biodiversidad en el territorio.

“El éxito de Naturalista lo atribuimos a que funciona de manera voluntaria como cualquier otra red social, es decir registrarse, obtener un perfil y empezar a subir fotos de especies que resulten interesantes con su respectivo crédito. Los usuarios que han cargado imágenes anteriormente, contribuyen a identificar las especies. La información y los datos son de libre acceso y no pertenecen al Instituto Humboldt ni a ninguno de los socios de la plataforma”, dijo Martínez.

 

Serpiente Thamnodynastes gambotensis fotografeada por Edgar Ortiz Ruiz en Polonuevo, Atlántico. Foto publicada en la plataforma Naturalista.

Para la experta, el mejorar la calidad de los datos de especies contribuye a disminuir los vacíos de información del Sistema de Información sobre Biodiversidad (SIB Colombia), que resultan determinantes para la toma de decisiones. “Para lograr la mejora de datos, el proceso de avalar o hacer curaduría de los registros es uno de los más importantes. En cientos de latitudes, este ejercicio se hace de manera voluntaria evidenciando el poder de las acciones colaborativas”.

Manos amigas para la ciencia

Carolina Soto, líder de la línea de diálogo de saberes y ciencia participativa del Instituto Humboldt, aseguró que los curadores de la plataforma Naturalista son personas con mucho conocimiento de la naturaleza que no necesariamente son científicos con formación tradicional, sino personas que conocen mucho de biodiversidad sin necesidad de tener educación formal.

Copetón captado por Samadhy del Mar en Monte Loma, Bogotá. Foto publicada en la plataforma Naturalista.  

“Este tipo de plataformas de ciencia participativa permite, entre otras cosas, crear redes de colaboración tanto para aficionados como para científicos con fines investigativos. Por ejemplo, si se está interesado en un grupo biológico en particular, solo basta enviar un mensaje directo para empezar a trabajar de manera conjunta”.

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 Tal es el caso de la la tesis en polillas del género Crinodes en Colombia de la Univesidad Javeriana, en la cual la bióloga Liliana Prada concluyó que en 70 años se recolectaron únicamente 63 especímenes este género en el país, siendo la época con mayor representatividad en colecciones biológicas entre los años 1945 y 1947.

“A través de la aplicación Naturalista se han registrado 30 especímenes del género Crinodes en el territorio colombiano entre el 2006 y el 2019, destacandose el reporte de Crinodes bellatrix, la cual no se registraba desde 1998”, apuntó la entidad. 

Algunos de los curadores de flora y fauna de Naturalistas Urbanos desde Casa: Bioblitz en tiempos de cuarentena.

Juan Manuel de Roux terminó como autor principal de un artículo científico luego de que registrara con su cámara la comadreja colombiana (Mustela felipei), especie que se daba por extinta debido a que no se contaban con registros fotográficos desde hace más de 30 años.

“Este es un claro ejemplo del impacto positivo que tienen las acciones de ciencia participativa sobre el ejercicio investigativo de la biodiversidad, y que desde el instituto se sigue fortaleciendo a través de iniciativas que permitan a los ciudadanos y comunidades enteras apropiarse de sus entornos naturales”, anotó el Humboldt.

 

Hongo Conocybe apala registraro por el usuario Tres Marías en La Tebaida. Foto publicada en la plataforma Naturalista.

Los mejores conocedores

Las comunidades locales cuentan con un amplio conocimiento tradicional, información que los convierte en los mejores conocedores de sus territorios. Además, están en muchos de los lugares que por distintas razones son de difícil acceso para los científicos.

 Un convenio entre Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare) y el Instituto Humboldt es un claro ejemplo del rol de estas comunidades, un trabajo que realizó un inventario participativo de biodiversidad con un grupo de familias de campesinas socias de BanCO2 en predios que son objeto de pago por servicios ambientales.

 

Trabajo de reconocimiento de especies en el marco del Convenio interadministrativo Cornare-Instituto Humboldt

“Los campesinos de esta región tenían la necesidad de saber qué especies habitaban en sus territorios, pues no se trataba solamente de proteger el bosque sino las plantas y animales que habitan allí. La comunidad identificó una microcecilia que se no se había reportado, hallazgo encontrado por los niños de la zona”, cuenta Martínez.

La comunidad contó con tecnología como el uso tabletas y fue capacitada sobre el manejo de la plataforma Naturalista. “Al principio hubo cierta resistencia, especialmente por la dificultad de no saber leer o escribir. Pero con el paso de los días, los campesinos empezaron a sentirse cómodos”, anotó el Humboldt.

Una de las mujeres más activas durante el proceso fue Mariela del Socorro Cárdenas, quien luego de un mes en el proyecto ya tenía en su dispositivo móvil más de 1.500 fotos de colibrís, monos, tucanes y plantas de la cuales no se tenían registros. “La ciencia participativa empodera a las comunidades al percatarse que pueden hacer ciencia sin ser científicos”, complementa Martínez.

 

Caracol terrestre captado por santiagopcol en Cundinamarca. Foto publicada en la plataforma Naturalista.