La normativa estadounidense establece que todo pasaporte emitido antes de los 16 años pierde el derecho a renovación automática.
Esto obliga a quienes lo obtuvieron de niños a realizar nuevamente el trámite completo, de forma presencial y con documentos adicionales.
Esta medida ya impacta a miles de ciudadanos y residentes que necesitan viajar.
Advertencia para quienes tramitaron su pasaporte siendo menores de edad
Hace poco, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió una advertencia clave para quienes tramitaron su pasaporte cuando eran menores: no todos los ejemplares pueden renovarse automáticamente.
Según la normativa vigente, aquellos pasaportes emitidos antes de que el titular cumpliera los 16 años están excluidos del proceso de renovación simplificada, lo que obliga a iniciar un trámite desde cero, una vez el documento caduque.
Los pasaportes de niños menores de 16 años tienen una vigencia de cinco años, y al expirar, no son elegibles para el formulario de renovación (DS-82).
Para reemitir el documento, es necesario presentar el formulario DS-11 de forma presencial y entregar una serie de documentos, entre ellos prueba de ciudadanía y una identificación con foto.
Según lo ha registrado en el Cronista, este mecanismo no solo aplica a quienes aún son menores cuando su pasaporte vence, sino también a jóvenes que, habiendo obtenido el pasaporte siendo niños, ya han superado la barrera de los 20 años.
En esos casos, si su pasaporte original fue emitido bajo las condiciones de menor, no podrán renovarlo por correo ni vía digital y deberán reemitirlo como si fuera la primera vez.
La justificación detrás de esta medida es, en parte, de seguridad, pues el Gobierno considera que los pasaportes infantiles, emitidos bajo estándares más básicos o sin ciertos controles biométricos, requieren una revisión más rigurosa cuando se reexpiden.
Además, se suma otro filtro: los pasaportes emitidos hace más de 15 años también quedan excluidos de la renovación automatizada.
¿Cuál es el procedimiento?
Para quienes se vean afectados, el proceso no es sencillo ni inmediato.
Deben acudir personalmente a centros autorizados para presentar la documentación requerida, entre ellos certificado de nacimiento, identificación oficial y foto reciente.
También deben pagar la tarifa vigente, que, según El Cronista, puede llegar a 195 dólares si se tramita tanto la libreta como la tarjeta de pasaporte.
Este cambio ha sorprendido a muchos usuarios que no conocían la restricción, tradicionalmente vinculada a la edad de emisión del documento.
Para quienes planean viajes internacionales, la regla cobra relevancia, pues diversos países exigen que el pasaporte tenga al menos seis meses de vigencia futura para permitir la entrada.
La política vigente obliga a una renovación más exhaustiva para ciertos pasaportes infantiles, pues no basta con esperar que caduque, sino que hay que prepararse para un proceso más formalizado y presencial.
Esta medida, aunque técnica, tiene implicaciones reales para familias con niños o jóvenes que necesitan mantener su documento al día para viajar.