Desde una guarnición militar en Malambo (Atlántico), reapareció esta semana la excongresista Aida Merlano Rebolledo. Lo hizo para conocer el monto de la condena por la fuga que protagonizó en el año 2019 y para ofrecerle, de paso, excusas a todos los que resultaron afectados con su acción, entre ellos, sus dos hijos.

Merlano, quien firmó un preacuerdo en el que aceptó el delito de fuga de presos, aseguró que no se arrepentía por haberse “volado”, puesto que en ese momento era su única alternativa, ya que se enfrentaba a varias presiones y amenazas por su decisión de colaborar con la justicia, entregando información sobre la maquinaria que se puso en marcha para comprar votos en su campaña en 2018 y con la cual buscaba dar el gran salto al Senado.

“La decisión que me llevó a tomar ese camino hacia una fuga fue solo por protección, por miedo y porque evidentemente fui víctima de abuso dentro de la institución delincuente. Denuncias que están erradicadas formalmente, investigaciones que están abiertas por maltrato, por violencia psicológica, por violencia física, por persecución, por remisiones falsas que llevaban a meterme en contra de mi voluntad a centros de salud mental”, indicó la excongresista conservadora.

La excongresista aseveró, entre líneas, que fue víctima de las circunstancias, puesto que estando en la cárcel El Buen Pastor, de Bogotá, recibió varias visitas de abogados para presionarla para que no hablara en contra de dirigentes políticos, empresarios y contratistas que tuvieron participación en el plan de fuga.

“Reconozco que estoy asumiendo la responsabilidad de mis actos y lo voy a seguir asumiendo como los estoy asumiendo hasta este momento, con interés, con una gran resiliencia y con mucha dignidad, porque entiendo que, aunque la justicia no siempre fue justa conmigo, porque sí fui víctima de una persecución sistemática por parte de todos los organismos de control de justicia, porque fui víctima del Estado”, indicó.

El pasado viernes, la excongresista fue condenada a tres años y cinco meses de prisión. Condena que se suma a las dos por violación de topes electorales y compra de votos.

Perdón a sus hijos

En su intervención, la excongresista manifestó que al hacer una revisión sobre los hechos que se presentaron hace seis años, está segura que tomó una decisión acelerada, por lo cual no revisó las consecuencias de sus actos y las afectaciones a sus familiares, que no tuvieron nunca participación o conocimiento en estos hechos.

“Fui despojada de todas mis propiedades y mis familias echadas a la calle, de sus casas. Mis padres ancianos, mis hijos, mis hijos los sacaron a la calle por orden de un Gobierno, de hacer una extinción de dominio para presionarme a que yo apareciera, sin pensar en el daño que estaban causando a todos mis familiares, porque soy cabeza de familia y era el sustento económico de mis hermanos, de mis padres y de mis dos hijos que quedaron en la calle”, reconoció.

Su hija, Aida Victoria Merlano ya fue condenada por estos hechos y está a la espera que la Corte Suprema de Justicia tome una decisión de fondo. Mientras que su hijo, quien para el momento de los hechos era menor de edad, ha resultado bastante afectado con todo lo que ha pasado.

Aida Victoria Merlano en la audiencia donde se ratificó su condena | Foto: SEMANA

“Hoy tengo la oportunidad de pedirle disculpas a él y principalmente a mis dos hijos, a Aida Victoria y a Esteban José. Les pido disculpas, les pido perdón porque sé que se vieron muy afectados, mi hijo Esteban, con una afectación irreversible, irreparable hasta hoy. Le pido perdón porque no medí las consecuencias de mis actos”, explicó.

Tras meditar y pensar bien todo lo ocurrido, está segura que no habría hecho el plan en presencia de sus hijos, quienes la acompañaron ese día en el centro odontológico, ubicado en el norte de Bogotá.

“Si hubiese pensado con claridad y sin tantas angustias, estoy segura que yo no hubiese cometido ese acto delante de mis hijos, que fueron los que finalmente se vieron con mayor afectación. Le pido disculpas a toda mi familia y le pido disculpas a todas las personas que creyeron en mí y que me han apoyado hasta hoy por causarles el dolor que produjo ese momento que decidí fugarme”, añadió.

Carrera política

La excongresista, finalmente, manifestó que está completamente segura que todos estos procesos penales se hubieran evitado sino hubiera tomado la decisión de lanzarse al Senado. Esa aspiración política, reconoció, afectó por completo su vida y la de sus familiares.

“Hoy estoy respondiendo por muchos errores que sí cometí y quizás el error más grande es haber aspirado en el lugar que me trajo a este lugar, aspirar al Congreso de la República, porque hay cosas que la sociedad no te perdona. Entonces yo le pido perdón a la sociedad y también le mando un mensaje a todas las personas mujeres que quizás se identifican con mi situación, que la reflexión es importante, hacer un freno en el camino es importante y entender que hay lugares a donde no se puede aspirar llegar, porque debe estar preparado para asumir las consecuencias de los actos y no todos contamos con la misma suerte y fortaleza con la que yo he contado de sostenerme viva, de pie y con una gran resiliencia hasta hoy”, reflexionó.

La excongresista le pidió perdón a todas las personas que fueron capturadas y enjuiciadas por estos hechos, y quienes no tuvieron ningún conocimiento. Entre estos, el odontólogo Javier Cely y el capitán del Inpec, David Alexander Álvarez Cárdenas.