Una preocupante situación vive en la actualidad el país, en medio de los secuestros, los ataques terroristas y hasta los intentos de quemar vivos a los integrantes de la fuerza pública en el país.
La situación es tan compleja que recientemente la Procuraduría General de la Nación, alertó que durante este año ha identificado un total de 710 hechos delictivos contra integrantes de las Fuerzas Militares, la Policía, la Armada y en general a los integrantes adscritos al sector defensa de Colombia.
Desde la Procuraduría delegada para el Seguimiento del Acuerdo de Paz explicaron: “en lo corrido del 2025 los departamentos de Norte de Santander, Antioquia y Cauca son los de mayor afectación con un total de 710 hechos delictivos contra integrantes de la Fuerza Pública”.
Esta situación vuelve a traer a la memoria de los colombianos el ataque que dejó 13 policías muertos en Amalfi, Antioquia, cuando realizaban una operación de erradicación de cultivos ilícitos y terminaron siendo blanco de un vil ataque con explosivos.
Desde la Procuraduría liderada por Gregorio Eljach manifestaron: “Rechazo ese tipo de ataques, en el que resultaron heridos con quemaduras dos uniformados, y la privación de la libertad de los integrantes de la Fuerza Pública, así como el uso de drones con explosivos, que han dejado entre enero y julio de este año un registro de 513 afectaciones en 15 departamentos, siendo el Cauca el más asediado”.
La entidad se refirió a los dos militares que resultaron heridos después de que un grupo de personas les roció gasolina y les prendieron fuego, en medio de una operación que adelantaban en Putumayo para destruir un laboratorio de procesamiento de cocaína.
Las cifras que reveló la Procuraduría General se conocieron horas después de que los 33 militares que estuvieron varios días secuestrados en la vereda Nueva York, en El Retorno (Guaviare), declararon en medio de un proceso disciplinario para entender qué pasó con la seguridad de los uniformados que terminaron expuestos y sin ningún tipo de garantías.
Lo cierto es que estos hechos delictivos contra la fuerza pública se han venido presentando en zonas de expansión de grupos armados, recrudecimiento de la violencia y fortalecimiento de estructuras que han utilizado la paz total como una especie de escampadero para seguir robusteciendo sus tentáculos criminales.
De hecho, han utilizado la intimidación para constreñir a las comunidades que habitan en esas regiones, para que terminen convirtiéndose en un obstáculo sobre el trabajo de la fuerza pública en Colombia.