En uno de los sectores más complicados del centro de Bogotá, un grupo de creadores de contenido documentó la existencia de un conjunto de refugios bajo tierra —alcantarillas y huecos conectados— que algunos llaman “El hueco del hoyo” o “la alcantarilla de las Tortugas ninja”. Esos espacios funcionan como “apartamentos” improvisados: tienen entradas poco visibles, estructuras donde se resguardan pertenencias y condiciones de vida precarias.
Según un reportaje hechos por los creadores de contenido Camilo Uribe, José Ramírez y Jonathan Forero, el sitio principal que muestran está próximo a la estación de TransMilenio Bicentenario, en la rotonda de la calle Sexta con carrera Décima.
Los jóvenes relatan la presencia de habitantes en situación de calle hace que el acceso sea restringido y, en ocasiones, peligroso; por eso acudieron acompañados de personas que conocen el lugar. “Hallé el apartamento más “caleto de Bogotá”, dijo José Ramírez, para resumir la sorpresa por el hallazgo.
El video y las entrevistas con habitantes del sector describen una serie de condiciones y objetos como alcantarillas y huecos abiertos que funcionan como refugio; camas improvisadas; televisores y otros enseres en algunos puntos: abundante basura; presencia de orina y excrementos; y objetos enterrados o escondidos, entre los que mencionan cuchillos.
Los creadores relatan que al internarse en uno de los puntos “el olor era fuerte” y que en el suelo había cuchillos enterrados, lo que, según quienes viven allí, sirve para ocultar armas o marcar espacios.
Algo que también hallaron, es que varios de esos “apartamentos subterráneos” tienen puntos de ocupación: si alguien ya está en un hueco, quienes quieran ingresar deben esperar hasta que se desocupe.
Los influenciadores contaron que, en una ocasión, tuvieron que esperar más de una hora porque el espacio estaba ocupado. También describen que hay entradas “secretas” o poco visibles desde la calle, lo que explica por qué estos refugios han permanecido ocultos para la gente.
Durante el reportaje, habitantes de calle hablaron sobre historias de episodios trágicos ocurridos en esos espacios. Uno de los relatos señala que una pareja que vivía en un hueco murió allí y que, según quienes aseguran conocer el sitio, aún podrían encontrarse restos humanos.
Ellos describen además la existencia de varios puntos similares en la zona —alcantarillas y túneles— que, por tamaño, permiten la permanencia de entre tres y quince personas según el caso. Uribe calificó una de las alcantarillas como “estrato seis”, en tono irónico, para señalar que en ese hueco caben tres o cuatro personas y que algunas áreas tienen estructuras más “amuebladas” que otras.